22. Nuestra Cita (Parte 2)

1148 Words
[AMADEO] La revolución que Anahí causa en mi es algo para lo que definitivamente yo no estoy preparado. Me pierdo entre sus palabras, sus sonrisas, esa manera que me mira o como por momentos sus ojazos negros se pierden en la nada. Más de una vez desee ser la cuchara con la que comía ese postre… mis sentidos se dispararon al verla disfrutar de ese mousse de chocolate… respire profundo, me recordé quien quiero ser con ella y seguí adelante, pero ahora todo es muy difícil. Caminamos por la playa llevando nuestros zapatos en la mano y tan solo conversamos de la vida en si, hasta que de pronto vemos lo que pareciera ser una fiesta en la playa y yo la tomo de la mano —Ven— Le pido y la llevo conmigo hasta llegar a donde está el grupo de jóvenes de más o menos nuestra edad escuchando música, comiendo bocadillos, bebiendo alcohol y bailando. —¿Qué haces? — Se queja a medida que nos vamos acercando. —Divertirnos, deja de ser tan seria y actúa como una mujer de 21 años— Bromeo y al llegar hacia donde están ellos los escucho hablando en español —¿Les molesta si mi novia y yo nos unimos a su fiesta? — Le pregunto a uno de ellos que tiene una botella de tequila en su mano. —En absoluto, tomen— Nos ofrece y sirve dos caballitos para luego dármelos. —Gracias, nos encanta la música que están escuchando— Comento y miro a An quien básicamente me asesina con la mirada. —¿Tu novia? — Me pregunta mientras le entrego el caballito. —Si les digo que eres soltera, terminaras rodeada por todos estos tipos— Me defiendo y se sonríe. —Como digas…— Rebate —¿Y porque brindamos? — Cuestiona. —Por la diseñadora más hermosa del mundo— Propongo haciendo que ría. —Por que mañana me vaya bien— Dice y chocamos nuestros caballitos para después tomar el shot de tequila de un solo trago sintiendo que nos quema la garganta —Ufff— Se queja y sacude su cabeza haciéndome reír. —Ven, bailemos— Sentencio y tomo los caballitos para dejarlos a un lado y luego tomarla de la mano y hacer que vayamos a donde esta el resto de la gente bailando. —¡¿Qué haces?! — Se queja entre risas cuando lanzo nuestros zapatos a un lado y la tomo de la cintura pegándola a mi. —Bailar contigo— Le respondo perdido en su mirada. —Creía que me llevarías a otro sitio exclusivo y de esos especiales que has mencionado antes— Comenta mirándome fijamente.  —Podría haberte llevado a uno de los tantos casinos y apostar en cualquier juego… o tal vez a una de esas discotecas VIP que solo se entra si eres millonario, pero eso lo puede hacer cualquiera. Dime, ¿te has colado alguna vez en una fiesta en la playa y bailado con el mar de fondo? — Le pregunto y niega. —No…— —Entonces nunca olvidaras este momento— Le dejo saber y se sonríe. —¿Intentas que no te olvide? — Averigua mientras que le pego un poco más a mi. —Jamás podría hacerlo… eres una mujer imposible de olvidar y doy fe de ello desde que éramos muy pequeños— Expongo. —Pero ya no somos dos pequeños— Rebate y mi mano se pasea por el centro de su espalda. —No… definitivamente no— Informo y siento como se ha puesto nerviosa. —Deo…— Advierte. —¿Qué? — Pregunto apoyando mi frente en la suya. —No juegues así…— —No estoy jugando, de verdad me encantas…— Digo y siento como una de sus manos acaricia delicadamente mi nuca —Ya no sé que hacer para mantenerme alejado de ti— —Tampoco es que lo intentes mucho— Bromea y sonreímos. —No quiero intentarlo… quiero…— Murmuro y le miro los labios —Quiero besarte, perderme en ti… quiero…— Trato de decir, pero esta vez es ella quien me besa con urgencia.  Su boca con la mía convierte esta noche en una llega de estrellas aun cuando alguna que otra nube intenta ocultarlas, su lengua se reencuentra con la mía y de esta manera el sentido del tiempo y espacio desaparece hasta que ella es quien pone freno a todo esto —¿Besarme? — Cuestiona y sonrió. —Para empezar si…— Digo y de pronto ella se aleja de mi, pero me toma de la mano —¿Qué haces? — Cuestiono confundido. —Demostrarte que no soy tan seria como tú lo crees— Expone y me jala para así hacer que nos metamos al mar con nuestra ropa puesta.  Sigo sus pasos entrometiéndome en las olas que nos empapan por completo hasta que los dos salimos a la superficie y nos quedamos mirando fijamente. Su vestido se ha pegado a su cuerpo de una manera que roba la razón de mis sentidos y ella tan solo me observa como preguntándome que es lo que hare —An…— Digo agitado y me acerco a ella hasta pegarla a mi cuerpo. —¿Qué? — —¿Esto es parte de tu venganza por haberte robado el celular y esa carta o es pura improvisación? — Averiguo y se sonríe. —No hubiese arruinado uno de mis vestidos favoritos para vengarme de ti— Responde haciéndome sonreír.  —¿Entonces es improvisación? — Inquiero y asiente. —Así es…—  —Me encanta tu improvisación, me encanta sentirte así de cerca… dime que tengo que hacer para estar contigo— Le digo y si, estoy poniendo todas mis cartas sobre la mesa.  —Sabes muy bien lo que tienes que hacer—  —De acuerdo… pero ¿tengo una oportunidad contigo? — Cuestiono y de pronto ella enreda sus brazos por encima de mis hombros y se cuelga de mi enredando sus piernas en mi cintura mientras flotamos.  —¿Qué crees tú badboy? — Me reta y beso la punta de su nariz. —Que me quieres hacer morir de un infarto— Bromeo. —Mmmm… tengo otros planes, pero yo no soy como otras chicas, yo no seré la otra en tu vida—  —¿Sabes como son las cosas? ¿no? Yo no estoy comprometido con ella por gusto precisamente…— Explico. —¿Y que harás entonces? —  —Algo se me ocurrirá, pero yo a ti no te vuelvo a dejar ir ni por casualidad— Sentencio y la beso con todos estos sentimientos que me recorren por dentro. 
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