Leandro.
En la terraza limpio todo el espacio que el conserje ni ahí de venir a revisar, ya le eh dicho que se debería de fijar en el estado pero nada, hasta pensé en presentar una queja pero no sé, capas que queda sin trabajo y me sentiría re mal, pensando en eso acomodo las cosas, como los platos, una de las mesas y sillas que vamos a usar, menos mal que hay mesas como para cuatro como mucho, porque son todos departamentos para parejas o solos, casi no hay niños, por lo menos en todo el tiempo que estoy aca eh visto dos niños y no son de mi piso, y creo que son las madres y el nene en un solo departamento, nada mas, y cuando tenemos gente como para usar la terraza o cumpleaños debemos avisar que es como pedir permiso, asi que ella debe avisar todo el tiempo que tiene gente porque por el tiempo que estoy viviendo aca todas las semanas por lo menos dos o tres veces a la semana tiene gente, y no es no sé, dos o tres personas, tiene gente, niños, y música, media mala como vecina pero si yo fuera jodido me molestaría y no me molesta para nada.
—Llegué... —viene con unas bolsas que se ven pesadas, me acerco dándole un beso y le saco las bolsas.
—Uy que están pesadas.
—Si, traje de todo por eso, fua, acomodaste todo.
—Si, ya estoy con el fuego prendido calentando la parrilla. —mira una bandejita donde estaba cortando unos fiambres para picar—. Tienes el pelo mojado.
—Me di un baño, sé que no es una buena idea.
—Ahora te vas a llenar de humo. —sacamos las cosas de las bolsas que son bastante—. ¿Cómo estas?.
—Bien, tuve un día muuuuyyy largo con mi sobri.
—Uy, ¿muy pequeña es?.
—Tiene cuatro.
—¿Cómo seria eso?. —comienza a reir con ganas y no entiendo—. No, de verdad, ¿Cómo se comportan en esa edad?.
—Bueno, por lo general son de terror, Mili tiene sus momentos, mas con su papá.
—¿Lo tiene en sus manos?.
—A sus pies lo tiene.
—NOOOO.
—Si, mi hermana se hace la dura pero muchas veces no aguanta la risa, pero mi hermana es la que pone mas limites porque mi cuñado nada, se rinde enseguida por un puchero.
—Yyyy, es su nena. —saca de una bolsa un taper que huele riquísimo a ajo, lo abre donde veo la carne con todas esas cosas que hace que huela riquísimo—. Noooo, que bien huele.
—Lo dejé de ayer marinar, espero estén buenas.
—Con ese olor lo aseguro.
—Aca traje hielo, unos vasos grandes porque no sabia si había.
—Traje pero usamos esos, son mas grandes.
—Dale, unas pajitas yyyyyy, si mi papá se entera me mata.
—¿Qué traes?.
—Un licorcito que me encanta.
—Nunca lo vi, —lo agarro riendo porque parece que lo quiere esconder de alguien imaginario, lo leo sin saber qué es—. ¿Es muy fuerte?.
—Mas o menos, pero yo lo suavizo con esta gaseosa y queda tremendo, hace unas semanas nos pegamos un pedo con Flor que fue tremendo del baño.
—AAAGGGG. —me tiento de la risa porque sacude las manos como si fuera algo de nenas y se las mandaron.
—De verdad, asi que si no te quieres ir por el baño no tomes, si quieres bajar unos kilitos toma.
—No gracias, ninguna de las dos cosas quiero, asi que moderado, cuando me sienta raro paro.
—Bueno, voy a preparar un poco para cada uno.
—El mío lo mas suave posible asi me aseguro que la carne quede bien cocinada. —corro la parrilla asi comenzamos a cocinar—. Menos mal trajiste varias.
—Pensé en hacerlas de doble carne. —como trajo bolitas las voy aplanando y poniendo en la parrilla y ella corta el pan al medio poniéndolo en la parrilla lejos del calor—. Cuando veas que ya van a estar avísame asi le ponemos queso.
—Uujjj que rico, van a quedar tremendas entonces.
—Si, dije, si vamos a comer algo nos damos el festín de ser posible.
—¿Pero te gustan las hamburguesas?.
—Me encantan, no nos dejaban comer carne molida cuando vivía donde mis papás.
—¿Por?.
—Bueno, nosotros queríamos comer hamburguesas porque las veíamos en los dibujos, películas, o donde mis tíos y no nos dejaban.
—Para... No entiendo, ¿no les dejaban comer hamburguesas?.
—No. —se rie tomando el licor que preparó.
—No entiendo nada.
—Bueno, probé una hamburguesa como a los diez. —se rie con ganas cuando abro enorme los ojos—. Me voy a sentar.
—Y cuéntame como es que no comías hamburguesa.
—Sabes que vengo de una familia con dinero.
—No tiene nada que ver.
—La cosa es que mi mamá siempre cuidó cada cosa que comimos y teníamos un horario super estructurado, y lo tenemos aun solo que nos fuimos amoldando a las personas, pero cuando quedamos en comer con mis hermanos o estamos solos es en un horario y comemos siempre verduras... —me siento agarrando mi vaso—. Mi mamá nos tenia un plan alimenticio con horarios, salía lo que debíamos comer y cuánta cantidad. —si, entiendo que es normal para ella y sonríe contando—. Teníamos chef y niñeras, mi mamá estaba con nosotros pero teníamos mujeres que nos ayudaban, comíamos todo controlado, todo pesado y medido, mi mamá siempre fue de las que, tienes que cuidarte, cuidar tus órganos, cuidar tu piel, cuidarte, entonces todo el plato asi, bien nutricional, y ahi viene la carne molida, viste que no se le puede dar carne molida a los niños.
