[AMADEO]
Los reportes financieros que me muestra mi padre parecieran no tener ningún sentido para mi, tan solo puedo pensar en lo que ocurrió en el taller de diseño, en lo hermosa que se veía Anahí con ese vestido, y mirar la hora a cada momento para saber cuanto tiempo falta para que nos vayamos a almorzar —Hijo, ¿me escuchas? — Oigo que me dice mi padre y al levantar mi mirada me encuentro con la suya —Estás muy disperso, ¿se puede saber que o quien te tiene así? — Cuestiona.
—Perdón, estaba distraído— Confieso tímidamente y de pronto mi padre deja todos los papeles a un lado.
—De eso me doy cuenta, pero a ver… vamos a aprovechar que estamos solo tu y yo aquí y tener una charla de hombre a hombre sin tu madre ni tus hermanas de por medio, ¿Qué es toda esa locura de casarte con Antonella? — Me pregunta sin rodeos y sabía que en algún momento vendría el interrogatorio.
—No es una locura papá— Me defiendo.
—A ver, si, me doy cuenta de que se quieren, pero ¿tienes idea de lo que conlleva un matrimonio? Tu madre y yo llevamos casi 26 años de casados y hemos pasado por muchísimas cosas juntos, créeme que, si no nos amaramos con locura, no hubiéramos durado ni un año…. Entonces dime, ¿amas a Antonella con ese nivel de locura como para hacer que su matrimonio dure tanto tiempo y poder soportar cualquier cosa? — Indaga y apenas lo puedo mirar.
—Por más que no sea así, ella y yo no duraremos ese tiempo— Confieso y de pronto mi humor cambia drásticamente.
—¿De que me hablas hijo? — Cuestiona preocupado.
Lentamente levanto mi cabeza para volver a encontrarme con la mirada de mi padre —Te voy a contar lo que sucede con ella…— Comento.
—Te escucho—
—Antonella y yo nos conocimos en una fiesta hace un año atrás y esa noche hubo una especie de conexión inmediata entre lo dos, es decir… terminamos…— Intento explicar.
—¿Teniendo sexo? — Intercede mi padre y asiento.
—Si… bueno obviamente nos volvimos a ver después de eso y comenzamos una especie de relación hasta que un día yo estaba en una de mis clases de finanzas y ella entro al salón. Al principio creí que era una alumna más, pero de pronto ella se acerco al profesor Fiore y lo saludo eufóricamente… ese día descubrí que era la hija de mi profesor, y como podrás imaginarte entre en pánico, creí que iba a meter en problemas con él, pero cuando ella le dijo a su padre quien era yo, al contrario de enfadarse conmigo, se alegro la noticia y me invito a cenar a su casa. Aquella noche conocí a sus padres, formalizamos nuestro noviazgo, pero de pronto su padre me pidió que lo acompañara al despacho y así lo hice. En ese momento el me explico que Antonella tenia leucemia y que lamentablemente ya no había ningún tratamiento viable para ella… al principio me dijo que le quedaban pocos años de vida, pero un par de meses antes de la graduación sufrió una descompensación muy fuerte y le dijeron que tan solo le quedaba uno o dos años de vida como máximo— Explico sintiendo toda esta angustia por dentro tal y como el primer día.
—¿Por eso le propusiste matrimonio tan de repente? — Intercede mi padre completamente movilizado por lo que le he contado.
—Si, pero ella no sabe que yo sé de su enfermedad… su padre me explico que ella no quiere que nadie lo sepa para que no sientan lastima por ella, asique por favor no digan nada— Le pido.
—No te preocupes, no diré nada… pero ¿realmente la amas para casarte con ella? —
—Papá, entiéndeme… esto ya no se trata solo de amor— Explico firmemente y él asiente.
—Lo entiendo… y te admiro por lo que estas haciendo, realmente me siento muy orgulloso de ti— Me dice sonriente y luego me abraza con fuerza.
—Gracias por entender papá— Digo sin soltarlo.
—Siempre voy a estar aquí para ti— Lo escucho decirme y sonrio mientras que me separo de él.
—Es bueno estar de regreso en casa—
—Y a mi me alegra tenerte aquí— Responde y de pronto al mirar la hora me doy cuenta que son las doce menos diez
—Pa, me tengo que ir, quede de almorzar con Anahí, ¿si? Después seguimos hablando— Propongo y me mira con dudas.
—Ese es otro tema del que tenemos que hablar…— Advierte.
—Después— Respondo firme y me salgo de la oficina para ir a buscarla a ella, y no lo voy a negar, estoy nervioso…
Camino los largos pasillos de la empresa pensando en que finalmente he podido desahogarme con alguien acerca de todo lo que estoy pasando con Antonella, hasta que finalmente llego a la puerta del taller y entro sin siquiera golpear. Me quedo inmóvil al verla a ella frente al espejo con un vestido de novia puesto.
—An…— Intento decir y ella de inmediato se da la vuelta.
《Se ve tan hermosa…》
—Lo siento, me fallo la modelo de prueba y necesita ver este vestido puesto para saber si necesitaba algún ajuste antes de la competencia— Se explica mientras que me acerco a ella lentamente.
—Te ves bellísima— Es lo único que puedo decir y me sonríe.
—Gracias, me cambio y nos vamos ¿si? — Me deja saber e intenta alejarse, pero yo la tomo de la mano.
—Definitivamente Giulio tiene mucha suerte— Murmuro y sin decirme nada, ella se suelta de mi agarre y se aleja hacia los vestidores.
《No puede ocurrirte esto, es imposible》 Me digo por dentro e intento que la respuesta a la pregunta que se hace mi mente sea un “no.”