Dos semanas. ¡Dos putas semanas han pasado, y yo no he podido salir de esta casa! Hago con mucha responsabilidad mis deberes con Stephan. He estado con él en el colegio, hemos hecho sus tareas en casa, nos hemos reído, hemos visto películas, incluso, ayer nos quedamos dormidos en sofá. «¡No tengo problemas con eso! ¡Me gusta hacerlo!» Pero estoy como fiera caminando en mi habitación de un lado a otro, por culpa de una bestia. Una bestia obsesiva que no me ha dejado salir de casa a ver a mis amigos y a mis padres. Siempre hay una excusa, siempre tiene algo que hacer, y lo que más me enerva, es la distancia que ha tomado conmigo. ¡No hemos tenido sexo! ¿Cómo puede enviciarme de él durante casi cinco días en Miami, y luego dejarme en abstinencia aquí en Boston? «Él quiere morir. Definitiva