IMBÉCIL.
IDIOTA.
ENGREÍDO.
Vuelvo a sonreír como en la última hora y media, solo por cortesía, solo porque no le puedo dar un golpe en su perfecta y odiosa cara, sería un papelón que hiciera algo como eso, no en un evento como este, no cuando hay tantos fotógrafos y soy la encargada por primera vez de todo.
Observo a mí madre y ella me mira suplicante, Emily mantiene la línea, está acostumbrada, pero yo no, no soy como ella, mis comentarios siempre están a la orden del día, no puedo evitar ser sarcástica o soltar alguna palabrota cuando la oportunidad lo amerita, como ahora.
Apenas soporto la presión del desfile, la presión de los inversores, mi afán por querer hacer todo, por no equivocarme, por no caer. Como para también aguantar a un pequeño chico mimado con aires de grandeza.
Me levanté con muchas expectativas hoy, muchas ganas de comerme el mundo y a la vez con tan pocas ganas de caminar, no había hecho nada en los últimos meses, no salía, apenas pisaba la calle y solo lo hacía para nuestras cenas familiares, dejé de ver a Caleb, o como Hilary lo llama “Anónimo dos”, porque las Hamilton, tenemos un imán para salir con fantasmas que solo queremos besar y ya.
En fin, no había disfrutado nada, ni siquiera de los besos de “anónimo” o las salidas con mi prima y sus amigos, me esforcé, deje de lado cualquier distracción y comencé con este proyecto, con este gran paso en mi vida y carrera, deje cosas, pero mantenía la esperanza, esto traería frutos, esto sería prospecto, esto me dejaría prácticamente a cargo de todo lo que siempre soñé, porque era buena, muy buena, me apasionaba lo que hacía y podía hacerlo a ojos cerrados.
Emily había sido una gran ayuda, sus ideas eran increíbles, su trabajo era sorprendente, le gustaba lo que hacía, amaba esto, lo había hecho crecer de formas casi inimaginables, marcando tendencias, saliendo en portadas, teniendo unos de los mejores puestos en la industria junto a grandes marcas.
Dar este paso no solo era un gran compromiso para mí, tomar su lugar significaba hacerlo igual y mejorarlo lo más que se pueda, pero nunca caer, nunca perder, porque en la línea de la familia, ninguno había fracasado y yo no sería la primera en hacerlo.
Yo sabía que podía, tenía todas mis energías puestas en esto, había tomado en cuenta cada detalle, combinado hasta lo impensado, había preparado sola este gran evento, todo lo referido a la recepción, invitaciones y organización, estuvo a mi cargo, sin contar que se presenta mi colección, esa en la que tanto estuve trabajando, la que me pidieron para que saber si era capaz, para que los inversores estuvieran seguros de que la empresa seguiría con su gloria, para vean que llevo a Emma, Theo y Emily en la sangre, que el gen Hamilton en mí, que tengo lo necesario para lograrlo, para hacer las cosas bien, para llevar esto.
— Si quieres yo lo agarro y tú le pegas – murmura Nathan en mi oído.
— ¿Puedo romperle un hueso? – una sonrisa traviesa baña mi rostro.
— No esperaría menos de ti - guiña su ojo - Su hijo es alguien apasionado por el negocio señor Lin. - dice mi tío tranquilo, pero en un tono alto interrumpiendo al mequetrefe.
Oh, lo olvidaba, el señor Lin II, el hijo del difunto señor Lin I aquel que se propaso con mi abuela, ese que le dio su primer vehículo, una familia que llevaba años de trayectoria en el área, un legado de puro primogénitos varones, porque el machismo no se perdió por aquellos lugares, no, al parecer con cada generación que pasaba el cerebro se achicaba y la idiotez se agrandaba.
