Luna se sentó en la cama, leyendo las mismas líneas de su libro y sin tener idea de lo que significaban porque todo en lo que podía pensar era en Adán ¿Cuál era su juego? Ella aceptó que no significaban nada el uno para el otro, pero él parecía decidido a cerrar la brecha entre ellos, pero ella no entendía por qué. Adán tuvo que irse hace un par de horas, justo después de la cena. Tuvo la oportunidad de ayudar con los niños. Tenían una rutina establecida sobre cómo funcionaba la hora del baño y, para alentarlos a no perder el tiempo, ella organizó una noche de cine con palomitas de maíz. Sentada en la gran sala de cine, rodeada de niños, había disfrutado cada segundo. Escucharlos reír, chillar de alegría y luego jadear en estado de shock por un pequeño giro. Era una película animada, pero