Capítulo XIV.

1508 Words
“Escribe sobre mí, escribe sobre lo que somos ahora.”; aún puedo escuchar la frase dentro de mi cabeza; es como una pegajosa letra que no puedo dejar de repetir una y otra vez. Pero no es mi voz, no es mi tono desafinado; sigue siendo su voz, la de tono infantil y un tanto soñador. El momento desapareció de mis recuerdos y lo único que quedo fue esa pequeña frase. Y entonces mi mente regresa a la realidad; estoy aquí sentada, con mis ojos clavados en su imagen y de un momento a otro, solo deseo llorar. Llorar hasta que las lágrimas se acaben y pueda sentir un poco de alivio; llorar por mí, llorar por él. O simplemente llorar por nada y por todo; porque estoy cansada y sé que él lo está aún más. Estiro mi mano con lentitud, tomando la suya y puedo sentir como sus dedos se cierran entorno a los míos; como por un momento nos alejamos de eso que nos persigue, de eso que nos lastima tanto y se esconde dentro de nosotros. Trato así de recordar la primera vez que estuvimos en esta situación, el primer momento en que le vi caer. Pero no puedo encontrarlo dentro de mis recuerdos y entonces me doy cuenta que me he bloqueado a mi misma para no hacerlo, para no recordar que era más frágil de lo que siempre pensé, de lo que siempre quiso ser. Y me contradigo a mí misma, porque se suponía que cada momento debía ser atesorado como si fuese el último; porque puede llegar a serlo. Me muerdo el labio mientras las manecillas del reloj parecen no moverse; el tiempo se ha detenido dentro de esta habitación y quiero que retroceda. Quiero volver a ser la niña que pasaba horas en su habitación rodeada de hojas arrugadas en donde escribía cualquier cosa que cruzase por su cabeza. Donde me esforzaba por crear personajes que muchas veces morían en pocos párrafos o eran desechados y luego olvidados en historias sin sentido. Quiero ser, de nuevo la niña que escribía por mejorar, por aprender pero por sobretodo, por tratar de mostrarle a los demás quien era. Que su mente estaba atrapada en su cuerpo, que las letras le calmaban y permitían fluir cada una de las cosas que pasaban por su cabeza. Pero el tiempo no retrocede y yo no regreso a ser la niña de antes; estoy todavía aquí sentada, con su mano aferrada a la mía; con él aferrándose un tanto más a la vida. Mis ojos siguen acariciando su perfil decaído, su rostro perfilado y su cuerpo encorvado en esta cama, en esta habitación donde solo se huele muerte. Su cabeza se ladea y puedo ver la sonrisa que me dirige, la tranquilidad con la que asume esto, cuando yo en realidad siento que me sobrepasa y me aplasta con demasiada fuerza. ¿Por qué tenemos que soportar esto? ¿Por qué debo acostumbrarme a esta imagen y prepararme para decirle ‘adiós’ cada noche sin saber si le diré ‘hola’ en la mañana? ¿Cómo puede él soportarlo? A veces me pregunto eso, a veces me cuestiono porque cada uno tiene una manera diferente de vivirlo, de sobrellevarlo. Y quisiera saberlo, quisiera darme cuenta porque somos así, porque sentimos esto. Tal vez así sea más fácil cargar con este peso, saber porque me siento de esta forma, porque verlo acostado en esa cama parece cortarme el aire. Quien soy yo y quien es él. Sus ojos se cierran y su sonrisa desaparece mientras suelta mi mano, y yo aprovecho para tomar mi viejo cuaderno; ese que me acompaña desde que él me lo regalo muchos años atrás; y lo abro en una página al azar, escuchando el sonido de su respiración algo irregular y el pitido constante de las máquinas. Lo leo en silencio, y la frase regresa; su voz vuelve acariciar mis oídos con dulzura. “Escribe sobre mí…”; volví a posar mis ojos en el papel, en las hojas cuadriculadas que desbordaban tinta de diversos colores. Mis ojos repasan la historia; y por primera vez desde que había comenzado a escribir; regreso al inicio y leo cada una de las cosas que había ido escribiendo. Cada uno de los sentimientos que había dejado en el papel.  