Ahora, este sujeto, que pensé sería uno de mis socios, deja de serlo, pasa a ser un jubilado y su hijo, un payaso engreído va a tomar el podio, la presidencia. Quisiera decir que me sé su nombre, pero mentiría, desde que dijo hola lo anule, primero porque no me interesa, segundo porque su forma de saludar se limitó a un "Hola nena".
El sujeto de no más de veinte años me dijo, hola nena, en un evento, delante de los demás socios, delante de mi tío, un tío que se limitó a decir.
— Señorita Hamilton – en tono seco – Así se refiere a ella señor Lin – apretó los dientes.
Uno dirá, es un sujeto inteligente, se callará y disculpará, no, él simplemente respondió.
— Eres soltera, genial, yo también - rodé los ojos y mi madre me miró nuevamente.
Tranquila mamá, no lo golpeare, al menos no esta noche, respondí mentalmente mientras la observaba y ella a mí.
Tengo que decir que no es feo, ojos algo rasgados, piel blanca con un toque de amarillo, alto, de un metro ochenta y nueve, delgado pero musculoso, nariz recta. Su cabello es oscuro al igual que sus ojos y podría trabajar tranquilamente como cantante de estás Boys band de moda, claro que podía, es más, le quedaría mejor eso que ser empresario, pues para lo último le faltaba cerebro.
— Justo la información que no me interesa – sonreí mientras aquellas palabras abandonaban mi boca – Señor Lin, es un gusto que haya podido venir, si me disculpa, tengo que controlar algunas cosas del evento.
Giré sobre mis tacones y comencé a caminar, mucha gente que asistía eran personas conocidas, al menos para mí.
Me había criado por estos lugares, caminando entre toda esta gente, observando a las modelos tras bambalinas, viendo como se debía manejar todo, las indicaciones, es decir que de por sí, yo ya sabía lo que había que hacer.
Ahora nos encontrábamos en el famoso hotel de siempre, ese donde mi familia hacia los eventos, aquel donde mis tíos ya estaban de novios y mamá se reencontró con papá.
La ambientación griega seguía intacta, los sillones antiguos, el bar del gran sillón, el gran salón que ahora tenía una pasarela y muchas sillas para observan la nueva colección.
La alfombra roja del centro tenía pequeños proyectores en todo el camino para alumbrar mejor las prendas, las sillas estaban acomodadas en estructuras que hacían que todos pudieran ver perfectamente.
A diferencia de años anteriores había designado lugar para los periodistas y sus fotógrafos, dejando invitaciones para dos de sus trabajadores, lo que no solo ocasiono que la prensa hablara a favor de mi nuevos cambios, también que este evento tuviera mucha más publicidad que los anteriores, porque era la primera que los recibía con invitación debajo del brazo dando a una de las cadenas de moda la posibilidad de grabar todo el evento y transmitirlo en vivo.
Saludo a algunos de los periodistas, respondo algunas de sus preguntas con una gran sonrisa en el rostro y me dirijo a paso firme a la sección de atrás, las modelos ya están peinadas y lista, los cambios acomodados como ordene, ya que había visto algunos problemas en eventos anteriores por eso ahora estaba intentando evitarlos.
Lo primero que se vera es la última colección de Emily, una línea para niños que estará disponible en el centro de la ciudad, con talles desde recién nacido hasta doce años, Aaron es uno de los modelos, no porque quisiera, claro que no, perdió una apuesta y ahora se ve obligado a pasar por la pasarela.
Yo por mi parte me encargare de presentar una línea para jóvenes, lencería, bañadores y ropa de fiesta, había diseñado una pequeña colección de veinte modelos por cada una de las categorías, rompiendo un poco con esa parte formal que tenía Em y agregando algo más canchero y moderno, pero sin dejar de lado la parte fundamental de la empresa.
— Señorita Hamilton – una de las asistentes hablo – Ya esta todo el mundo en sus lugares – afirmo.
Estoy nerviosa, las manos me sudan y puede que un poco en shock, pero no importa porque hare que esta noche salga como tiene que salir, perfecta.
