“Yo…” no era como que no intentara retirar su mano, Alejandro se la dejaba sobre su erección y Ariel no sabía debajo de qué piedra meterse. “Ha sido un movimiento involuntario, lo siento.” Trató de excusarse por haberlo tocado. Y así había sido realmente, después del increíble beso, su cuerpo quedó muy caliente y su mano se movió sin recibir ninguna orden de ella, quedando sobre la erección de Alejandro. “Claro que lo sientes, tienes tu mano sobre él. Un beso y has provocado esto. Te atreves a tocarlo.” Dejó que ella retirara su mano pero Alejandro se colocó frente a ella, agachándose dentro de la tina. “Me intriga como de un momento a otro pasas de ser tímida, tierna y callada, para ser atrevida, inocente y curiosa. No logro saber cuál faceta me gusta más, pero una cosa sí sé…” dejó nue