Los ojos de Ariel quedaron deslumbrados cuando Alejandro llegó al salón, no es que no lo haya visto vestido de manera formal, era como casi únicamente lo había visto en las semanas que llevaba allí, pero era diferente, para ella era diferente. Saldrían los dos a una cena importante a donde él había decidido llevarla, ¿se imaginan la emoción que sentía Ariel? Él la estaba tomando en cuenta. Por primera vez en toda su corta vida, alguien la estaba tomando en cuenta y eso hacía que su corazón diera saltos de felicidad. “¿Nos vamos?” “Sí.” Tomó la mano que él le ofrecía y se puso de pie. “¿Dónde es?” “En casa de mi hermana Alessia, está al lado. ¿Quieres ir caminando?” Alejando quiso avanzar, pero el cuerpo de Ariel no se movió. Alessia era la esposa de Marco Albini, el hombre que