“Aleksanteri ven a mí a las antiguas tierras. No estoy en uno y soy varios”
Corrí velozmente notando un suave reflejo bajo el cuerpo de Nigromante que dejaba vislumbrar casi el punto central de la apertura de un portal, pero relucía como el reflejo de un espejo con el tamaño quizá del mismo que solía adornar mi habitación. Comprendí al verlo que alguien manipulaba las fuerzas de algo superior con la intención de atraer el cuerpo de Nigromante. Sin embargo la energía que se manifestaba permitía que no fuera visible para nadie, a excepción de quienes comprendieran lo accesos que Nigromante solía conocer.
Si bien sabía que las tormentas pueden personificar grandes fuerzas y por lo general asustan e intimidan, ninguna antes presenciada se parecía a lo que se formaba en el ambiente gélido a
