12. Paquetitos.

1029 Words
Noemí. Estoy muy decepcionada de mi misma justo ahora. No puedo creer que perdí mi virginidad borracha, en un hotel de las Vegas y encima de todos los males ¡con el socio y amigo de mi padre! Nadie puede saber esto. Nadie. Me quiero morir, como hace tiempo no quería. Me doy cuenta de que no hay señales de habernos cuidado y se lo pregunto directamente. -¡Dime si nos cuidamos, Matías!- exijo. -¡No lo se! ¿ok? No lo se - me contesta enojado. Respira, Noe, respira. Tengo que calmarme porque estamos los dos en la misma habitación y la misma situación. Así como me encuentro, solo en ropa interior, comienzo a buscar las señales de habernos cuidado. Lo único que me falta es dejarme llenar la panza de huesitos con el socio de mi padre. En la mesa de noche veo una jarra con agua y me sirvo en un vaso. Lo ingiero completo porque de verdad necesito calmarme. Lo miro buscar debajo de la cama y que vista el desgraciado. Está cubierto por un bóxer n***o que deja notar toda su anatomía. Su cuerpo está todo trabajado y su tórax tiene bellos en el pecho que bajan por el medio de sus abdominales para terminar en ¿un ancla? Se parece. 'Vuelve, Noemí. Señales, buscamos señales, no reconstruir la noche', hablo para mí. Miro detrás de él y ladeo mi rostro cuando divisó una puerta de lo que seguramente es el baño. Le indico a mi cuerpo que se mueva, pero estoy parada sin hacer nada. El deja de mirar el piso de la habitación y entre las sábanas y me mira con sus manos a la cadera. Eso es hermoso. Mira hacia donde yo vuelvo a dirigir la mirada y sale corriendo hacia allí. -El baño- exclama. - ¡Gracias, Dios! Cuando dice eso último, mi cuerpo tira hacia el y voy a ver que encontró. En la papelera pulcra de este baño, hay 3 paquetitos, clara señal de que nos cuidamos. ¿Eso se puede hacer tantas veces? No me importa eso ahora. Solo lloro de alivio cuando descubrimos que al menos fuimos precavidos. Siento sus brazos rodearme y mi piel se eriza al instante. -Tranquila. Ya está.- una de sus manos acarician mi espalda- Pudiste ver que si nos cuidamos- y una furia se apodera de mí y lo quito de mi cuerpo. -No me toques- le digo totalmente enojada. Su mirada pasa del miedo a la incredibilidad en pocos segundos. -No puedes estar hablando enserio. - Muy enserio. No me tocas. - y lo señaló con el dedo. -Actúas como si me hubiera aprovechado de ti- me mira con sus cejas juntas y luego retrocede dos pasos con sus cejas en alto- ¿Sientes que me aproveché de ti, Noemí? La verdad no lo creo, pero ninguno sabe como llegamos hasta aquí y me pone los pelos de punta. Niego con mi cabeza sin mirarlo. -Voy a vestirme. Puedes usar el baño tranquila- y se va cerrando la puerta detrás de él. Me quedo pensando en que voy a hacer ahora. No recuerdo absolutamente nada y para colmo estoy segura de que lo hice sentir mal. Ninguno está seguro de lo que pasó, pero tampoco pienso quedarme con las dudas. Lo voy a averiguar. Necesito remediar esto para que me ayude antes de volver a casa. Salgo y lo veo totalmente vestido y sentado a los pies de la cama. Cuando me escucha saca las manos se su rostro y baja la mirada cuando nuestros ojos se encuentran. Noto que está realmente apenado. Me siento donde estaba el mientras ingresa al baño. Que pecado tapar todo eso. Tarda unos momentos, pero finalmente sale del baño con su cabello húmedo y la mirada perdida. Veo su intención de dirigirse a la puerta y tomo su brazo para detenerlo. Sus ojos van al contacto de nuestro cuerpo y luego van a mis ojos. -Tenemos que buscar la manera de saber que pasó, Matías. ¿Puedes ayudarme? Las dudas que expresa su mirada, son claras mara mí. Pero no hay tiempo para explicar mucho. -Notoriamente algo pasó para que ninguno se acuerde y yo necesito saber- le aclaro. -Esta bien. Vamos a ir a firmar los documentos y le vamos a pedir las grabaciones a Holt. Vi que había cámaras en el lugar- me contesta. - Vamos. Toma mi mano y ambos salimos de ahí. No es el hotel donde estamos hospedados y me da curiosidad. Bajamos en silencio por el ascensor y cuando estamos en planta baja nos dirigimos al mostrador. -Buenos días, necesito saber si debo algo. Habitación 309. -Le dice a la mujer del otro lado. Ella se sonroja y comienza a hacer su trabajo. Yo solo espero con mis dos manos en mi sobre. -No, señores. Dejaron dos noches pagadas antes de subir. ¿Se retiran? -Si- le contesta Matías sin mirarme. -¿Desea que le devuelva el dinero de la noche extra? -No. Muchas gracias- es amable antes de girarse y dirigirse a mi- Vamos, Noemí. Salimos afuera y el sol me revienta la cabeza. Necesito mis lentes. Observamos a todos lados y vemos que el lugar al que tenemos que ir es un par de cuadras a la izquierda y hacia allí caminamos a paso tranquilo, callados. El mira su reloj de mano y entra a un café. Lo sigo porque no se que más hacer. -Vamos a comer algo. Falta una hora para la cita- abre una silla para mi y me siento. -En verdad lamento si te hice sentir algo que no es mi intención, Noemi. Te voy a ayudar a buscar las respuestas porque yo también las necesito. -Esta bien. Gracias. Lamento si te hice sentir que actuaste en contra de mi voluntad- de verdad necesito disculparme porque se que le afectó. -Ok. Comamos algo. Tomamos un café con unos corasaint y nos fuimos a la cita. Allí, le expresamos a Holt la necesidad de tener las grabaciones de las cámaras y él accedió a ponerlas todas en un dispositivo. Luego fuimos por nuestras cosas al hotel y volvimos a casa.
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