-Te ves preciosa - se acerca cerrando con pestillo la puerta mirándola con deseo - pero nuestra hija está en la recamara de al lado, no creo que sea el momento - ella enarca una ceja mientras con la mano juguetea con los dedos sobre su pierna. -Por favor - se acomoda mejor y tomándolo del brazo lo empuja para que quede sobre la cama - entonces no hacemos mayor ruido, podemos ahogar nuestros gritos de placer con apasionados besos - acaricia el vello de su brazo adorando verlo con la camisa arremangada. -Antonia por favor - ronronea viéndola abrirle los pantalones e intentando controlarse al ver sus adorables gestos. -Paolo, mi amor solo disfruta - se hace al borde de la cama mientras le baja los pantalones y le quita los bóxer, se humedece los labios - es una pequeña compensació