7— ¿Por qué es así?

801 Words
Las vamos siguiendo hasta el restaurante y durante el camino les cuento a mis supuestos amigos, esos que deberían de no dejarte hacer estas estupideces todo lo que sucedió con un poco más de detalles. Supongo que ella hace lo mismo con sus amigas porque conversan muy entretenidamente. Me llama mucho la atención que las amigas de ellas no parecen ser igual de insoportables que ella, pero bueno supongo que no todas son como ella ¿o sí? Finalmente entramos al restaurante y al hacerlo ella sale corriendo hacia uno de los hombres que trabaja allí. — ¡Pierre! Le grita mientras lo abraza muy emocionada. ¿Y este quién es? Solo miro la escena que parece sacada de una película. — ¿Qué te pasa macho? Me pregunta Lolo haciendo que lo mire. — ¿De qué? Le pregunto confundido. — ¿Celos? Definitivamente empiezo a creer que todos aquí deberíamos dejar de tomar alcohol... puede tener efecto retrasado. —Cállate. No dejes que el matrimonio te afecte antes de dar el sí. Le digo serio. —Claro, porque después perderé el humor como tú, ¿no? —Te quisiera ver en mis zapatos... Es lo único que logro decirle. —Bueno, nuestra mesa ya está lista. Dice ella muy feliz mientras camina tomada del brazo de ese hombre. — ¿Quién eres? Le pregunto finalmente. — ¡Él es Pierre! El chef principal de este restaurante y un muy buen amigo mío. Dice sin dejar que él hable. —Ah ya...Es lo único que le respondo y luego de que él se marchara todos tomamos asiento en la mesa que nos han dado. Miramos el menú y de verdad debo decir que se ve muy interesante; quizás en lo gastronómico podamos compartir algún gusto en común. —Ya regreso. Dice tomando su bolso y la veo irse rumbo al toilette. — ¿Cómo es tu nombre? Le pregunto a una de las amigas de ella. Así de antipática será que no me ha presentado a sus amigas por su nombre. —Yo soy Samanta. Me dice la pelirroja. –Ella es Danielle. Dice señalando a la chica morena de su lado. –Y ella es Carolina. Dice señalando a la rubia. —Bueno, me presento... soy Pablo. —No es necesario que lo hagas sabemos quién eres. Dice Danielle. — ¿Ustedes si saben? Pregunto confundido. — ¡Claro! Estuvimos en tu concierto en Los Ángeles. Dice Samantha. —Eso me sorprende. — ¿Por qué? Interrumpe Antonio. —Es que la ahora esposa mía ni sabía quién era yo. —No escucha música... lo siento Pablo. Dice Samantha. —Vaya... Debe de ser por eso que es tan insoportable, arrogante, egocéntrica... en fin el combo completo de todas las malas cualidades de la personalidad de una persona. Digo después de resoplar. — ¡¿Hablas de Jackie?! Exclama Carolina. — ¡Sí! Al menos que tenga un clon que sea más amable, o que ustedes no la conozcan... esa es ella. Les digo muy seguro. —Pablo, yo no sé qué ha sucedido entre ustedes... me refiero a como se llevan, pero ella no es así. Dice Danielle. ¿Qué no es así? Creo que estas chicas están hipnotizadas o algo... —Conmigo es insoportable. Les explico sin rodeos. —Pablo... Jackie es la persona más humilde, caritativa, divertida, y honesta que jamás hemos conocido. Dice Samantha. —Chicas, no se enfaden conmigo, pero creo que deben de estar hablando de su hermana gemela o de otra Jackie. Les digo serio. —Espera Sam... Le dice Danielle. — ¿Qué? —Pablo, ¿Ella ya sabe que eres cantante? Me pregunta con un velo de misterio que no comprendo. —Si... en medio de una de nuestras peleas de las muchas que hemos tenido en este corto, pero muy largo medio día que pasamos juntos me googleo. Les explico. — ¡Ese es el problema! Dice Samantha. — ¿No le gusta la música? Pregunto sin entender nada. — ¡No! No soporta a los cantantes. Me aclara Carolina. —Pero ¿Por qué? —Su primer amor era cantante y le hizo lo peor que le pueden hacer a una mujer... Dice Danielle. Ahora sí que tengo curiosidad. — ¿Qué le hizo? —No te daremos detalles, pero créeme esa mujer que tú dices que es insoportable, es fundadora de muchísimas fundaciones, los empleados la adoran porque siempre piensa en ellos, y si ha aceptado permanecer casada contigo a pesar de que sabe que eres cantante es porque realmente a su familia, a Damián, y a sus fundaciones, le afectarían mucho el escándalo de un matrimonio de esa manera... Me cuesta mucho creer lo que me dicen de ella y tengo mil preguntas más que hacerles, pero la veo venir hacia aquí y sé que no puedo seguir. —Antes que llegue... entérate que es un escudo contra ti. Me dice Carolina. Bien, perfecto... ahora resulta que por culpa de no sé quién debo soportar a una mujer que está casada conmigo y odia a los cantantes... — ¿Todo bien? Pregunta mientras toma asiento. —Perfecto. Dice Danielle. — ¿Ordenamos champagne? Pregunta y Jacqueline y yo nos miramos. Entendemos perfectamente lo que estamos pensando. — ¡Yo no tomare! Decimos a la vez haciendo que todos en la mesa se rían. ¿Cómo pueden si quiera hablar de alcohol después de lo de anoche?
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