Y me encuentro a mí, pero también lo encuentro a él en medio de las líneas. Encuentro a cada una de las personas que han pasado por mi vida; los había ido convirtiendo en personajes, en historias sin rostro que rozaron mi vida, los perfeccioné hasta hacerlos parte de mí. Sin embargo, lo vislumbro más a él. Pero no como es ahora sino como fue, como quiero que sea. Su rostro no ha desaparecido y su piel aún conserva un poco de vida mientras camina tranquilo, mientras vive en paz. Escucho entonces su voz, algo ronca por el tiempo que no ha sido utilizada y observó en silencio como sus labios agrietados se mueven apenas un poco, como pierde el aliento mientras trata de consolarme cuando debe ser al revés. Hay una sonrisa en su rostro, una sonrisa tranquila y puedo ver por un momento que sus ojos brillan mientras lo dice. Es una promesa. Y nosotros siempre nos tomamos enserio las promesas. .- Quizás nos encontremos un día en una cafetería o en una librería, en un momento de nuestra vida y una ciudad cualquiera. Quizás en ese momento podamos dejar todo atrás. Asiento sin poder decir nada, sin querer hacerlo. Porque algo dentro de mí dice que no será así pero aún así quiero creerlo, quiero tener la esperanza que será verdad. Que mi mejor amigo seguirá ahí. Que, quien ha sido como mi hermano mayor, a quien mi madre llama “hijo mío” no me abandonará. Que esa maldita enfermedad desaparecerá de su sangre a la mañana siguiente y todo volverá a la… normalidad. Que dentro algún tiempo, sin siquiera esperarlo; voy a verle en la calle o sentado en un parque, con una sonrisa meditativa en su rostro y voy a sentir que volvemos a ser las mismas personas que fuimos en nuestra infancia. Cuando dejaba de lado su balón de fútbol y se sentaba a mi lado para leer, para soñar. Que volvía a ser el niño que gustaba de jalar de mi cabello para luego repartir besos mojados por toda mi mejilla. Quiero creer que será así. Que podré sentarme a su lado y decir que no le he perdido, que aún mantengo conmigo al protagonista de todas mis historias. Ese mismo que ha cambiado de nombre y rostro infinidad de veces pero no ha dejado de ser él. Que permanece en esencia siendo él mismo y que yo tampoco deseo cambiar. Sigo escribiendo, sigo dejando que mis aplastantes sentimientos me desborden mientras crezco, mientras aprendo. Sigo cambiando su nombre, su rostro. Pero sigo sintiendo que es él, que soy yo. Que estoy contando una versión nueva cada vez. Y son solo eso; cada historia, cada fragmento; es solo una versión más de nuestra historia; esa que nunca acabará. Porque no se ha acabado, ¿verdad? Aún estoy tratando de escribir sobre él, sobre mí; sobre lo que somos ahora. Y aún veo la línea final muy lejos de ser escrita; aún cuando ya la tengo en mi mente. Porque me empeño a que sea así, a que mi última imagen de él no será está… No será su cuerpo sobre esa camilla y su vida escapándose entre respiraciones agitadas. Cierro el cuaderno y lo dejo a un lado, mientras mis ojos vuelven a nublarse por la desgarradora escena que he visto durante los últimos días, meses, años… Durante lo que parece toda una eternidad, donde no hay aire y mucho menos alguna sensación de alegría tenue. Él sigue estando ahí recostado, con el cabello escaseándole, con una sonrisa floja en sus labios resecos y con mi mano sosteniendo la suya. Consolándome él a mí, reteniendo mis lágrimas y mis egoístas ‘¿Por qué?’ cuando debería ser al revés. Como una fotografía, como una postal de unas largas vacaciones. Él sigue aferrándose a tienta a la vida injusta que le puso en esa condición, sin perder nunca el brillo mientras yo… yo continúo atándolo a mí, sin dejarle descansar, sin permitirle cerrar los ojos, sólo por miedo a que no vuelva abrirlos. Por miedo a verme sola en el mundo y sentir que una parte de mí se ha perdido. Por miedo a decir adiós, por miedo a tener que pasar de página y no ser capaz. Por miedo a tanto y a cosas sin ningún valor al mismo tiempo. Porque no tengo a quien culpar más que a mí misma, porque no tengo nada a que aferrarme para decir que puedo seguir adelante… y él es quien me consuela. Bajo mi mirada, escuchando su respiración irregular… Esta es nuestra historia, quiero que siga siéndolo. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD