Mostré una venía en señal de mi profundo agradecimiento. Nunca creí que me convertiría en alguien digno de pisar el estrado de Halvard menos aún de portar la corona que muy posiblemente adornó bella y perfectamente la cabeza del padre de Jon.
Jon no sólo se veía encantador con esa hermosa sonrisa, sino en sus ojos se detallaba gran ternura; como si él supiera que de algún modo estaba hecha para mostrarme así.
De pronto noté que cada uno de los muros del castillo cayeron con fuerza. Una vez más sentí su peso atraerme grandes mareos, sin embargo, todo lo que veía ante mí se volvió un oscuro bosque, pero uno tan sombrío y lóbrego que no me quedó duda que había sido atraída a uno de los escondrijos de Farga
Los árboles se veían verdaderamente depósitos de gran energía oscura, y cada rama
