THE ROGUE

PATERNIDAD Y PROBLEMAS

MATHEW

Ya de camino a casa ninguno hablo, me sentía decepcionado por no poder acercarme a mi luna y decirle que era mía sin descontrolarme y cuando lo iba a hacer nos descubrió el señor Green, cuando llegamos a la mansión de la manada me fui directamente a mi habitación y lo primero que sentí cuando la abrí fue una fría soledad.

Tenía que volver acercarme a ella, idear una excusa o algo para poder tenerla a mi lado nuevamente. Me decía silenciosamente, cuando de repente interrumpe Carlos entrando precipitadamente como un loco.

- Si sabes que antes de entrar se toca - Le dije frunciendo mi ceño por su comportamiento.

- Ya lo sé idiota pero ahí problemas en la manada.

-¿Qué pasa?- Le dije preocupado.

- La abuela de Maya está aquí.

- Maldición - Me pare de la cama y me fui corriendo para la planta baja con Carlos siguiéndome, ya decía yo que mi noche no sería placentera.

Cuando llegue abajo pude escuchar los gritos de Nuna, una ninfa muy sabia, pero de carácter fuerte.

- Qué está pasando aquí - Dije con mi voz de Alpha cuando llegue al lado de mi hermano.

- Alpha que bueno que está aquí - Dijo ella - Aquí el poco hombre de su hermano sigue negándose al casamiento de mi hermosa nieta con él.

Tom volteó los ojos.

-¡Jamás me casaré con Maya!

Nuna lo volteo a ver enojada con la cara roja, pero antes de que le dijera algo, hable.

- Nuna... - Suspire - Usted y yo; ya habíamos hablado de esto, Tom no se casará con Maya porque ella no es su Matte, pero él tomara la responsabilidad de lo sucedido.

- Ahí mi niño - Me miró a los ojos con tristeza - Mi rey... A veces tomas decisiones muy justas como muy injustas, igual a tu padre.

Se quedó callada mirando el suelo para luego tomarme de las manos y mirarme directamente.

- Mi gran luna será igual a usted trayendo más paz.

Sonreí.

- Te veo mañana - Le dijo a Tom volteándolo a ver.

Para luego retirarse de la mansión a su hogar en el bosque.

- Tom - Le dije deteniéndolo en las escaleras - Mañana quiero verla aquí.

Él se encogió de hombros y siguió subiendo las escaleras.

- Veré - Me contestó seca mente antes de perderlo de vista.

- Aunque lo veas así de frío, como si no le importara, él la quiere - Me dijo Carlos quien se había mantenido callado hasta ahora.

Me dejé caer en uno de los sillones de la sala.

- Solo espero que no me maten en el proceso de su paternidad.

Los dos reímos.

Sé muy bien que Tom quiere a Gaia solo hace falta mirarlo cuando la carga; aunque él lo niegue y se haga el frío con Maya cuando viene a la mansión con su hija.

Para la manada el nacimiento de Gaia fue un error, ya que Tom no ama a Maya; y el hecho de que ella no sea su matte no ayudaba en nada tanto para las ninfas como a nosotros.

- Qué bueno que los encuentro despiertos todavía - Dijo Chase entrando por la puerta de la mansión algo apurado.

-¿Le pasa algo a Grifh? - Dije parándome rápidamente del sillón ocasionando que las heridas de mi espalda dolieran.

- No, él está bien, pero me comunicaron que un rogue acaba de cruzar nuestro territorio.

Si definitivamente esta no era mi noche, no solo tenía que lidiar con los malditos groans, sino también con un estúpido rogue en mi territorio.

-¿Lo alcanzaron? - Preguntó Carlos.

- No, pudo burlarnos astutamente.

- Pondremos más guardias a vigilar - Le dije - Por lo tanto avísales a las ninfas, no quiero que pase nada ahí con un extraño merodeando mis terrenos.

-Si Alpha - Me dijeron Carlos y Chase para después retirarse.

Me fui nuevamente a mi cuarto pensando que tal vez mañana sería un mejor día y pudiera ver nuevamente a mi luna, cerré mis ojos para soñar con ella, mi perfecta Sara, mi hermosa luna, entre mi sueño y la realidad me prometí que la tendría conmigo muy pronto demostrándole todo mi amor y devoción hacia su persona, abrí nuevamente mis ojos y volteé a ver a la venta, ahí estaba la luna asomándose entre mis cortinas y no pude evitar agradecerle por mi regalo, por haberme dado una luna, por los tantos años soñando con ella, pero ahora que la tenía no pensaba dejarla ir jamás ni este sentimiento que tenía cada vez que la veía en la universidad.