Camila.
—¿Crees en Dios de verdad o porque te pusieron la religión?.
—Creo por mi misma. —estamos acostados en una de las sillas de tomar sol comiendo mani que quedó—. Mis papás nunca fueron a la iglesia, mi mamá leía la biblia a diario pero nunca fue, y cuando mi hermano comenzó a salir con Ara ahi fue que fui a una iglesia.
—¿Ella va?.
—Si, es evangélica, es de esas estrictas pero con ella misma. —miramos el cielo con todas las luces apagadas—. Las nenas van con vestido a la iglesia y toda la cosa, pero no es impositora, no lo obliga a mi hermano a nada.
—Debe ser raro verlos, porque recuerdo a tu hermano todo tatuado.
—Si, una pareja dispareja, ella una dama y él un mamarracho.
—Que mala. —me rio comiendo mas mani—. Yo no sé, me cuesta creer que hay un Dios.
—Te entiendo, no voy a intentar cambiar tus creencias, ¿crees en algo o eres ateo, agnóstico?.
—Creo que hay algo pero no en un Dios único.
—¿Entonces crees que hay vida ahi afuera?.
—Yo si, ¿tú?.
—Si, una vez hablando con mi hermano me dice, ¿Cómo puedes creer que hay algo y creer en Dios?.
—No tiene nada que ver.
—Noooo, es lo que le dije, porque le digo, no digo que son unos pulpos parlantes o algo de eso, ni tampoco que son como nosotros.
—¿Cómo crees entonces?.
—Yo creo lo que mi cuñada me dice, la ciudad celestial.
—¿No has leído la biblia?.
—Mmmm. —me pongo de lado tomando jugo—. No la eh leído, tengo una que me regaló mi papá, yo me quedo con lo que me dice mi cuñada que sé que no me va a mentir, y la novia de mi papá también va a la iglesia, mi papá va pero porque es un celoso posesivo y va porque dice que la miran.
—Pues lo entiendo, es una mujer muy bella, y si un día soy tu novio voy a ir contigo a todos lados.
—Mire, cero confianza.
—Le dices desconfiado a tu papá.
—Porque lo es, toda la vida la engañó a mi mamá y se puso de novio con Anna estando casado con mi mamá, el rio le trae muchas piedras a él y esta inseguro creyendo que le va a hacer todo lo que él le hacia a mi mamá, aunque a Anna no la veo ser infiel, —me acomodo un poco viendo el cielo estrellado—. Que linda noche, me gustan las noches en el campo, mi papá tiene un amigo en el campo y me re gusta cuando vamos, andar a caballo, a la noche el fuego, las historias, porque se hacen los que quieren contar historias de terror creyendo que nos da miedo.
—¿Historias de qué cuentan?.
—Porque son aborígenes, —me mira enseguida—. No son como lo que te imaginas, porque Auca, esta casado con Blanca que le hace honor a su nombre, es blanca leche y rubia de esas que dices, mas rubia no podía ser, entonces sus hijos son un mezcla de los dos.
Hablamos un montón de cosas, me entero mas de su infancia, que fue un chico sobresaliente, que tenia las mejores notas y abanderado, que tiene una relación muy linda con su papá, que se lleva de maravilla con los primos y me los quiere presentar, y yo no sé cómo tomar eso, es como que yo desesperada le quiera presentar a mis hermanos, sé que primos y hermanos no es lo mismo, pero mis hermanos, primos, tíos y toda la familia son iguales, el tema es que nos llevamos viendo poco tiempo como para presentarnos a alguien de la familia, una cosa es casualidad con Flor, otra que nos encuentren como Michel y mi mamá.
—¿No nos olvidamos nada?.
—No, yo guardé todas mis cosas y las tuyas también.
—Dale, vamos entonces. —bajamos con todas las cosas porque nos dio frio, se lleva la parrilla y la leña que sobró por las dudas—. Podríamos quedar para comer otra cosa, unas pizzas a la parrilla, yo hago la masa.
—Bueno, entonces quedamos por pizza, avísame cuando puedes.
—Por mi mañana, no sé cómo estas tú.
—Mañana a la mañana te aviso, por lo general me avisan en la mañana si hacemos algo.
—Bueno. —llegamos a nuestro piso donde me quedo esperando que entre la parrilla, sale de nuevo donde espero con sus bolsas—. Podías pasar.
—Mi mamá seguro mira por la mirilla.
—¿Algún día vamos a tener una cita real de dos adultos?.
—Sé que te resulta difícil Lea, ya vamos a poder salir.
—Bueno, —se me acerca dándome un beso en la mejilla cuando me esperaba en la boca—. Descansa.
—Leandro no te enojes.
—Descansa, nos vemos mañana si es que puedes. —entra dejándome parada como una tonta.
—Hija.
—¡Ay, estabas mirando!.
—Escuché como venían hablando y me acerqué... —entro a mi casa y en silencio acomodo todo y me cambio para dormir.
—¿Cómo la pasaron?.
—Bien. —se acuesta a mi lado viéndome.
—¿Lo hicieron?.
—No quiero hablar mamá. —me tapo con la sabana mirando el techo.
—Mándale mensaje, dile que mañana salen solos a cenar.
—¿Y si papá...
—Nada, si papá nada, —la miro enseguida—. Mándale mensaje y dile que mañana se ven.
—No es tan fácil.
—Lo es, tu lo complicas Camila,
—Ah si, si me encanta.
—Tienes mi apoyo para que se vean, y no va a soportar que cuando te desocupes se vean, cuando tu familia no quiera hacer nada tienes tiempo para él... No es justo para nadie. —me giro sin decirle nada, me abraza por atrás hasta que se duerme y se gira, ahí agarro el celular.