Paolo se acerca y me observa, sus manos van a mi cabello suelto, pasa sus dedos, revisa mi maquillaje y acomoda mi vestido. Estoy sencilla, un vestido blanco cubre mi cuerpo y uno de mis hombros, llega a hasta la mitad de mi muslos, en mis pies descansan unos zapatos nube, mi maquilla esta en tonos tierras y mi cabello natural llevado hacia uno de los costados y unos pendientes de oro.
Tomo aire y camino directo a la salida.
Los flashes comienzan y mi sonrisa se expande, busco a mis padres con la mirada hasta que los encuentro en los lugares asignados, todos están aquí, mis padres, Sam, Mateo, Hilary, Ben con Luna, Bruno y Mimi, Emily con George, Nathan con Hannah, seguimos siendo muchos, pero faltan los más importantes, faltan todos ellos.
Camino hasta donde se encuentra el micrófono, no tengo nada ensayado, me había negado a parecer un robot leyendo, solo hablaría y ya.
— Buenas tardes para todos y bienvenidos al octogésimo aniversario de Astracán textil – sonreí – En primer lugar, quiero agradecerles su presencia el día de hoy – moví mi rostro para mirar a otro de los lugares – Como sabrán este es un año muy especial para todos nosotros, no solo estamos despidiendo a una de las mujeres más importantes en el mundo de la moda, sino que estamos dando un nuevo paso para abarcar más rubros y poder así llegar a toda la sociedad – los aplausos retumbaron.
Mis ojos recorrieron la sala, reporteros, algunos empresarios famosos y alguien que no recordaba haber invitado se encontraban entre los puestos correspondientes.
— Me voy a tomar este momento para agradecer a mi familia – los miro – Gracias por su apoyo incondicional, cada uno de ustedes pudieron hacer posible este momento, pero sobre todo quiero agradecer a los que ya no están, esos seres increíbles que marcaron lo que es hoy nuestro legado – sonrió con nostalgia – Emma y Theo fueron los encargados de hacer que todo esto sucediera, ellos que por cuestiones de la vida el día de hoy no pueden estar aquí, pero que sé con certeza, estarían orgullos de todo lo que has logrado tía – Em sonrió mientras sus ojos se aguaban – Ellos, mis padres y cada uno de los integrantes de esta gran familia, fueron los responsables de este éxito.
Pare un segundo mientras los aplausos seguían, Hilary ahora se encontraba en la parte de atrás para cambiarse, ella era una de las modelos principales de la colección.
— Como sabrán esta no es solo mi presentación en la empresa, sino también un homenaje para aquellos que no están, cada una de las prendas representan un parte de lo que fue nuestra gran familia – vuelvo a sonreír – Como dijeron por ahí, en una de las noticias, los Hamilton estamos llenando el mundo – volvieron a reir – En fin, en esta colección encontraran el amor de mi abuela Emma, la paz de Theo, las locuras de Margo, la calidez de Clara, mi otra abuela – sonreí – Veremos la elegancia de James, el fuego de Amy, el glamour de Hayley y Tracy – mire a mi cuñado - Este es un gran homenaje para todos ellos, esperamos que lo disfruten.
Termino de hablar entre aplausos, mi familia me sonríe y uno de los asistentes me ayuda a bajar, me siento en el lugar que me corresponde y el presentador da comienzo a lo que será una gran velada.
Observo cada pequeño detalle, buscando cualquier error que pueda aparecer, tratando de que se note el esfuerzo que hemos puesto en ello, cada una cantidad de tiempo voy a corroborar que todo este bien con las modelos, aunque Paul y Paolo son los encargados de esos, Emily sonríe, todos lo hacen mientras la pasarela se llena.
Alcanzo a ver la cabellera de Barbie, ha llegado algo tarde porque tenía turno en el trabajo, pero aquí está, al lado de Ben y Luna, las colecciones pasan y mis nervios aumentan, ahora comienza lo mío y esto me pone un poco inquieta.
