Recogía mi teléfono mientras gritaba emocionada.
-Mary ¡he ganado el premio gordo! No sé de cuanto, pero gane.
-Deja te calculo…quitando los impuestos y todo lo que debes devolver….vas a ganar un millón de dólares.
-¡Un millón de dólares! Estas bromeando…. ¿verdad?
-Claro que no chica. ¡¡Nena!! Es hora de salir para celebrar.
-No puedo…debo trabajar en unos informes para el lunes.
-Nena enserio ¿vas a hablar de trabajo? Eres rica, ya puedes dejar ese trabajo.
-¡Tienes razón! No lo necesito, ya no.
-Te espero para celebrar, vamos a la disco.
Con rapidez me duchaba y tomaba mi vestido más despampanante para encontrarme con Mary a la dirección que me envió. Tras llegar allí lo primero que hicimos fue tomar varios shot escuchando una música tan estruendosa, pero en aquel momento me fascinaba. Yo no era una persona de andar en discotecas tras mi trabajo pues usualmente el señor Jackson me cargaba tanto de trabajo que no me dejaba ni respirar, pero ya no me molestaría, iba a renunciar el lunes.
-Ya no te volveré a ver la cara de caca que pones todo el día.
-Cuando te vayas me sentiré tan triste.
-No te preocupes, te daré parte de mi premio para que también renuncies conmigo.
-Entonces tomemos hasta que caigamos.
Odiaba que todos mis pensamientos terminaran en aquel molesto y sexy hombre. Acaso mi mente pensaba que era… ¿sexy? Ok, el alcohol ya me estaba haciendo demasiado efecto. Lo odiaba pues además de trabajar como su mula personal todas las salidas que tuve me dejaron. Siempre que quería salir por coincidencia en esos días tenia mucho mas trabajo lo cual me llegaba a tomar hasta dos semanas donde los chicos se cansaban de espérame. Alrededor de las dos de la mañana sonaba mi teléfono provocándome que mi feliz rostro se tornara en una mueca al ver de quien era el mensaje.
-No me digas que es el.
-Si lo es, quiere que le envíe unos mensajes ahora mismo sobre unos contractos.
-Ese hombre es muy intenso.
-Y eso que el trabaja conmigo y no contigo todo el tiempo.
-Apuesto cinco dólares a que no le dices que te deje de escribir.
-Acepto la apuesta.
Mi teléfono era bombardeado con varios mensajes a los cuales solo respondo “Querido señor Jackson, por favor puede tomar su teléfono y metérselo por donde no le da el sol”. Ambas reímos mientras chocamos nuestras manos.
-Eres diabólica.
-Claro que no, es que me tiene cansada.
Tras unos momentos mi teléfono suena a lo cual contesto enfadada.
-Acaso ¿no me dejara ser libre por fin?
-Señorita Mercedes se escucha ebria, ¿esta usted ebria?
-¡No!....¡Si!....Bueno tal vez un poquito….
-Usted no es de pasar los fines de semana en las discotecas…donde esta.
-No se…oye Mary dame más de eso.
Tomaba el vaso de Mary comenzando a tomar aún más.
-Señorita Mercedes…díganme donde esta.
-Mary ¿dónde estamos?
-Mmm no lo se…creo que era el Purple Night.
-Oh si es ahí…Mary súbete a la mesa conmigo.
Riendo me levantaba en la mesa comenzando a bailar sin importar que me pasara. Estaba tan feliz haciendo cosas que no hacia me daba igual que me mirasen mal. Tras un buen rato bajo de la mesa y a la distancia noto como veo a un hombre super pareció al señor Jackson acercarse a mi a lo cual procedo a tocarle el rostro.
-Mier… usted me tiene tan traumada que hasta creo que lo veo.
-Señorita Mercedes usted esta demasiado ebria, debe volver a casa.
-¡No lo estoy! Que te vea doble no significa que lo este.
Riendo algo nerviosa me tambaleaba. A punto de caer Liam me agarraba.
