SARA
Después de que Mathew saliera de la habitación me dirigí hacia los jardines de la manada que había visto ayer cuando me encontré a Maya en el camino, era precioso el lugar, los rosales estaban llenos de vida.
No pude evitar en acordarme de mi madre, talvez si viera este lugar se moriría de envidia al ver las rosas tan vivas y que ella no podía tener una sola planta sin que se le secara.
- Hermosas, verdad - Dijo Maya apareciendo a mi lado con la vista en los rosales - Las sembró la luna, Sofía.
- ¿Sofía? - Arqueo una ceja, Mathew jamás me había hablado de una luna que se llamará Sofía.
- La madre de Mathew y Tom - Explicó al ver mi cara y momentos después se comenzó a reír, talvez porque cuando dijo que era la madre de los chicos, mi vergüenza se hizo evidente en mis mejillas al