—¿No?.
—¿En qué mundo vives?.
—En el mío y no hay niños.
—Bueno, te explico, no se le puede dar carne molida a menores de dos años, se recomienda no darles hasta mas grandes también, y mi mamá no nos daba, decía y dice que es un asco la carne molida, entonces comenzamos a ver que se comía eso y le insistíamos muchísimo, y se ve que le ablandamos el corazón porque compró una moledora y la picaba ella asi veía que sea pura carne... —sonríe viéndome—. Compraba carne en vaya a saber donde, no tenia ni un gramo de grasa y ahora le compramos a un amigo de mi papá y no me voy del tema... Entonces esas carnes las picaba y nos hacia unas hamburguesas que la consistencia era como comer goma espuma...
—Noooo. —me tiento de la risa porque hace el actin de mover las manos.
—Para nosotros era la gloria,
—Nunca habían comido, por eso.
—Claro, estábamos jugando a la pelota en el patio cuando Exe fue al baño y cuando vuelve dice todo sorprendido, mamá esta haciendo algo raro, fuimos a ver y estaba moliendo la carne, tenia pan de papa en el horno, tenia unos tomates cortados, queso, jamón, y a la carne le puso un montón de cosas, un menjunje medio medio... Pero estaban tremendas de ricas, nos fuimos al living a comer y ver una peli, asi fue la primera vez que comí hamburguesas.
—Mira, en shock, ¿otra comida nunca comiste?.
—Bueno, nunca nunca por ejemplo achuras, prohibido, ahora mis hermanos comen y yo no, me da asco, lo que nunca había comido fue arroz con tuco y mi cuñada Lili hizo y tremendo estaba, —me sorprende que diga que nunca comió algo asi—. Milanesas comí cuando mi hermana se mudó, después... No te rías tonto.
—Es que me sorprende, sigue.
—Bueno, una vez llegó Exe, que te aclaro... Exe es muy amigo de Manu, Manu es el marido de mi hermana.
—Ya, lo pesqué.
—Bien, entonces Exe fue donde Manu que mi mamá odia a la familia de Manu porque son medios problemáticos... La cosa que fue y cuando volvió dijo que había comido guiso de lentejas, yo no sabia de que hablaba y Seba dice, ¿Qué es guiso?. —me paro a ver como van las hamburguesas y el pan—. Mi mamá se re enojó de que vaya a esa casa pero a los días estaba haciendo guiso y con chorizo, mi mamá odia los chorizos, la cosa que parecía que estaba haciendo millones de cosas y era un guiso, tremendo, a veces le decimos que nos haga y nos hace y le digo que me haga para traerme. —prepara mas bebida para los dos—. ¿De tu mamá recuerdas algo?.
—Algunas cosas, pero no por la cocina porque no era buena con la cocina, cocinaba la señora de la limpieza, aun ella trabaja para mi papá y viene dos veces a la semana en mi casa, la cosa que recuerdo la comida de ella, no me cocina pero a mi papá si. —vuelvo a sentarme tomando del vaso—. Lo que si recuerdo es que le gustaba mucho ir a cenar, a pasear, era muy gastadora... —comienzo a reir recordando—. Mi papá siempre le decía, nos vas a llevar a la quiebra de tanto que gastas y ella decía, toma, pruébate la camisa que te traje... —me llego a inclinar de la risa—. Mi papá se probaba la ropa sin parar de decirle, no necesito otra camisa y me traes mas, y mi mamá, esta corbata va a juego, y mi papá, cien corbatas ya son con esa y no paras, —recuerdo eso riendo con ganas—. Y mi mamá, y estos zapatos, siempre me acuerdo de eso... Y no sé porque lo hizo. —miro a la nada pensando en como la encontré—. Nunca lo entendí.
—¿Le pasó algo para que tome esa decisión?.
—Si, haber nacido. —me friego la barbilla pensando.
—Depresión post parto.
—Nunca se recuperó... Fue la mejor mamá del mundo, —la miro viendo la seriedad que tiene—. Mi papá un día borracho me dijo que no supo como ayudarla, y quería saber si alguna vez me maltrato mientras él no estaba y no, nunca me maltrato ni nada, yo ni siquiera sospechaba que estaba mal, lo supe ese día y ahí comencé a ver las cosas raras, como que habían días que solo dormía, otros que estaba con todas las energías, como que comenzó a ser muy selectiva con lo que comía, me refiero a que yo lo veía normal, pero estuvo dos meses comiendo fideos blancos, y de grande le consulté al psicólogo y me dijo que era un rasgo de la depresión, que les da seguridad.
—Que triste.
—Si, fue duro, yo estaba entrando a la adolescencia y aunque mi papá se había tirado al alcohol no permitió que me descarríe, que tampoco lo intenté, no me interesa salir, quería estar en mi habitación leyendo. —nos miramos hasta que sonrío—. Y bueno, se fue porque quería y fue su tiempo, capas que si seguía con vida iba a ser peor para ella.
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Para el proximo sabado tenemos otro reto, 600 votos para maraton.
Muchas gracias a todos por el esfuerzo y espero sea recompensado en la historia.
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