21. Nuestra Cita (Parte 1)

872 Words
[ANAHÍ] Cuando Amadeo me chantajeo para que tengamos esta cita, jamás llegue a pensar que sacaría toda la artillería pesada. No solo se esta comportando como todo un caballero al abrir la puerta del auto y a ayudarme a bajar, sino que ha escogido uno de los restaurantes más exclusivos y románticos de toda la ciudad. Esta ubicado a orillas de la playa sobre lo que pareciera ser un acantilado por llamarlo de alguna manera. La luz de la luna se refleja sobre el mar al igual que las luces artificiales que iluminan cada una de las mesas ubicadas en este lugar completamente al aire libre.  Siento mi corazón latir con demasiada fuerza cuando de pronto él toma mi mano y hace que sigamos al mesero hasta nuestra mesa la cual esta ubicada justo al lado del barandal de hierro —Señorita Del Valle— Me dice mientras que aparta mi silla para que me siente. —Gracias— Respondo y el mesero nos da nuestros menús para que nos vayamos decidiendo y luego se retira. —No esperaba que me trajeras a un lugar como este— Confieso mientras que él se sienta justo frente a mi y me sonríe. —¿Dónde creías que te llevaría? — Indaga y encojo mis hombros. —No lo sé, tal vez uno de esos bares que imagino debes visitar con frecuencia— Respondo con dudas y una media sonrisa se dibuja en su rostro.  —¿Cómo crees? Tú no eres una mujer que merezca ser llevada a esos sitios— Expresa y sus palabras me sorprenden. —¿Y donde es que merezco que me lleven? — Cuestiono con interés. —Sitios exclusivos, especiales… si tengo la idea de que vayamos a bailar después de aquí, pero será a un lugar especial, no a una de esas discotecas llenas de hombres irrespetuosos— Expone y sonrió. —Interesante— Me limito a decir y observo la carta —¿Qué tomamos? — Pregunto. —¿Qué te gusta? — Averigua. —Vino… me encanta el vino— Confieso. —Vino entonces— Responde y estudiamos la carta de vinos hasta que llegamos a un acuerdo y una vez que el mesero se acerca a nosotros, lo ordenamos. Una vez que él se retira, Amadeo me mira fijamente y yo comienzo a sentirme incomoda… levanto mi mirada se cruza con la suya y le hago un gesto —¿Qué tanto me miras? — Le pregunto un tanto nerviosa. —Eres realmente hermosa, no cabe duda de que el tiempo te ha sentado muy, pero muy bien— —¿Estás queriendo decir que antes no era hermosa? — Lo interrumpe y se ríe. —¡No! ¡¿Cómo crees?! Sabes… mis padres me han dicho más de una vez que cuando tu naciste yo estaba obsesionado contigo, ahora todo tiene sentido…— Explica. —Amadeo, no intentes ir por ahí… ¿Qué es lo que quieres? — Inquiero firme. —Es claro, ¿no crees? — Contesta y me da una media sonrisa que me dan ganas de borrársela. —Pues mira, muy claro no está porque hasta donde yo sé te vas a casar, asique sigo sin entender— Le respondo de inmediato. —An, ya te expliqué como son las cosas con ella— Murmura. —Si, pero eso no importa, no cambia el hecho de que ella sea tu novia y que se vayan a casar, ¿Qué es lo que buscas de mi? — Presiono. Él respira profundo y es como si estuviera intentando encontrar las palabras en su mente —An, necesito averiguar que es todo esto que me ocurre contigo, de verdad me estoy volviendo loco—  —Creía que ya estabas loco y que todo esto lo hacías por diversión— Comento divertida haciendo que se ría.  —Ojalá fuera por diversión— Dice nervioso. —¿Por qué lo dices? — Indago. —Porque sería más fácil ignorarlo y seguir adelante, pero ya ves que no me sale…— Me cuenta y nuestra conversación se ve brevemente interrumpida cuando el camarero viene a nosotros para tomar la orden. Una vez que hemos escogido nuestros platos, él se retira dejándonos solos una vez más y aprovecho este instante para observar a Amadeo —No quiero ser tu capricho— Sentencio. —Ni yo que lo seas… An, te juro que no puedo controlar todo esto—  —¿El “badboy” queriendo ser romántico? — Le pregunto haciéndolo sonreír. —El “badboy” se muere de ganas de besarte— Rebate. —Y esta diseñadora no caerá tan fácil… búscate otra estrategia Amadeo— Le informo y reímos juntos. —Al menos no es un no definitivo— Bromea y encojo mis hombros —Entonces hagamos una cosa, hablemos de lo que ha sido de nosotros en estos años sin entrar en detalles de relaciones amorosas mientras que a mi se me ocurre otra estrategia como le has llamado tú, ¿te parece? — Me propone y asiento. —Me parece— Respondo y soy yo quien empieza con preguntarle acerca de Hardvard. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD