Paolo visiblemente enojado decide vestirse incapaz de seguir compartiendo el mismo lugar con su mujer, la ama pero traición es traición y eso duele más que si la hubiera visto en la cama con ese hombre, totalmente inseguro y dolido se dirige en silencio hacia el bar del hotel deseando despejarse antes de decirle algo que pueda poner en riesgo la estabilidad emocional de su hija, mientras pide un trago se queda pensando en todas las veces en que buscó propiciar un acercamiento con su mujer y la respuesta obtenida fue "ahora no puedo estoy trabajando con Franco en los contratos para el próximo desfile", patrañas quizá ni siquiera tenían que hablar del desfile, quizá solo tenían que hablar de cómo él hacía el ridículo queriendo mejorar su relación y de la manera en que ella solía rechazarlo.