Maeve —Es enorme, —comenté mientras caminábamos por el amplio pasillo, observando los altos techos y las lujosas decoraciones. —Sí, aunque la mayoría de las habitaciones ni siquiera se usan, —respondió Kane con un tono desinteresado. Cada habitación que visitábamos parecía sacada de un sueño, decorada con un estilo que mezclaba lo antiguo y lo moderno de manera exquisita. Sin embargo, lo que más captó mi atención fue la calidez que Kane intentaba transmitir en cada detalle, asegurándose de que me sintiera cómoda en todo momento. —¿Te gusta? —preguntó, notando cómo mi mirada se detenía en los pequeños detalles de cada habitación. —Es hermoso, —reconocí, sintiendo cómo la perfección del lugar empezaba a abrumarme un poco. —Pero un poco intimidante. Kane rió suavemente, tomando mi man