19. Riesgo

922 Words
[ANAHÍ] 1 semana después Mi relación con Giulio está oficialmente terminada, y si mi padre se ha entrometido un poco yendo a advertirle que no se me volviera a acercar, claro, todo esto después que mi padrino le fuera con el chisme de lo ocurrido en el pasillo —Nos vemos en unos días— Les digo a mis padres antes de terminar la llamada telefónica. —¡Mucha suerte, hija! ¡Ya veras como si ganas ese prestigioso premio! — Exclama mi madre haciéndome reír. —Gracias ma, bueno ahora los dejo que esta llegando Amadeo— Les digo al verlo a él entrando al aeropuerto. —Cuídate— Me pide mi padre. —Claro que si pa, ciao— Me despido y termino la llamada al mismo tiempo que Deo llega frente a mi. —Hola— Me saluda él. —Hola— Respondo distante y me giro para ir hacia el mostrador y despachar mi maleta.  Lo siento caminando detrás de mi y rápidamente hacemos todo el protocolo del check-in para después despachar nuestras maletas y así ir hacia el punto de seguridad —¿Nerviosa? — Me cuestiona mientras hacemos la fila y no voy a negar que ese pantalón de jean oscuro y camiseta blanca no le quedan increíble.  —¿Por la competencia? — Indago y niega. —No, en eso sé que te ira genial— Responde divertido. —Entonces no sé a que te refieres— Explico. —A que estamos viajando los dos solos— Me responde haciéndome sonreír. —No— Contesto con seguridad. —Pues a mi si me pone muy nervioso… esto no es como las pijamadas que hacíamos cuando todos éramos niños— Comenta y sonrió triunfal. —Claro que no, en esta ocasión tú dormirás en tu cuarto y yo en el mío— Respondo y avanzo en la fila. —Eres la mujer más inteligente y astuta que he conocido en mi vida— Dice mientras que nos quitamos los zapatos para pasar por los detectores de metal. —Se ve que has andado con pura chiquilla rica y sin cerebro— Bromeo. —¿Eso crees? — Me pregunta y reservo mi respuesta para después que terminamos de pasar por todo el área de seguridad. Él me mira expectante y yo sonríe —Dime, de cuantas mujeres está compuesta tu lista— Le reto.  Amadeo se acerca a mi —¿Te importa mucho ese dato? — Cuestiona y niego. —Por mi pudiste haberte acostado con media universidad y a mi me daría igual— Le dejo saber, pero la verdad es que si me molesta. Me da rabia que él haya estado con tantas mujeres y que solo a mi me haya rechazado… —Deberías dejar de actuar como una fiera conmigo— Sugiere mientras caminamos hacia nuestra puerta de embarque.  —¿Por qué lo dices? — Inquiero. Él me sujeta suavemente del brazo y hace que nos detengamos en medio del aeropuerto —Porque cada vez que te pones así, más ganas me dan de besarte— Me dice sin apartar su mirada de la mía y una tímida sonrisa se dibuja en mi rostro.  Con toda la intensión del mundo me acerco a su oído —Yo que tú, controlaría esas hormonas Amadeo Mancini…— Le susurro y de repente su brazo rodea mi cintura y me pega a él. —¿Y que pasa si no lo hago Anahí del Valle? — Me cuestiona de la misma manera y muerdo mis labios.  —¿Sientes mi rodilla? — Le cuestiono levantando un poco mi pierna y se ríe. —Déjame adivinar, ¿me dejaras sin descendencia? — Me pregunta haciéndome reír.  —Aprendes rápido— Bromeo. —Si, pero debes saber otra cosa acerca de mi— Me dice. —¿Ah si? ¿Cuál? — Cuestiono con gran interés. —Debes saber que cuando algo o alguien me interesa mucho, no me doy por vencido tan fácil… entonces dime An… ¿una cita tú y yo al llegar a Mónaco? — Me pregunta y me alejo un poco para verlo a los ojos. —¿Por qué debería aceptar? — Indago. —Uno, porque tengo tu celular y si no aceptas, no solo esculcare todo lo que tienes aquí, sino que no te lo daré e incluso enviare mensajes confusos a todos tus contactos masculinos para que creas que enloqueciste— Me dice mostrándome mi teléfono que no sé en que momento me lo quito del bolsillo —Y segundo, porque encontré esto por ahí y no creo que quieras que lo lea— Explica y para mi sorpresa saca un sobre del bolsillo de su pantalón que tiene escrito su nombre y sé muy bien lo que hay allí dentro. —¿De donde lo has sacado? — Pregunto preocupada. —Acepta la cita conmigo y te cuento— Negocia. —Esto es chantaje— Me quejo. —Medidas extremas An…— Se defiende. Lo miro con enfado…. —Solo por esta vez, tú ganas, pero te advierto que me la cobrare—  —Lo esperare con ansias bella— Me dice y si bien quisiera ahorcarlo, hacerlo aquí no seria propio, eso sin contar que están llamando nuestro vuelo. —Vamos— Sentencio y lo siento caminando detrás de mi. 《Está te la cobrare Amadeo Mancini…》 Pienso y en mi cabeza comienzo a planear mi venganza. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD