Capitulo 6

2083 Words
Leandro. Con los ánimos por el piso voy a la gala que mi papá me obliga a ir porque van personas muy importantes del pais cosa que me lo paso por las pelotas, pero mi papá tiene un empresa de transporte de cargas pesadas como materiales de construcción, combustibles, y todo tipo de armamento como autos, aviones, barcos, en fin, cosas pesadas, y firmó un contrato súper suculento sobre hacer envíos a los paises limítrofes, y como lo invitaron quiere que vaya si o si, soy hijo único y no hay nadie mas que unos primos que trabajan para mi papá y mejor que ellos se lo queden o no sé, a mi no me interesa nada con los camiones y no lo entiende, pero voy a tener que hacerlo o venderlo el día que él no este, porque tampoco puedo dejar que otros gocen de todo lo que mis papás construyeron, porque mi mamá también sacrificó su vida para que esta empresa funcione. —Acomódate la corbata. —llego al lugar donde mi papá me espera asi entramos juntos. —No sé como va, me la puse como mas o menos crei que iba. —A ver. —miro a otro lado cuando la acomoda como va—. Listo, al menos hasta que terminemos de comer te la dejas, después puedes sacártela. —Después de comer me voy papá, estoy seguro que es un bodrio esto. —Cuando te diga te vas, porque necesito que te quedes por si no entiendo alguna cosa de trabajo que hablen. —vamos a la entrada donde nos vuelven a revisar la entrada y que no tengamos armas, después de eso recién ahí subimos unas escaleras—. Ahí está Hardy, el dueño de la empresa, dale la mano diciendo encantado de conocerlo, gracias por la invitación y ya, yo hablo. —Si. —Ahi esta su mujer y una de sus hijas, creo que la menor de todos sus hijos. —me acomodo el saco que lo encuentro muy incómodo y cuando la veo a la chica que mi papá dice que es la hija menor del tipo del negocio siento que la conozco, y cuando me sonríe la recuerdo y no lo puedo creer, no puedo creer que nos veamos aca—. Hardy. —Lauriano, que bueno verte. —se dan la mano y un pequeño abrazo, creo que lo vi alguna vez, un tipo como de dos metros, tatuado hasta donde no debería como las cejas, las orejas y manos, pelo claro al rape a los lados y un poco largo arriba, ojos azules, barba colorada, enorme, un tipo enorme—. Me alegra mucho que vengas y sociabilicemos mas. —Encantado de venir y gracias por la invitación, —mi papá me mira sonriendo y diciéndome con los ojos que sea amable, cosa que soy solo que me cuesta ser amigable con personas que no conozco—. Vine con mi hijo, Leandro, él es Hardy. —Mucho gusto señor, encantado de conocerlo y venir a su fiesta. —Igualmente, encantado de conocerte muchacho, les presento a mi mujer Anna. —saludo a la mujer preciosa que sonríe, ¿de dónde sacan las mujeres estos tipos?, porque es una mujer rellenita pero no tiene nada que ver con la belleza que carga. —Un gusto Anna. —Igualmente. —Mi hija menor Florencia, mis hijos mas grandes cuando pueda se los presento, están por todos lados acomodándose. —Ahi viene Cami papi. —la saludo de la mano a la chica que me sonríe con diversión—. Ahi viene mi hermana. —¿Cómo estás?, no te veía hace días. —No eh ido a su casa. —¿Se conocen hija?. —Si... —asi que es de esos enfermos con las hijas, y mas lo confirmo cuando le agarra la mano a su hija sacándola de mi brazo y la madre la envuelve de la cintura sonriéndole al gigante que cambia la cara de asesino en serie a una de no tan asesino—. Es vecino de Cami. —Ah bien, coincidencia. —A parte de tener una hija preciosa es muy buena vecina señor, muy tranquila y amable. —Lo de preciosa esta de mas muchacho, mis hijas son mías, y no me gustan los chistes. —No es chiste señor. —mi papá carraspea incómodo, con ese carraspeo me dice que me calle la boca pero no voy a hacerlo—. No lo dije con ninguna intención mas que elogiar lo bellas hijas que tiene, solo eso. —Hijo, vamos a sentarnos. —Si, permiso. Camino siguiendo a mi papá que a la vez sigue a una chica que se ve que nos guia a la mesa que nos toca, pero no dejo de verla cuando pasa por mi lado sorprendida de verme en el mismo lugar que ella sin siquiera esperarlo, yo lo estoy, estoy aun mas que sorprendido de verla, sabia obviamente que es de una familia adinerada, no la veo que tenga un horario como para decir que trabaja, las únicas veces que la vi fue saliendo que echa humo y entrando con compras, nada mas, y a parte, el edificio que vivimos no sale dos pesos, cuando le dije a mi papá que no quería vivir mas con él y que me iba a alquilar me dijo que ahí, que quería que viva bien sino no se quedaba tranquilo y lo acepté, me paga el alquiler pero yo las espensas e impuestos, y le veo los vehículos que cargan, asi que me daba mas o menos una idea de que son de dinero pero jamás creí que a este nivel, aunque me importa poco sinceramente. Después de la comida dan un discurso de lo mas fastidioso que intento con todas mis fuerzas prestar atención asi después le explico a mi papá todo lo que dijeron porque el pesca moscas, y mas me fastidio cuando lo veo al supuesto tio, va con Camila y la hermana que están paradas con otros tipos y