4— Tratos

1189 Words
—¿que te sucede? Me pregunta al ver mi cara mientras tomo asiento nuevamente en frente de ella. —Tenemos que hablar, pero no se si deba primero ir a un abogado y escribir mi testamento. Digo intentando aflojarme un poco. —¿De que hablas? No se si intentas hacerte el gracioso o que, pero me estás poniendo mas nerviosa de lo que ya lo estoy. Me dice sin apartar esa mirada gris de mi. —Es que... —¡¿Es que, que?! Exclama. —Es que la noticia de nuestro casamiento se ha hecho pública en los medios de comunicación. Le explicó con bastante temor. —¿Cómo que nuestro casamiento involuntario esta en los medios de comunicación? ¡Es una broma! ¿Cierto? Dice muy seria. Solo puedo negar con la cabeza mientras abro el mensaje de Hope que contiene un enlace a una de las noticias. —Mira. Le digo dándole mi móvil. —¡No! ¿Pero quien rayos ha dado la información? ¿Acaso a ti te investiga el FBI o que? Me pregunta sin dejar de ver el móvil. —¡Esta en todos lados! ¡Esto es un desastre! Seguramente Damián ya se ha enterado porque hasta una foto nuestra hay... estos tuvieron que ser los de la capilla... Dice indignada y la verdad que yo también estoy indignado. —No, no me investiga el FBI, pero como te explico... soy una figura publica, ¿te suena familiar eso? Le pregunto intentando hacerle entender la situación. —¡No me trates como una estúpida! ¡Claro que entiendo, yo también soy una persona que ha aparecido en revistas, periódicos y demás! Dice exaltada. —Vale, discúlpame... ¡me olvidaba que me case con Beyonce! Dios... realmente es arrogante, insoportable... de verdad que lo más conveniente sería enviudar. —Vaya que graciosito que eres... Dice sarcásticamente. — ¿Entonces como solucionaremos este escándalo Mr. Famoso...? Me pregunta impaciente. —Ese es el problema... no podemos. Intento explicarle. — ¿De qué hablas? —Que estoy a meses de lanzar un nuevo disco... mi manager me ha llamado para pedirme explicaciones, ya que la noticia al parecer ha tenido una gran repercusión... Me ha exigido que no me divorcié, dice que puede perjudicarme si se enterarán de que me case contigo en medio de una borrachera. Le confieso y estoy pensando en meterme debajo de la mesa porque creo que ahora si me matará. — ¡Tú te has vuelto absolutamente loco! ¿Me estás pidiendo que finjamos un casamiento feliz? ¿Acaso no me escuchaste cuando te dije que me caso el sábado? Me pregunta alteradísima. —Si, sé que es una locura y si, sé que te casarías, pero si la verdad sale a luz se arruina mi carrera. — ¡Lo hubieras pensado antes de emborrarte como si no hubiera mañana! Me reclama. — ¡Claro, porque yo solo firme el acta de matrimonio! Le respondo de la misma manera. —Esto de no recordar no es bueno... ni siquiera sabemos cómo ocurrieron las cosas. —Lo sé, pero ahora debemos asumir las consecuencias de nuestro desastre. — ¿Asumir las consecuencias de nuestros actos? —Si... — ¡No, lo que tu estas queriendo que haga por ti es salvarte el pellejo! Yo no tengo porque sacrificar mi vida por ti... ni siquiera te conozco. Me dice y sé que tiene razón. —Serian solo unos meses. Le explico intentando convencerla. — ¡No! Me divorciare de ti y me casare con Damián. Me dice poniéndose de pie. Agarro las cosas de la mesa rápidamente y las tiro en el tacho de basura para luego seguirla mientras sale del Starbucks. — ¡Por favor! Mi carrera es mi sueño, me ha costado mucho llegar hasta donde estoy. No puedo dejar que todo se arruine por esto. —No es mi problema. Discúlpate con todos, diles que estabas bajo los efectos de una medicación