—¡Ay nooooo!. —llego a saltar donde el agua de la conexión del lavarropas comienza a largar agua sin parar—. ¡Qué hago, qué hago...!. —pongo las manos intentando taparlos pero salta para todos lados y me digo, ¿Dónde estará la llave de corte?—. Mierda no puede ser... —miro el teléfono llamando a Exe que es el que mas sabe de estas cosas pero nunca atiende, y no quiero llamar a nadie de la familia, asi voy a tener que llamar al conserje, salgo con el celu en la mano y quedo parada viendo la puerta del departamento del frente—. Nooo, no lo hagas, no lo hagas.
—¿No hagas qué?.
—¡Ay mierda, no te oi!.
—Yo si, estabas insultando a los gritos, ¿necesitas ayuda?.
—Si, ¿tienes el número de algún plomero?.
—¿Qué sucede?.
—Estaba lavando la ropa cuando se desprendió el tapón del agua y no para de salir agua, corrí como pude el lavarropas y le puse un tapón y el agua para que caiga a un balde.
—Bueno, espera que voy por herramientas porque supongo no tienes.
—Si, tengo pero no sé usarlas ni para qué sirve cada cosa.
—Vamos y veo qué tienes.
—Pasa... —lo llevo al lavadero donde le señalo—. No sé donde esta la llave de corte, mi papá me dijo todo cuando me mudé y no me puedo acordar.
—Es está. —baja una llavecita que hay en la pared.
—No puede ser, tuve la intensión de hacerlo y creí que iba a empeorarlo.
—Bueno, a ver qué sucede. —veo como corre el lavarropas y corre el balde lleno de agua—. Aca, se le salió el soporte de... —me mira riendo—. No tienes idea de qué digo.
—No, ni un poco.
—Muéstrame qué tienes a ver si voy a buscar algo a mi casa.
—Si, mira... —abro el estante donde guardo lo que es el jabón, el tender, la aspiradora—. Esta caja me la hizo mi hermano mayor cuando vino a hacerme unos arreglos y no tenia nada.
—¿No sabes de ninguna herramienta?.
—Emm si. —le corro la caja arrastrándola a su lado porque esta re pesada y asi ve que le sirve, agarro el martillo sonriendo—. Un martillo.
—Biieeeennn, sabes algo.
—¿Te estas burlando de mi?.
—Siiii. —primero quedo sorprendida y después me tiento de la risa junto a él—. Bien, ya vengo, necesito una cinta que va por aca.
—Bueno, te espero. —apretando mis manos lo espero, cuando viene me muerdo los labios, es muy apuesto sinceramente y siento que Florencia puso eso en mi cabeza porque no pensaba asi de él.
—Aca... Menos mal que me quedaba.
—¿Trabajas con algo de esto?.
—No, pero sé... Me gusta arreglar mis cosas asi que investigo y pregunto. —veo como envuelve el tapón con algo blanco y lo pone—. Tengo que revisar el...
—¡CAMILAAAA!. —me giro viéndolo a Exe entrar—. ¿Qué pasó? ¿qué...
—Espera...
—Vi tu llamada perdida, te llamé un montón de veces. —mientras habla lo mira—. ¿Qué pasó?.
—Se salió el tapón del agua, él es mi vecino y escuchó todo y vino a darme una mano.
—¡Ah, bien!. —se acerca estirando la mano—. Exequiel, hermano de Camila.
—Leandro, el vecino del frente.
—Bueno Leandro, muchas gracias, sigo yo.
—Dale, ya casi está, iba a controlar si tiene floja la canilla.
—Ya lo hago yo, gracias. —se para mirándome con una sonrisa enorme.
—Te acompaño a la puerta.
—Si, nos vemos. —le da la mano a Exequiel y nerviosa me pongo donde mi hermano no deja de verlo—. Acompáñalo y tráeme algo fresco para tomar.
—Vamos... Gracias por venir enseguida.
—Che, —se inclina sobre mi que me obligo a estar quieta y susurra—. Que celoso tu hermano.
—Si, y menos mal no llamé al mayor.
—¿Iba a venir a golpearme?.
—Si. —abro la puerta sonriendo con pena porque hasta me imagino la situación—. Ni siquiera iba a preguntar qué pasaba, te iba a golpear.
—¿Por verme arreglar la canilla?.
—Asi de loco es... —quedo en la puerta y él en el pasillo hablando, mira hacia atrás asintiendo y sonriendo—. Esta mirando.
—Si, me voy entonces, cualquier cosa que necesites no dudes de decirme.
—Muchas gracias. —cierro yendo enseguida a la heladera sacando una botella de jugo y un sanguche de milanesa que me quedó—. No sabia qué hacer por eso dejé que venga.
—Me vuelves a llamar hasta que atiendo, ¿Cómo vas a dejar entrar a un tipo cualquiera a tu casa?. —llego frente a él donde no se mueve y señala a cualquier lado—. Que no vuelva a pasar, me vuelves a llamar, o a Julián, a papá o al tio, a nadie mas.
—Si, no va a volver a pasar, toma... —le da un buen mordisco al sanguche y me da el celular.
—Avisa a Ara que estoy aca.
—Ahí la llamo.
—Dile si hacemos algo a la noche aca.
—Bueno. —apretando los dientes porque ni me pregunta que si yo quiero la llamo.