Me voy a la parte trasera y ayudo con los pasajes, tiene que salir todo bien, se escuchan algunas exclamaciones, aplausos y los flashes que dan las cámaras, no quiero ver las caras de los presentes, prefiero enterarme al finalizar el desfile que les pareció, mi familia no ha visto la nueva colección, solo Emily y Paolo, a ellos les encanto, pero no me confiaba de su opinión, eran mi familia, no contaba.
Los minutos pasaron y por supuesto llego el momento de enfrentar a la prensa y las personas, Emily entro sonriente y aplaudiendo.
— Eso ha sido increíble, todos han quedado fascinados, los modelos – aplaude y me abraza – Eres grandiosa, fue mejor que los míos – se aleja – Joder, el alumno ha superado al maestro – me vuelve a abrazar. – Vamos hay que salir.
Toma mi mano y caminamos para subir a la pasarela, suspiro, es momento de caminar por ella con las modelos principales, Hilary y Tamara.
Mi prima me guiña uno de sus ojos mientras se coloca a mi lado, comenzamos a caminar por la larga alfombra roja, Emily y yo nos adelantamos para hacer una leve reverencia y posar para la foto, después se nos unen Hil y Tamy, las tres nos quedamos frente a las cámaras mientras todos aplauden de pie y Dua Lipa suena.
Mi papá me entrega unas flores mientras murmura lo orgulloso que esta de mí, mis ojos se llenan de lágrimas, pero estaba feliz, todos estaban contentos, las cosas habían salido bien.
Salude un par de gente, respondí algunas preguntas a los reporteros y me aleje para salir un rato al patio del hotel para tomar aire, necesitaba un respiro, un poco de aire, calmarme, mis brazos se apoyaron en el frío de la baranda, la gente estaba en la recepción de la comida, todo había terminado y salido perfecto, ahora solo quedaba descansar.
— Tengo que admitir que tienes talento – cerré los ojos y aprete mis puños – No solo eres una cara bonita y gran cuerpo - ¿ahora podía golpear gente?
— Señor Lin – lo mire de reojo – Debería ir a disfrutar la recepción – volví mi vista al frente.
— Solo dime Gao – apoyo su espalda en la baranda y me miro.
— No corresponde, seremos socios, no amigos – lo ignoro.
— Podemos ser más que socios – ruedo los ojos.
— No estoy interesada, tengo novio – corto de raíz.
— No te creo, si tuvieras novio estaría aquí y no lo veo, solo vi a tu padre darte flores – voltee mi rostro para mirarlo.
— Por eso crees que no tengo, por unas flores – bufo – Son un cliché, algo banal, no necesito hacer un espectáculo con mi pareja para convencer a las personas que la tengo, mantengo mi vida privada, en privado. – giro para irme.
— Eso es lo que dicen siempre las solteronas, pero veras, si quieres te puedo hacer el favor, por la cara que tienes, parece que te falta algo de diversión.
Cerré mis ojos y tome aire, mi vista se centro en aquella persona que no invite y que ahora nos miraba con interés, voltee hasta ver a Lin con una ceja alzada.
— Mi cara no se debe a eso, simplemente es una representación de lo asquerosa que me resulta su presencia, si me disculpa mi novio me espera.
Emprendí camino hasta el sujeto de traje gris, mis pisadas eran firmes, iba con un solo propósito, marcar las distancias y dejarle en claro que no iba a conseguir nada conmigo.
— Hola – sonreí, pero me di cuenta de que Gao estaba detrás de mí - ¿Como estas amor?
Tome su cuello, eleve las puntas de mis pies mientras me sostenía de su brazo, mi boca se estrello en la suya, no me alejo, solo puso su mano en mi cintura pegándome un poco más a él, su boca se movió haciendo nuestro contacto más íntimo.
Nos separamos un momento después, sus ojos verdes observaban los míos con curiosidad.
Fue cuando me di cuenta de lo que hice.