Había llegado aquel día a mi edificio. Al entrar notaba el elevador trabajar lo cual me parecía totalmente curioso pues mi edificio usualmente tardaba hasta una semana arreglar asunto como esos.
-Vaya…ganar la lotería me ha cambiado la suerte también.
Sonreí emocionada mientras me encontraba con un abogado el cual me iba a ayudar a gestionar todo sobre el premio sin tener problema. Quería reclamarlo todo de golpe, pero quería que fuese de manera anónima. La noche transcurrió tranquila, aunque solo recibí un mensaje del señor Jackson agradeciendo porque me había encargado la semana pasada del itinerario de comida con la señora Robison, su ama de llave. También me había encargado de que tuviera dos semanas con trajes organizados.
-Me…. ¿me estas agradeciendo?
Sonreí de manera tonta sin entender el porque que aquel hombre insensible me agradeciera. Usualmente se la pasaba dándome ordenes por ende apenas me ponía atención, tal ves… ¿me estaba volviendo loca? Eso debía ser pues no comprendía porque mi corazón latió solo con aquella muestra de cariño.
Ese martes me levante sumamente temprano, aun sorprendida que el señor Jackson no me había llamada durante la noche o la madrugada. Llegue ese día a las siete de la mañana asegurándome que todo estuviera listo. A las siete y treinta llegaron los animales los cuales colocaron en la oficina de este.
-Muchas gracias por usar nuestros servicios.
-No, a ustedes.
-Los animales son una gran compañía para el estrés.
-Lo se….sera una enorme sorpresa para mi jefe pues últimamente esta estresado.
Intente no sonreír de manera macabra solo de imaginar todas las emociones que mi jefe podría poner. A las ocho llego mi jefe el cual parecía exhorto con su teléfono. Yo sabía que todo eso era por las reuniones que venían pues varias de esas compras que hizo si se concretaban podían hacerle ganar alrededor de dos millones de dolares en la más barata mientras la otra seria nueve. Aquel hombre estaría ganando este mes alrededor de unos noventa millones de dolores. Este entro a su oficina y desde el cristal noto como este se detiene un segundo intentando analizar que pasaba. Aquel hombre odiaba a los animales pues decía que solo eran una fabrica de pelos. Noto como con sus dedos hace una pinza en su nariz saliendo de la oficina con el dedo me llama a esta. Yo entraba a la oficina notándolo con rabia. Intente sonreír pues sabia que el despido era inminente.
-Señorita Mercedes, ¿qué es todo esto?
-Son animales de apoyo emocional, como esta pasando por mucho estrés pensé que seria una buena idea para usted.
Noto como esta lanza un respiro hondo como si estuviera pensando.
-De acuerdo señorita Mercedes, lo tomare en cuenta, organizo completamente mi día.
-Así es señor, he puesto todas tus citas como habíamos acordado la semana pasada, también le enviando los papeles para su reunión de las nueve…he movido esa reunión pues investigando me he dado cuenta de que el vuelo del señor Monroe se retrasó, así que imagine que él debía de estar cansando.
Aquello si lo había hecho para ayudarlo pues a pesar de que quería renunciar yo no haría que esto afectara el tiempo de alguien mas o incluso que se perdieran trabajos.
-Ya veo…..Señorita Mercedes, necesito que vaya a conseguirme una correa que necesito para mañana. Le mandare las indicaciones por teléfono asi que puedes llevarte a Pierre contigo.
-Como guste señor Jackson.
Aquello seria sencillo pues estaba acostumbrada a conseguir muchas cosas para aquel hombre. Pierre era el chofer de Jackson, el cual había estado con los los últimos diez años. El y yo nos llevábamos bien por lo que el me comentaba el estuvo con el desde que se fundo esta compañía. A pesar de que Liam Jackson tenia treinta y dos este parecía muchísimo mas joven.
-Sophia, donde iremos hoy.
-Bueno ya el señor Jackson me envió las indicaciones de la correa que necesita, he trazado varios sitios incluso tiendas exclusivas, creo que nos tomara unos veinte minutos como mucho.
Pierre era un hombre en sus sesenta años de decendencia francesa el cual siempre fue mi amable conmigo. El comenzó a conducir por todos los lugares que trace para el pero ninguna de las tiendas tenían la dicha correa, otras simplemente decían que ya no la tenían. Al parecer esta correa era una edición limitada bañada en oro la cual era un lujo incluso para las personas con dinero. Había pasado casi cuatro horas buscando la maldita correa cuando leo un mensaje de Liam “Ya no necesito la correa”
-Pero será loco este señor Jackson
Golpe con fuerza el sillón trasero del auto.
-Esto lo hiciste para vengarte de mí, no tiene más explicación.
Aquello solo provoco una pequeña risa de Pierre el cual me miraba por el retrovisor.
-señorita, acaso se ha peleado con el señor Jackson.
-No, porque lo menciona.
-Usualmente la recogemos a usted antes de ir al trabajo, pero no está pasando.
-Pues no, pero lo que nos ha hecho significa que tal ves quiera guerra….y si la quiere se la voy a dar.
Llame al restaurante donde le había hecho una reservación para una de sus ultimas reuniones. Yo me encargaba de literalmente todo así que no era sorpresa de nadie que incluso las comidas que el disfrutaba en sus reuniones eran escogida por mí. Llamando al dueño del restaurante el cual me atendió muy animado me comentaba que habían conseguido aquellos platos tan raros de conseguir solo porque era nuestra compañía.
-Marcos que bueno, sabes, había comentado con el señor Jackson y me dijo que le encantaba el picante, ¿es posible que a su plato le ponga chile Habanero?
-Claro que es posible señorita, pero eso es muy picante.
-No te preocupes, ya tengo la confirmación de su parte.
Intente no reírme de manera traviesa al imaginarme a aquel hombre comiendo su plato con chile habanero.
-Muy bien señorita nosotros nos encargaremos.
Al cerrar la llamada sonreí de manera triunfante mientras Pierre me miraba por el retrovisor de manera divertida.
-señorita usted es muy eficiente, pero es muy vengativa.
-Claro que lo soy, ya lo veremos mañana.
Había regresado a la oficina donde me dedique a trabajar acelerada pues aquella excursión buscando la correa me había quitado varias horas de mi trabajo. Termine de trabajar alrededor de las siete de la noche cuando ya todos se había ido a su casa, incluso Jackson el cual tenia una cena con un contrato que cerra. Lo malo era que no podría verle la cara al probar la comida, pero no me importaba pues si causaba mi despido ganaría aquella apuesta.