—Hijo sé que tú me ayudarás con este problema.
Él se encontraba parado a una distancia con los brazos cruzados detrás, mirando a la mujer de cabello largo suelto oscuro, sentada a la silla con sus piernas cruzadas desnudas, al llevar un provocativo atuendo de noche, al mirarla a los ojos destellaban un color rojizo sangre que descifraba muerte.
—Debes deshacerte de ella tiene mucha información sobre nosotros, Esteban es cobarde al no obedecer mis órdenes y rompió la más amada regla que ha existido en nuestra historia, se ha enamorado de ella y debe ser esta noche, tienes la libertad de hacer como lo desees solo te pido que seas cruel como una guillotina, está claro y entendido Ian.
Se inclinó a ella asintiendo con la cabeza, respondiéndole:
—No te decepcionare amada tía.
Al retirarse de aquel salón de ventanas grande con cortinas abiertas de par en par mostrando la oscuridad de la noche que pedía ser adueñada y que todo el salón estaba alumbrado de las llamas de velas encendidas del candelabro que se encuentra arriba al ser algo anticuados manteniendo una vida anterior, pero Ian solo salió de la mansión.
En escena apareció caminando por un parque en un anochecer claro, rápidamente el apareció cerca de un callejón al ver a la típica chica de la que habían hablado en casa de jeans azules, chamarra verde agua de tenis blancos y cabello corto a los hombros, de anteojos azules.
Cruzo la calle al parque que quedaba a unas cuantas cuadras, la siguió hasta una cafetería que estaba cerca la vio entrar y salir de ahí con una bolsa que después entrego a una chica, al verla fuera de la cafetería no dejo de seguirla caminaban entre casas, cuando la oportunidad se mostró ante el de inmediato aprovecho y es cuando la tomo del brazo.
—Idiota suelta me, me lastimas ¡Auxilió me va a matar! —. Grita, él la rodeo con los brazos y en el aire intento soltar se de él, ella peleaba, él sujeto la golpeó y quedo inconsciente.
Ya al estar en tierra y alrededor de un bosque él le sonrió sus puntiagudos dientes de lado a lado, crecieron a un punto que al tener su manjar frente a él tomo su antebrazo deslizó sus colmillos en su muñeca succionando su sangre hasta desangrarla.
Despertó esa mañana con ojos adormilados al escuchar la voz del tío Ben.
—Si ¡Bajo enseguida, gracias! —. Grito y volvió a acostarse, estiro el brazo alcanzando de su mueble de madera de noche que se encuentra a lado de su cama sus lentes que tiene recargados encima, los tomo y al ponérselos comenzó a ver borroso el techo, decide quitarse los al ver que sin ellos veía mejor al volvérselos a poner de nuevo.
Ya sentada a la cama sin alzar sus colchas color turquesas decide recorrer la vista a su cuarto al ser grande determinando el color vintage y ver que a su lado izquierdo se encuentra su mesa donde naturalmente hace sus trabajos de escuela, como también estar en su portátil, al encontrarse encima de ella una pequeña lámpara, carpetas de colores, tazas decorativas que cada una contiene dentro lapiceros, lápices y colores al ser muy creativa y gustarle las manualidades, contando con un pizarrón de actividades que contiene pegadas con imanes en forma de animales fotografías, dibujos, pequeños poster o anuncios para no olvidar alguna clase o reunión de tareas, gira la mirada al verla puerta de su armario y después enfrente su mueble grande de cajones donde ella guarda ropa, mira alza la mirada a su candelabro de flores calado pero ve todo borroso decide quitárselos y volvió a dejar los en el mismo lugar, se levantó en pijama al salir de su recamara bajando de las escaleras.
—Tardaste.
—Perdón es que me puse los lentes de contacto.
Miró la mesa lista ella se sentó.
—¿Porque? —. Pregunto su tío al ella tomar un trago de leche.
—Hoy saldré con Alejandra, ya sabes vamos al museo.
—A eso ¿Te duele algo? —. Al ver que se tocaba su cuello.
—No es nada debe ser que dormí mal tuve una pesadilla.
Comieron el desayunó tomo él café y ella leche charlaron, rieron, pero al mirar a su tío y ver sus ojos rojos ella pestañea al cerrar sus ojos y abrirlos, ahora miraban unos bicolor, volvió a cerrarlos y ahora miraba los de color miel de su tío Ben quien nota que su sobrina que con cariño para él es su hija, aunque es adolecente es su niña, pasa su mano sobre su cuello varias veces al mover también la cabeza a lo que él pregunta:
—¿Te duele la cabeza? — negó. —No ayer me dolía y tome unas aspirinas estoy bien. —. Responde rápidamente sin titubeo para que el no descubra la mentira que ella misma no sabe cómo creó, al ser una chica sincera.
Al terminar ella se ofreció a lavar los trastes, comenzó a lavarlos, al terminar subió a su habitación, tendió su cama acomodo algunas cosas, no había tantas cosas porque desde ayer lo habían hecho, pero decidió hacer un chequeo rápido en el interior de su mochila de lo que ha guardado en ella al hallar lo indispensable que lo principal era su caja de madera en forma de libro, que hace tiempo encontró en su sótano al saber de labios de su tío que era de su madre y que no era el único.
