23. ¿Qué Paso?

917 Words
[ANAHÍ] Al día siguiente Un fuerte golpe me hace abrir los ojos y es en estos instantes donde me doy cuenta realmente del tremendo dolor de cabeza que tengo. Algo desorientada miro a mi alrededor y no sé ni como llegue a mi habitación. Me desenredo de las sabanas, me levanto de la cama, y me doy cuenta de que traigo una camiseta negra que no tengo ni idea de donde salió puesta. Intento acomodar mi cabello, pero es un desastre, es como si… 《¿Cómo lo pude olvidar? La playa…》Me grita mi subconsciente y al abrir la puerta de la habitación, lo veo a él con café, jugo de naranja y una pequeña bolsa de papel.  —Definitivamente no puedes con el tequila— Me dice y entra a la habitación. —Hola… buenos días, estoy bien, ¿y tú? — Comento en una especie de monologo. —Lo siento si no soy muy amable, pero en una hora y media tienes que estar en los ensayos con las modelos y por lo que veo no recuerdas ni como te llamas— Explica y al mirar el reloj que esta en la mesita de noche, no puedo creer lo tarde que es. —¡Mierda! — Exclamo y se ríe. —Si, eso…— Rebate y se acerca a mi para prácticamente colocar el vaso de café en mi mano —Tomate esto, come uno de estos croissants, toma la aspirina y arréglate— Me ordena. —Rebatiría a tus palabras, pero no hay tiempo— Bromeo. —No lo hagas, porque tengo material para defenderme…— Advierte y ahora tengo miedo. —¿Qué fue lo que hice o dije? — Cuestiono mientras me siento en el sofá y desayuno rápidamente. —Dime que al menos te acuerdas de que nos metimos al mar— Me pide.  —Hasta ahí todo está todo más o menos claro— Confieso. —Bien… el resto te lo contare después con más calma, ahora de verdad no tenemos tiempo, solo desayuna y arréglate— Insiste.  —¿Esta camiseta es tuya? — Indago y asiente. —Si. — Rebate. —¿Tú? — Intento cuestionar. —Lo siento, pero tu vestido estaba muy mojado, te ibas a enfermar— Confiesa y mis ojos se abren de par en par. —Pero… yo no llevaba…— Trato de decir refiriéndome al sujetador y se sonríe. —Me di cuenta, pero no te preocupes, por mi bien te cubrí con una toalla antes de quitarte el vestido y después te coloque la camiseta— Explica y siento que mis mejillas arden. Apenas puedo mirarlo —Gracias— —No me lo agradezcas, fue más que nada por mi propio bien, no creas que soy de piedra ¿eh? Si te hubiera visto… pues mejor lo dejo ahí— Me dice haciéndome sonreír. —Si me hubieras visto, ¿Qué? — Pregunto y tomo mi aspirina. Él se sonríe y levanta su mano —Pues ella y yo nos hubiéramos hecho buenos amigos anoche— Me dice y por poco escupo el jugo de naranja que acababa de tomar. —¡Amadeo! — Exclamo entre risas que hacen que me duela más la cabeza. —¿Qué? Seamos claros, eres hermosa, y no soy de piedra… es normal, ¿no? ¿acaso me dirás que nunca…?— Cuestiona dejando la frase en el aire. —Eres muy metiche, no te diré cosas de mi vida intima— Le respondo seria y apenas puedo mirarlo a la cara.  —¡Espera! ¡¿Nunca lo has hecho?! — Exclama y decido dejar el vaso de jugo sobre la mesita y levantarme. —Debo irme a duchar— Sentencio y me dispongo a ir hacia el baño cuando el se levanta de la silla y me alcanza abrazándome por la cintura desde atrás. —Ufff… An… si tan solo estuviéramos juntos, te juro que experimentarías tantas cosas que no te arrepentirías— Me susurra al oído haciendo que todo mi ser se altere. —Amadeo, suéltame por favor— Le pido nerviosa. —Lo hare, pero aún tengo tu celular y la carta— —¿Me volverás a chantajear? —  —Cuando ganes esta noche, celebraremos juntos, pero sin tequila— Bromea y me suelta. —Veremos…— Rebato y sin más me doy prisa y entro al baño y cierro la puerta detrás de mi sintiendo que mi corazón se saldrá de mi pecho. —¡Te espero en mi habitación! Date prisa— Lo escucho decir del otro lado. —Va bene! — Respondo y no puedo creer todo esto que me esta pasando con él.  Intento ser fuerte, no demostrarle toda esta revolución que provoca en mi, pero estoy perdiendo mi propia batalla, 《¿Cómo hago para que su presencia no me altere de está manera? ¿Cómo controlo todo esto que no tengo idea de que es, pero revoluciona mi cuerpo entero?》 Tengo mucho miedo de flaquear, de caer en sus encantos y convertirme en una de esas tantas chicas con las que probablemente ha pasado la noche, pero al mismo tiempo es tal la fuerza de todo esto tan nuevo que me ocurre, que no sé muy bien como controlarlo. Mi batalla interior es muy fuerte, no tengo idea de como entrar en paz conmigo misma… 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD