—Ése es el cuento de “La Bella durmiente”— exclamó Vesta—, y fue escrito por un francés. La Bella durmiente”Se sintió complacida de poder demostrar sus conocimientos. —Con frecuencia pienso— continuó el Conde como si no la hubiera escuchado—, que a la princesa debe haberle disgustado tener que despertar de sus sueños y enfrentarse de nuevo al mundo. —Pero ella se enamoró del Príncipe— protestó Vesta. —¿Así es la versión francesa? Tal vez el cuento katoniano tenga un final diferente. Vesta se quedó inmóvil. —Tal vez el Príncipe… no quería… besarla— dijo ella sin pensar. Entonces el color subió a sus mejillas y se preguntó cómo podía haber sido tan indiscreta de hablar con el Conde de algo tan íntimo. Volvió a medias la cabeza hacia otro lado, molesta y turbada por su precipitación y