Noemí.
El no me toca y yo tosiendo que me muero con el, aquí.
No creo haber imaginado nunca que podría ocasionar que mi padre llore por otra cosa que no sean orgullo o felicidad, pero aquí está. Romí su corazón.
-Papi, por favor- y cuando se da cuenta de que lloro me devuelve el abrazo.
-Nunca vas a comprender cuanto te amo, hija- me dice luego de un rato.
- Se que tu me amas, papi. Pero no soy una niña y tengo sueños.
Rompemos el abrazo pero permanecemos en la misma posición.
- Tus sueños pueden estar más cerca de casa, Noemí. No a 14 hora en un avión.
-Pa. Puedo cuidarme sola. Ustedes me enseñaron a cocinar, a usar las maquinas para mantener mi ropa en buen estado, me han enseñado todo. Puedo hacerlo.
- Maldita la hora que te enseñamos todo eso- parece de verdad enojado y yo le sonrió.
-Necesito que me digas porque no, papi.
- Porque no puedo tenerte lejos, hija. No lo soportaría.
-Papi, es para cumplir mi sueño. ¿no quieres que cumpla mi sueño?
-Puedes hacerlo acá, hija. Hay de todo en este país.
-Lo que yo quiero no. Es México o Estados Unidos y sabes que no se me da bien el inglés.
-Elije otra cosa- y levanta sus hombros como si fuera un niño.
Ahora entiendo a mi pobre padre cuando nos ve pelear. Debemos vernos como dos adolescentes de 18 en medio de una pataleta ridícula. Tengo que ponerme en plan mujer como me dijo mami.
-Escúchame ¿si? Mi sueño es ser inversora, quiero ganar mucho dinero y convertirme en alguien importante. Acá eso no existe, papi. La gente llama a otros del extranjero para hacer ese trabajo.
-¿Inversora quieres ser?.
-Inversora. Imagina en 5 años cuando digan Noemí Ferreira, la mejor Inversora de América del Sur. - Le hago toda la explicación usando mis manos como suelo hacer y el ve donde señalo- ¿Puedes verlo, papi?
-Hija, sin ti me muero. ¿Qué hago sin ti?
-Tienes tres malcriados más con los que pelear. A demás vendría seguido y te vería cuando vas para allá.
-No es lo mismo- contesta como niño caprichoso.
Yo paso mis manos por mi rostro, creo que ya me exasperé.
-¿Cuál es el problema?- digo sería.
Tal vez escucharlo sirva para ver donde está el meollo del asunto.
-Que ya te perdí una vez, hija. Casi te pierdo una segunda. No puedo permitirme una tercera. Ese es el problema.
-¿No confías en mi para ser lo suficientemente responsable de hacer mis chequeos? ¿Es eso?
-No, hija, no
-Entonces explicame porque no entiendo.
-¿Qué pasa si algún mequetrefe te arranca de mi lado, eh? Ningún don nadie va a tocar a mi nena.
-Primero que nada ese mequetrefe está solo en tu imaginación. Segundo hago aretes marciales desde los 10 años. Puedo asegurarte que se defenderme.
-Pero allá estas sola, hija.
Otra vez la mula al trigo. Creo que su problema es admitir que crecí y me quiere hacer morir virgen, seguramente sea eso.
-Si Alfonsina se va conmigo ¿puedes acceder a pensarlo por lo que queda hasta que tenga que mandar los papeles?
-No lo se, Noemí.
-Pues tienes un mes para pensarlo. Soy lo suficientemente grande para irme sin tu autorización. Esto lo hago porque te amo y no quiero irme a otro lugar enojada contigo.
Me doy media vuelta y me marcho de ahí. El hombre es terco. Soy consciente de que le rompí el corazón y de verdad me duele verlo llorar, pero no puede tratarme como una niña por siempre. Tengo que cometer mis propios errores y repararlos en el camino.
Cuando llegó a casa le cuento a mami lo que pasó y todo lo que hablamos.
-Creo que metiste en medio a alguien que no tiene nada que ver. - me dice tranquila.
-Yo puedo preguntarle. Si ella quiere ir y la dejan le p**o la carrera que elija y punto.
-No todo en la vida es dinero. Mauricio besa el piso donde apoya sus pies. Encantado le paga la carrera, pero el tema es que ni siquiera lo has hablado con ella. ¿o si?
Solo puedo verla con una sonrisa torcida. La verdad siempre hablamos del asunto y ella en realidad tiene miedo de preguntar por las dudas que su madre le diga que Mau no va a pagarle.
Nuestra idea es arrancar por mi lado y si a mi me dicen que si, nos vamos juntas.
-Lo han hablado ¿cierto?- ella quiere una respuesta.
-Si, mami. Ella quiere estudiar lo mismo. Solo le apena pedir para irse sin mi o que su mamá le diga que no.
-Ustedes son increíbles. Y esperas a cumplir los 18 para decirnos que tu y Alfonsina quieren irse a estudiar a México.
-Que Alfon, que?- ¿ de donde salió tía Ro?
Cuando su madre habla a nuestras espaldas, siento que se viene el tsunami.
-Pues resulta querida amiga, que nuestras hijas, ambas dos- y nos señala- han hablado de irse a estudiar a México. ¿Qué era?-y me ve directo a los ojos.
-Inversuonista- Alfon habla por mi- queremos estudiar para ser las mejores inversionistas y tener nuestro propio lugar.
-No me habías dicho, Alfon.
-No porque si Noe no va yo tampoco.
Parece que ahora la charla es entre ellas dos.
-Si es lo que quieres, sabes que vamos a hacer hasta lo imposible para que lo logres. Es independiente de su trabajo amiga va o no.
- Queremos hacer esto solas. Irnos, independizarnos y estudiar.
-Sabes que no es barato, verdad.
-Yo le dije que le iba a regalar la mitad de la carrera y con sus notas le dan una beca' intervengo porque mi pobre amiga ya no sabe qué decir.
-¿Cómo pagarías eso, hija?- mi madre tiene fallas de memoria.
-Con las ganancias de las inversiones en la empresa de papá.
Y se hace el silencio. Ya molesta.