muy fuerte... no se invéntate una excusa; hoy mismo nos vamos a un abogado. — ¡Por favor! Digo siguiendo su ritmo por las calles de este lugar que se está convirtiendo en mi infierno personal. Su móvil comienza a timbrar e ignorando mis suplicas mira la pantalla. Su cara cambia completamente al ver quien la llama. — ¡Mierda! ¡Mierda! Grita como una loca. — ¿Tu novio? Pregunto deduciendo que debe de ser él. — ¡Si! Tu maldita fama está convirtiendo mi vida en una pesadilla. Solo me detengo a observar la escena como todo un espectador y vaya que con el ella es diferente, un pan de Dios... Le dice mi amor, le ruega, en fin, todo un angelito... ¿será bipolar? Lo único que sé, es que es claro que él se ha enterado de todo porque ella le intenta explicar lo sucedido, pero es claro que no está logrando convencerlo. — ¿Qué sucede? Le pregunto al ver que está llorando después de hablar con él. —Sucede que ha terminado conmigo. Sucede que nuestras familias se han peleado. Sucede que mi entorno también se ha enterado... — ¿Por culpa mía? Le pregunto preocupado. — ¡No! Resulta ser que el juez que nos casó anoche es amigo de mi novio... exnovio... — ¡¿Cómo que amigo de tu ex novio? — ¡Si! Ellos van a torneos de golf juntos todos los años... te dije que Damián es un empresario muy reconocido. — ¿Ósea que fue el quien tomo la foto? ¿El que dio la noticia a la prensa? Pregunto sin saber que pensar. — ¡No lo sé! Responde enfurecida. — ¿Y entonces? ¿Qué hacemos ahora? —Yo personalmente empezaría por hacernos un monumento a los más idiotas de este mundo. De verdad que no vuelvo a tomar nunca más en mi puta vida. Dice con rabia. —Vaya lenguaje... y tan fina que dices ser. Digo intentando calmar los ámbitos. — ¡Perdóname si no soy una lady en este momento, pero resulta ser que toda mi perfecta vida se ha ido a la basura! Me grita haciendo un gran escándalo en medio de la calle. Me acerco a ella y la tomo del brazo con cuidado para que entienda donde estamos, ya que realmente está fuera de sí. —Por si no te has dado cuenta señorita de vida perfecta, estamos en medio de la calle y si no quieres que aparezcamos en otra portada de revista como el escándalo del año, es mejor que te calmes. Le advierto. — ¡Hay si, cierto que estoy con el famoso Alborán! Dice burlándose de mí. — ¡Eres realmente insoportable! — ¡Y tu un engreído! Me replica. Es mejor que empiece a calmar las cosas entre los dos... necesito de su ayuda. —Jackie, por favor... calmémonos. De verdad necesito de tu ayuda. Le vuelvo a pedir. — ¿Cuál es tu propuesta? Me pregunta rodando sus ojos. No tengo ni idea cual es mi propuesta, pero debo improvisar antes de que se arrepienta. —Tres meses. Fingimos un matrimonio, después decimos que no funciono y nos divorciamos después que lance el disco. Le propongo. —Con una condición... Dice seria. — ¿Cuál? Pregunto algo preocupado. —Fingimos en tu país, porque yo necesito salir de aquí. No puedo poner un pie en California; sería un escándalo tremendo. Dice y creo que está exagerando, pero en realidad necesito que se venga conmigo, de otra manera no se creerían lo de este cansamiento. —Perfecto. Trato hecho. Dio extendiendo mi mano. —De acuerdo. Ella estrecha mi mano y luego me lanza una media sonrisa. —Ni vayas a creer que te volverás a acostar conmigo eh... Me advierte. —Ni te preocupes, cuando estoy consiente no me acuesto con mujeres tan locas como tú. Le digo entre risas. —Ni yo con idiotas como tú. Dice y luego sigue caminando dejándome con la palabra en la boca.
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