miran al que habla, Camila niega sin decir nada y la otra como que le pelea al tipo. —Mira, ese es el hermano de Hardy, con él hablé cuando aceptó trabajar y después cuando hablamos todo y llegamos a un acuerdo me mandó con Hardy para ya cerrar el trato, y es un tipo medio difícil la verdad. —¿En qué sentido?. —Que es muy terco y algo egocéntrico, me cayó bastante mal, pero muy bueno para los negocios, la mujer de vestido azul es la hermana, una belleza de mujer. —lo miro alzando las cejas, desde que murió mi mamá hace doce años nunca dijo nada de ninguna mujer, ni de alguna actriz, nada de nada—. Esa que va ahi es la mujer de Yasserley, mira lo que es esa mujer por Dios, el sueño de cualquier hombre. —Medio que te estas yendo a cualquier lado con esos comentarios, medio desubicado estas, ¿qué te pasa?. —No hijo, nada que ver, solo que la vi de frente porque es la secretaria de su esposo, no tienes idea de lo impactante que fue para mi, nunca vi a nadie mas bella en mi vida, a nadie. —¿Esa es la hija?. —Si, la nena y la chica que esta ahi de marrón. —¿No es la mamá de la grande no?. —Nooo hijo, para nada, es una jovencita no más. —Bueno, crei que podía ser de esas que hasta se clonan para ser mas jóvenes. —No, es una jovencita, se nota enseguida. —Atención todos, vamos a pasar al baile, están todos invitados a pasar a la pista. —Bueno hijo, ya puedes irte si lo deseas, yo me voy a quedar para el postre y me voy. —Quiero hacer algo primero. —me paro sacándome el saco y la corbata—. Tengo un pendiente. —¿A dónde vas?. —voy directo a Camila que habla con la chica de la entrada y cuando me ve la codea señalándome con el mentón, me paro frente a ella estirándole la mano. —¿Bailas?. —mira a todos lados y queda viendo a un lado pero no miro, la miro a ella porque es la única que me importa—. Es si o no. —Si. —me da su mano que tiembla, la aprieto intentando que se calme un poco—. Vamos a bailar. —la llevo a la pista donde la acerco bien a mi pasando un brazo por su cintura casi alzándola de lo pegado a mi que la pongo—. Ay. —Estas muy bella Camila. —No quiero sonar clasista, pero jamás en mi vida esperé verte aca. —Bueno, mi papá firmó contrato con tu papá... —me muevo de lado a lado sin dejar de verla fijo a los ojos—. Y tampoco jamás me esperé verte aca, vestida asi. —hacemos un movimiento sin siquiera escuchar la música que nada que ver con movernos de la forma que lo hacemos. —¿Qué tiene mi ropa?. —Siempre andas con ropa enorme y... —miro fugazmente sus pechos abultados—. Te ves aun mas hermosa, me gustas. —No me puedes decir eso. —¿Porqué?. —me alejo dándole una vuelta como si bailáramos el vals, y vuelvo a apretarla a mi. —La música no es para este ritmo. —Nosotros le ponemos el ritmo, si sigues un patrón impuesto nunca eres feliz porque haces lo que otro dice que hagas. —la miro a los ojos y unas ganas de comerse su boca de labios voluptuosos y rosa—. Las cosas no nos marcan Camila, a no ser que dejemos que nos marquen, que le demos el poder de que nos atormente. —¿Porqué lo dices?. —Porque lo digo, —¿Qué edad tienes?. —Veinticuatro, ¿tú?. —Veinte, casi veinte. —Uuuhhh, casi casi que esto es ilegal. —No tenemos nada como para que digas que casi. —No tenemos porque no quieres. —¿Y cuándo te me declaraste que no me enteré?. —Lo acabo de hacer hace unos minutos. —sonrío porque no tiene idea de qué hablo y mas me rio por lo confundida que se ve—. Pero vamos con calma entonces, yo por lo menos, asi vas comprendiendo cuando me tiro. —¡Camila!. —paramos de movernos viendo a un tipo que viene furioso—. Ven aca. —Juli, el es mi vecino. —No me interesa, ven aca. —Si. —frunzo las cejas porque apareció de la nada—. Es mi hermano. —Ah, ok. —cuando se alejan me acerco corriendo, me inclino hablándole al odio con las manos en sus brazos—. Soy masajista, no compro ni vendo sexo, para que lo tengas en cuenta. —me alejo cuando el hermano me empuja con fuerza—. Ey, calma, no pasa nada con tu hermana, una amiga. —Ella no tiene amigos, aléjate. —voy donde mi papá sonriendo, le saco el vaso de lo que tomaba sonriendo y me da un pellizco. —¿Qué hacías con la hija de Hardy?. —Bailar, es mi vecina del frente del departamento. —No te acerques, vino Julián preguntando si eras mi hijo, estaba re enojado. —Si supiera lo que le haría a la hermana me mata. —tomo jugo riendo porque alejo el brazo donde me quiere volver a pellizcar, la busco con la mirada donde el hermano le dice algo y ella se sienta muy seria cruzada de brazos junto a su mamá—. Me quedo aca sentado toda la noche, pero no me voy por nada, por ahi y tengo otra oportunidad de volver a bailar con ella. —Su hermano no la va a dejar sola. —Espero, sé esperar. —Mmmjjjj, en una hora mas o menos me voy y te vienes conmigo. —Aja. . . Bueno chicas, nos vemos el lunes ya que no voy a estar actualizando diario, puede que unos días y otros no. Para el sábado 19 hay reto para maratón, de 300 votos. Recuerden que los votos en Dreame y Sueño Novela son igual de importantes como los comentarios. Besitos!!! . .
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