En mi vida solo tú

16. Pedidos

[AMADEO]

Después de un largo día en la oficina, vine a casa, me cambié de ropa y a pesar de las quejas de Antonella, salí a correr. El parque donde Anahí y yo veníamos a comer nuestro gelato favorito es el lugar que he elegido para hacer deporte. Me siento culpable por como me he estado comportando con ella y por supuesto que con Antonella… siento que desde que hemos llegado a Milán la estoy abandonando, pero es que todo esto pareciera ser más fuerte que yo.  No puedo controlar todo esto que me sucede por dentro cada vez que veo a An… no me atrevo a decir que es amor porque no conozco mucho esa palabra. Es claro que si estoy comprometido con Antonella es porque no tengo muchas opciones, podría decir que es por lastima, pero tampoco quiero ser tan canalla… algo siento por ella, pero no sé si es amor. 

Tal vez Anahi tiene razón y mis años en Harvard me han convertido en esto. No se lo puedo decir, pero me ha leído inmediatamente… todas las chicas morían por estar conmigo; después de todo era el “mejor partido” según ellas comentaban y yo tan solo aprovechaba esto para pasarla bien. No me atrevería a usar la palabra “depredador”, pero alguna que otra chica la ha usado conmigo y algo de razón tenia… supongo que en eso no me parezco en nada a mi padre, mi madre siempre dice que era el hombre más especial del mundo; si ella supiera todo lo que he hecho, probablemente me daría el sermón del siglo, asique supongo que mi compromiso algo obligado con Antonella es una buena fachada. 

Sigo corriendo mientras que pienso si soy realmente el hombre que quiero ser o es que simplemente me estoy dejando llevar por lo que quiero hacer, y de pronto creo que mi cabeza me hace una muy mala jugada… 《¡Basta!》 Me grito por dentro cuando creo ver a Anahí con un conjunto deportivo sumamente sexy… 

《Ya la imaginas hasta con calzas deportivas y tops…》 Me reclamo y continuo corriendo, pero de pronto la mujer de mi imaginación se detiene y lleva sus manos a su cintura mientras que me mira fijamente.   

—Creí que había sido clara cuando te dije que me dejaras tranquila— Me dice y ahora me doy cuenta de que no es mi imaginación… 

Ella camina hacia mi y yo intento procesar la información —Te juro que esto si ha sido una casualidad— Me defiendo bastante inquieto por la manera que mi ser entero se descontrola al verla. Mi corazón se acelera sin que yo pueda hacer nada, me sudan la manos… ¿Qué es todo esto?... 

—¿Pretendes que te crea? Yo vengo a correr aquí todas las noches y es la primera vez que te veo, ¿Cómo lo supiste? — Me cuestiona.

—Solo recordé que este era el parque donde veníamos a comer nuestro gelato y vine…— Explico. 

—No me gusta tener tanto pasado en común contigo— Se queja. 

—En cambio a mi me encanta— Rebato y me doy cuenta de mis palabras después de haberlas dicho…

—Vete— Me pide.

—Este es un espacio publico, no me puedes echar— Le informo y se sonríe. 

—Eres imposible, ¿Qué quieres de mi? ¿Por qué no me dejas tranquila? — Me cuestiona.

—Tú y yo tenemos un asunto de que hablar— Le recuerdo y me acerco a ella —Pero respondiendo a tu pregunta, no sé que busco de ti… solo sé que no te puedo dejar tranquila, sé que te dije que lo haría, pero…— Intento decir, pero tenerla tan cerca me distrae demasiado. 

—Amadeo— Dice y pasa su mano por enfrente de mi rostro para llamar mi atención ya que me he quedado en silencio.

—Mierda…— Digo enfadado.

—¿Qué pasa? — Me pregunta sin entender mi queja.

—¿Por qué tú? — Cuestiono y sin poder evitarlo tomo su rostro entre mis manos.

—Amadeo, ¿Qué haces? — 

—Me gustas, ¿no lo ves? ¿no te das cuenta de que no lo puedo controlar? — Le pregunto agitado y puedo notar como su pecho se mueve al compas de su agitada respiración.

—¡Basta! ¡No me hagas esto! — Me pide y me empuja para que me aleje de ella, pero la arrastro conmigo hasta que caemos al suelo juntos.

—Parece que no has entendido que cada vez que me empujes te arrastrare conmigo— Le digo sujetándola con más fuerza. 

—¿Qué buscas? ¿Quitarte las ganas? ¿Ser el primero y alardear con tus amigos que te deje que seas el primero? ¿Es una competencia con Giulio? — Me pregunta entre reclamos. 

—Anahí, escúchame— Le pido y con una de mis manos sujeto su rostro.

—¿Qué quieres? — Insiste.

—Si me caso con Antonella es porque esta enferma y se va a morir, ¿entiendes? No la amo… solo estoy haciendo que pase sus últimos meses de vida de la mejor manera posible… es más, no sé lo que es el amor, nunca me enamore, ¿comprendes? — Le confieso y su mirada refleja toda la sorpresa que le ha causado mis palabras.

—¿Debo aplaudirte por tu acto de bondad o que? — Me cuestiona.

—Te estoy diciendo que no estoy enamorado de ella, que ni siquiera sé lo que es eso…—

—¿Y? — 

—Y que tú estás rompiendo con todo lo que yo tenia planeado para mi… no tengo idea de que es todo esto…— Le confieso.

—¿Tienes idea de cuantas veces escuche esas palabras con la única intensión de que terminara en la cama de quien las decía? — Me cuestiona. 

—Yo no soy ellos— Me defiendo. 

—Eres peor, ahora suéltame— Se queja y se mueve para que la suelte, pero tan solo la sujeto con más fuerza. 

—Dame una oportunidad— Le digo de repente.

—¿Qué? —

—No sexo… no te hablo de eso—

—Estás con ella así sea porque está enferma o lo que sea… olvídate de mi— Responde. 

—Una cena juntos por favor… necesito saber que es esto— Le pido.

—No… averígualo como puedas—

—¿De verdad? —

—Si—

—¿Te olvidas que iremos a Mónaco? — 

Ella se sonríe sarcástica —Averígualo allí entonces, pero no me vuelvas loca, no me hagas caer en tu estúpido juego, ahora de verdad sueltamente porque no me va a importar nada y gritare para que te lleven preso por acoso— Advierte. 

—Ya te solté— Murmuro y sonrió ante su carácter… ese que me encanta.

—No vuelvas más por aquí— Me pide antes de irse.

—Ya lo veremos— Respondo y tan solo veo como se aleja haciendo que sonría como todo un idiota al ver su perfecta anatomía desde aquí abajo… 

《¿Te has enamorado?》 Me cuestiono a la vez que me pregunto si esto es posible… al menos de está manera tan imprevista con la que ha ocurrido.