-Creo que la hora de la fiesta se acabó.
-No seas aguafiestas.
-¡Nena! Hagamos otro shot.
Mi amiga Mary me tomaba de otro brazo a lo cual se detuvo.
-Mier…nena hablaste tanto del ogro de tu jefe que ahora creo que lo veo.
-¿Verdad? Ni siquiera puedo disfrutar ir a un sitio sin pensar en el.
-Señorita Jonhson…usted también esta ebria.
-¡No! Solo estamos viviendo la vida.
Tambaleándonos el señor Jackson nos saco de la discoteca a ambas a pesar de que nos quejáramos. Entramos en su auto en la parte trasera y tras un viaje largo hacia Brooklyn este dejo a Mary en la casa de su padre mientras después se dirigía a mi casa.
-Señor Jackson….me siento mareada….
-Ni siquiera lo intentes en mi auto.
-¡Pero no puedo mas! Quiero hacer pipi.
-Aguántate.
-No puedo ya se me sale.
-Ok ok ya me detengo.
El señor Jackson se detenía en algún sitio oscuro donde yo hacia mis necesidades en una esquina. Levantándome tras eso sonriendo como tonta me acerco a él abrazándolo.
-Señor Jackson, usted sabe que las mujeres en la oficina desean estar con usted…yo no las entiendo, tal ves porque usted me estresa solo me dan ganas de matarlo.
-¿En serio?
-Si con su lapicero….no mejor con el de Mary, ella usa un lapicero muy bonito de cristales con una carita feliz, así cuando lo apuñale tendrá algo alegre en su vida….Usted me causa tanto estrés que siento que me voy a morir.
-Tomare eso en cuenta….y por favor no se muera la necesito con vida, ha sido la secretaria mas eficiente que he tenido.
Reía a mas no poder como una tonta sintiendo nauseas. No podía controlarme y terminaba vomitando en la camisa de aquel hombre llenando sus zapatos incluidos. Aquel hombre se alejó un poco de mi mientras el comenzó a maldecir de varias maneras mirándome con rabia.
-Oh lo siento señor Jackson, al menos sus zapatos combinaran con su camisa…..sin mi ayuda…espera si la necesito.
-De que habla.
-Usted no sabe que ponerse si yo no se lo digo, sabe que ya le envie a la señora Robison sobre el intenerario de lo que debe comer y la ropa que debía acomodarlo. Yo no quería ir a su casa a recoger su condenada ropa para lavar, usted cree que soy su esclava.
-Pero le p**o bien.
-A este punto siento que es mejor ser contratada por el mismo demonio que usted, al menos el me dejaría disfrutar mientras trabajo.
Un silecio latente entre el señor y yo sonaba.
-Vamos te llevare a tu casa.
-No quiero ir.
-No me importa, vas a tu casa ya.
Aquel hombre me empujaba a su auto y tras un transcurro de unos veinte minutos llegábamos a mi edificio. Este con insistencia comenzó a tocar el botón del ascensor.
-No va a funcionar, si tengo suerte lo arreglaran para el miercoles.
-Entonces vayamos por las escaleras.
-No quiero, me niego, me duelen los pies
Noto a aquel hombre que siempre había sido imponente, que siempre se mantenia alejado mentalmente a mi el cual se agachaba.
-Subete.
-Esta loco.
-Subete antes de que me arrepienta.
Subía encima de el siendo llevada en caballito en su espalda. Me acurrucaba hacia el sintiendo algo de sueño.
-Usted huele muy bien hoy…
-¿Eso crees?
-Si….yo creo que si usted no fuese tan hijo de pu—seria una muy buena persona.
-Tomare tu comentario.
-Sabe….a veces siento que no le importo mucho.
-Si me importas.
-Entonces porque me hace sufrir tanto con tra..
Caía en un profundo sueño aunque sentía que mi corazón se estaba abriendo con aquel hombre que odiaba a tal punto que me hacia preguntarme si en la vida seguiría sufriendo mentalmente.