Cami—. ¿Mañana nos vemos?.
Lea—. Haz tus cosas tranquila.
Cami—. Mi mamá me cubre.
Lea—. Que no se preocupe. —me tapo la boca llorando por eso, miro la espalda de mi mamá que duerme profundo, me levanto asi como estoy saliendo del departamento, golpeo su puerta nerviosa, somos cuatro departamentos en este piso y espero que nadie salga.
—¿Qué haces?.
—Vine a verte.
—Te respondí el mensaje, no hacia falta que vengas.
—Sé que estabas durmiendo pero... —esta en bóxer diciéndome que estaba por dormir—. ¿Quieres ser mi novio?.
—Si me vas a poner siempre a lo ultimo no, gracias, paso.
—No, espera... Lo hacemos bien.
—¿Me vas a presentar a tu familia?.
—Es que yo...
—Ve a dormir Camila.
—No Leandro, espera. —cierra y no sé qué hacer—. No te voy a dejar a lo último, entiende que siempre fui asi, siempre me vigilaron y no sé otra vida... Pero me voy a esforzar, lo juro.
—Dejándome para lo último no Camila. —apoyo la frente en la puerta llorando de nuevo.
—Me voy a esforzar, si tu quieres algo...
—Lo quiero pero no rogando para verte. —abre asustándome—. Pasa asi hablamos bien.
—Si. —entro secándome las lágrimas, pero cuando cierra lo envuelvo por el cuello besándolo.
—Cami.
—Perdóname.
—No me tienes que pedir perdón. —me da besos suaves y sé que camina pero no me importa—. Recién somos novios.
—Si, comenzamos de cero. —le sigo los besos con ganas, pone las manos en mis nalgas alzándome, envuelvo las piernas en sus caderas—. No quiero que tengamos relaciones.
—No vamos a tener.
—Mmmmm. —se sienta en su cama donde cargo las rodillas en la cama sin dejar de besarlo—. Leandro... —se tira hacia atrás y yo arriba, con sus manos en mis piernas acariciando.
—Cami, se nos va a salir de las manos. —me alzo un poco sonriendo—. No me preocuparía si sucede pero es lo que tu quieras.
—No sé... —nos miramos fijo y siento que tomo coraje jamás pensado, me siento sacándome la remera para dormir quedando con mi bombacha ya que duermo sin corpiño.
—Mi Dios Santo. —me vuelvo a apoyar en su pecho sintiendo sus manos en mi espalda—. ¿Estas segura?.
—Solo si tu lo estas.
—Yo lo estoy, estoy muy seguro y muy listo. —vuelvo a besarlo moviéndome sobre él, siento cosas extrañas por él, pero del lado del deseo—. Mmmmggg.
—No... —me siento de nuevo empujándolo de sus hombros—. Yo arriba.
—Bueno, esta bien, no pares por favor. —vuelve a acostarse y yo lo miro, paso las manos por su pecho con vellos, no abundante pero tiene, bajo las manos hacia su vientre que lo mismo, baja una linea desde su ombligo y la sigo, le bajo el bóxer viendo como aparece su pene que lucha por salir de debajo de la tela—. Bájalo mas.
—Estoy viendo como es un hombre, espera un poco.
—Si, pero no te tardes mucho. —me paro sacándole el bóxer y me saco mi bombacha subiendo de nuevo arriba de él—. ¿Puedo tocarte?.
—Obvio que si, —cargo las manos a sus lados dejándole lugar para que me toque cosa que hace enseguida, me toca los pecho como una caricia—. Mmmm.
—Me gustas mucho Camila. —lo miro a los ojos sonriendo.
—Tu a mi también Leandro.
Como no sé qué hacer me apoyo en él besándolo y él me toca por todos lados encendiendo aun mas el deseo, sentir su piel desnuda en mi piel es, uff, inexplicable, mas su manos en mis nalgas, en mis caderas, que me aprieta cuando me muevo sin dejar de besarlo, bajo besándolo por su cuello sintiendo como mete la mano entre nosotros, sonrío porque sé lo que viene y sé que voy a disfrutar, voy a saber lo que es la satisfacción, lo que todos buscan en sus parejas.
—Mmmjjj.
—Yo lo hago. —me alzo un poco agarrando su intimidad para poder ir a mi ritmo, me sorprende cuando se alza mamando mi pecho izquierdo—. Aaaajjjj... Ay Dios.
—No tengo ningún apuro.
—¿Eh?. —se impulsa mas sentándose, me agarro de sus hombros sonriendo.
—No te apures, no tengo ningún apuro asi que ve con calma. —lo acomodo en mi interior con cuidado, bajo y subo lentamente, no me duele, solo que es algo extraño para mi, mas cuando comienza a darme besos en los pechos y mete la mano entre mis nalgas acomodándose—. Ooojjj.
—Se siente muy bien.
—Demasiado. —sonrío al sentir con mis nalgas sus piernas, pongo las manos en su cara, lo miro que tiene los ojos cerrados—. Mi Dios Santo.
—¿Cómo te sientes?.
—Que tengo la polla metida en un enchufe. —me tiento de la risa, me cargo en su hombro rascándole la nuca—. Espero a que te adaptes bien.
—Ya lo estoy, acuéstate.
—Si.
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Holis, recuerdo el maraton, se pasa para el jueves ya que es fin de mes, espero su apoyo para la historia y para que me suba el animo para seguir creando.
Noticias... Hay cap de Voy a Liberarte.
Besos!!!
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