Adán buscó a su esposa con la mirada y no la encontró, se giró sobre sus talones y salió de la fiesta principal, recorrió el pasillo y se detuvo cuando vio a Liam, uno de sus mejores amigos, con su esposa.
Liam intentó poner su brazo alrededor de Luna, pero ella se levantó de inmediato. Aún no había visto a Adán.
—Sabes qué, creo que es hora de que regrese a la fiesta. Fue un placer verte, Liam. Ella se alejó, y en el momento en que lo vio, se detuvo—. Adán—dijo. Él la miró fijamente desde la punta de su cabeza. La miró a lo largo de su cuerpo, vio su vestido n***o que era más apropiado para un funeral que para una fiesta, y tampoco era un ajuste favorecedor. El vestido cayó sobre sus senos y luego pareció colgar de su cuerpo. Ninguna de sus hermosas curvas estaba a la vista. Sabía que ella no había elegido este atuendo ella misma. La sirvienta, Helen que venía a limpiar su casa tres veces por semana la había elegido para ella. Tomó nota de no volver a pedirle que ayudara a su esposa. No es de extrañar que las mujeres hicieran comentarios sarcásticos detrás de sus manos sobre ella. Parecía... la muerte. Ninguno de los dos habló, y la mirada de Luna pasó de la suya a la pared y luego al suelo antes de volver a la suya—.Será mejor que vaya y me una a ellos—añadió.
—Estaré allí en un momento—mencionó él.
Ella no se detuvo, solo asintió mientras seguía caminando.
—Creo que te equivocas con ella—le dijo Liam, poniéndose de pie.
Miró a su amigo e inclinó la cabeza hacia un lado.
—¿por qué?
—A ella no le gusta que yo esté cerca de ella. ¿Has visto?—preguntó Liam.
—La vi moverse en el momento en que pusiste tus manos alrededor de ella.
—Sí, y ella amablemente quitó mi mano de su muslo también— dijo Liam.
—¿Qué?
—Me dijiste que me acercara, que la empujara. Dijiste que no había límites, que si hacía falta, lo llevaría hasta el final. Simplemente puse mi mano en su rodilla—respondió. La mirada de Liam lo recorrió—.Pero dime, Adán, si no te preocupas por tu esposa y quieres que todos sepan que ella es infiel, ¿por qué tienes las manos apretadas y parece que quieres matarme?
—No quiero matarte. Buen trabajo—contestó Adán.
A él no le gustaba el hecho de sentirse así. Luna significaba nada para él. Ella era un trabajo. Una mujer que había sido forzada a casarse con él. Ella interpretó bien su papel de hija inocente, pero él sabía que ninguna mujer en su mundo podía ser así y se dispuso a encontrar la verdad de una forma u otra. Liam se le acercó y le dio una palmada en el hombro.
—Sigues creyendo eso, amigo. Yo sé la verdad. Te conozco desde hace años, y quieres cortarme la garganta. Está bien, pero tal vez necesites saber qué es lo que quieres primero, antes de pedirle a la gente que haga esto.
—Luna es como las otras mujeres, una infiel y una puta.
—No creo que lo sea. Si es así, entonces no soy el tipo de hombre que ella busca. Todos sabemos que las damas se bajan las bragas por mí—respondió su amigo.
Adán no pudo evitar mirar el cuello de Liam y pensar en lo bien que se vería rezumando sangre.
—¿Sabes esa rabia asesina que estás sintiendo ahora mismo? Eso no es lo que debería sentir un hombre que quiere que otros hombres se acuesten con su esposa— dijo Liam, luego le guiñó un ojo y se fue para reincorporarse a la fiesta.
Adán se pasó una mano por la cara, intentó aclarar su mente. Esta noche no iba bien. Estaba corriendo con solo un par de horas de sueño y, para ser sincero, estaba exhausto. Durante los últimos días, había estado persiguiendo a una maldita rata, una que quería cambiar sus secretos por dinero y una vida segura. Adán Betancourt, no solo era el hombre más importante del país por sus negocios de inversiones, todos sabían que eso solo era una fachada para su verdadero oficio. Adán era un mafioso peligroso. Sus negocio de tráfico de armas y drogas era bien sabido por todos. Los hombres más adinerados no decían públicamente que estaban también involucrados con el negocio de Adán, esto para no estar directamente ligados a él en eso caso de una caída con las autoridades oficiales.
Adán pensó que tal vez lo que tenía que hacer era quedarse cerca de casa y asegurarse de que su esposa cayera en las trampas que él le había tendido.
Hasta ahora, ella le había demostrado que estaba equivocado, y eso no le gustaba.
Nota: A partir de hoy comienzan las actualizaciones diarias. Finalizando la historia el 29 de diciembre. Se pondrá de paga en el transcurso.