—Hola.
—Soy Cami.
—Ey, ¿Cómo va?.
—Bien, Exe esta en mi casa haciendo unos arreglos, quería que te avise.
—Ah ese... Crei que ya venia.
—Dice si quieren venir a comer aca a casa, lo que hallas hecho para el mate tráelo.
—Eres una tremenda sapa. —como tengo el alta voz Exe se rie junto a mi—. Ahí cambio a los muchachitos, ¿pero en qué voy?.
—Ahí te voy a buscar, que Exe se quede arreglando mi casa. —le tiro una patada cuando me saca el dedo medio.
—Dale, y pasamos a comprar que tengo unas ganas de comer las pizzas que haces.
—¿Y yo soy la sapa?.
—Obvio nena, ya te voy a agarrar, estas a nada que te una buena eh, no sigas Camila.
—Aaammm, ahí voy, me pongo unas chanclas y voy.
—Dale, te esperamos. —le pongo música en el celu y me paro.
—Bueno, voy a buscarlos.
—Me voy a dar un baño por si llegan y me estoy bañando.
—Si, sabes donde está tu ropa.
Voy por Ara con los nenes y hacemos la odisea de salir a comprar con los nenes que es, tremendo, se les ocurre hasta lo que no existe, y no hacen escandalo, sino que me da risa porque dicen, ¿Qué tal si compramos unicornios y les damos pastito?, ¿Qué tal si compramos una estrella?, ¿pregunta si tienen algodón de azúcar con sabor a chocolate?, me hacen reir con ganas la verdad, y mas risa me da que Ara les explica porque esas cosas no se pueden comprar y porque no existe, porque no lo entienden.
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Mientras Ara con Exe se meten mano en lo que supuestamente es lavar los platos, pongo música al palo bailando con los nenes, salto dando vueltas y sacudiendo el pelo como loca, lo tengo super largo y abundante, herencia de mi papá, porque mi mamá tiene poco, siempre crei que era por la cantidad de hijos que tuvo y que puede que le perjudicó el pelo, pero toda su familia tiene poco pelo, en cambio de parte de mi papá es una barbaridad, mi tia Lihue va cada mes a cortarse porque lo que nos crece es una locura, y mas me rio porque las nenas tienen dos colitas a los lados de sus cabezas y donde tienen un montón de pelo y tanto sacudir ya están en cualquier lado las colitas.
—Asi asi, miren... —me inclino sacudiendo la cabeza como una rockera.
—Noooo, a sae cabeza tia. —llego a caer de rodillas de la risa.
—Esa, esa queo.
—Si, —pongo la de una serpiente que busca amiguitos—. ¿Quiere ser usted, una parte de mi cola?.
—Si si. —Oddi me agarra de las caderas y yo sus manitos y vamos hacia Harley bailando y Harley nos espera bailando también—. Soy una serpiente, que anda por el bosque, buscando una parte de su cooooola, ¿quiere ser usted, una parte de mi cola?.
—Si si, si queo. —se pone atrás de Oddi y vamos por Ezem, bailamos un buen rato hasta que ya se tienen que ir.
—Bueno, duerman bien, oren, no se olviden de orar.
—Nooo, no poemos olmil sino.
—Es muy feo.
—¿Olas a ios tia?.
—Si, todos los días. —saludo a todos y desde la puerta veo como bajan las escaleras y voy al balcón a verlos—. ADIOOOSSS, NO HAGAN BOCHINCHE PARA DORMIR.
—NOOOO.
—HUELME IEEENNN. —espero a que se vayan y me quedo ahi, viendo hacia afuera cuando para una moto de reparto y el vecino del frente recibe el pedido, mira hacia aca quedando quieto.
—¿Ahora ves lo que hacen los vecinos?.
—Yyyy, me gusta hacerme ideas de que hacen de sus vidas.
—¿Y si hay un asesinato y tienes que ser testigo? noooo, re sapa quedarías.
—Una buena historia para contar, hay que ver los lados buenos.
—Macabra... —me da risa porque lo dice haciéndose el sexi—. Mira eso, no me lo esperaba de ti.
—Ojo con llevarme la contra, no viste mi altar de brujeria, llévame la contra y te hago un embrujo.
—Puede que ya me lo hiciste.
—Aajaja, estas loco con pensar que justo a ti te tiraria algo.
—Pero no digo que sea malo eh, —queda viendo a una pareja que sale y apunta la entrada, voy hacia la puerta sacando una pizza de mas que hice con la escusa de que me quede para mañana y lo espero, que llega enseguida donde subió corriendo—. Esto ya me asusta.
—Toma... —sonríe sin parar y yo le tiendo la pizza—. Perdón por no dártela antes, pero la hice para ti como agradecimiento que me viniste a ayudar.
—Bueno, muchas gracias, seria mejor si la compartimos.
—Es que ya comí.
—Bueno, para la próxima entonces.
—Si, la próxima.
—Bueno, yo lo tomo como promesa eh, no me falles.
—No no, cuando gustes, ahora no porque ya comí y vinieron mis sobrinos y quede, destruida.
—Bueno, ¿Qué tal el sábado?.
—El sábado entonces.
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Holis, una nueva aventura...
Como siempre, las noticias las voy a estar avisando por IG.
Espero leerlas.
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