Al ser su padre no solo un abogado profesional si no un carpintero que desde chico aprendió y solo lo hacía en sus tiempos libres, en las cuales en cada cumpleaños de su madre él le regalaba ese tipo de caja al ser que ella amaba leer y devorar cualquier libro entre otras cosas, pero su mamá adoraba y cuidaba de ellas, solo existían tres, una estaba vacía era la que ella tomo para guardar su vestido, la segunda caja contenía algunas fotografías viejas de personas que ella ni su tío conocen, su tío Benjamín menciono que una vez su hermana Martina madre de ella le conto que los hallo en uno de sus viajes, la tercena y último libro solo tenía guardado objetos valiosos de joyería y colgantes extraños que al igual encontró en sus viajes, al ser de joven una viajera de mochilero.
Continua mirando lo que lleva al ser su cargador del móvil, su cartera con algo de dinero al decidir ambas que antes de llegar a casa irían de compras porque Alejandra necesitaba cosas, en eso ve su estuche con cepillo de dientes, pasta generalmente cosas de aseo personal, al ver que no le faltaba nada solo cerro la mochila, el plan era que ella se iría a las cuatro la hora que su amiga pasaría por ella, mucho antes ya había pedido el permiso de quedarse en su casa y que su tío al final se lo permitió.
Eso de las seis llegan a casa de Alejandra, subieron hasta su cuarto a dejar su maleta y las bolsas que llevan cargando de las compras, al poner su pequeña mochila a la cama y tener la abierta revisando su ropa al ver que lleva todo y también en revisar lo que hace unas horas compró, a lo que escucha de que su amiga le pregunta:
—¿Traes tus lentes? —. Ella negó.
—No, los olvide en casa, solo traigo lentes de contacto.
—¿Qué le dijiste a tu tío? —. Preguntó al mirar la.
—Que íbamos a un museo.
Comenzaron a reír, a donde iban era una reunión secreta, que por una noche se reunían para celebrar su aniversario con arte, historias de miedo y con invitados especiales, las chicas se emocionaron al saber que habría tres invitados y uno de ellos era el famoso pintor invitado Ricardo Limón que le gustaba demasiado a Alejandra, todo empezaría desde las once, los padres de su amiga no estaban llegarían al día siguiente.
Al llegar a las diez treinta cinco, ellas ya disfrazadas, Alejandra con un atuendo completo color oscuro largo, con una cinta blanca en la cintura que le cuelga hasta el suelo de manga larga acampanada, cuello cuadrado con un escote donde inicia el busto y un corsé oscuro, con el centro gris con aplicaciones y zapatillas, el vestido lo cubre, su peinado es alto y revoltoso, mientras que ella un vestido largo como de época, color verde agua, con cuello redondo y mangas que cuelgan debajo de la rodilla, sin ningún otro adorno, con balerinas del mismo color, su vestido cubría sus pies y un peinado parecido al de un hada.
Ya cerca del lugar se pusieron sus antifaces blancos, al encontrarse y mirar que la puerta es una cortina roja de terciopelo, aparece en minutos una mano delicada y pálida de uñas pintadas de un color coral, alza la cortina siendo que ellas son recibidas, las mira en escena al ser que mutuamente lo hacen tanto las jóvenes como ella.
La chica para ellas es muy hermosa con deslumbrante sonrisa, que las miro de tal forma a cada una recorriendo con la mirada sus atuendos y todo, enseguida rápidamente voltea a verlas a los ojos al sonreír, esa era la señal de alivio para las dos siendo que significaba poder ser recibidas y a ver respetado las reglas de la invitación que recibieron una mañana de noviembre, la chica se presenta como Aurora al dar les la bienvenida:
—La ficción es la verdad que se encuentra dentro de la mentira y la verdad de esta ficción es muy sencilla.
Debían responder la contraseña ambas:
—La magia existe.
Sonrió y les indico entrar, al estar poco a poco se adaptaron al ambiente medio oscuro con luz tenue, eso significaba que solo faltaba unos minutos por empezar, tomadas de las manos vieron cómo se encendieron los focos y a su alrededor, chicas con los mismos colores de antifaz y disfrazadas con diferentes vestidos y atuendos sexis, y los chicos con trajes negros, azules y púrpura con antifaces negros.
—Bienvenidos huéspedes a nuestro octavo aniversario e invitados de la sociedad de sombras, presentando la noche de magia mi nombre es Anastasia. —. Dijo la anfitriona dando la bienvenida.
El lugar estaba como si estuvieran en una recepción de hotel continúa hablando la anfitriona.
—En esta noche amigos tenemos la cordial presencia de nuestros invitados de la sociedad de sombras, presentando al encantador caballero que anteriormente hemos tenido la oportunidad de que nuevamente este en esta reunión de la noche de magia, nuestro amigo Dorian Bomgre, Naomi Mosie y como invitado de honor al pintor Ricardo Limón.
Todos aplaudieron mientras cada invitado hace reverencia a los presentes agradeciendo por la invitación.
—Listos disfruten y celebremos nuestro octavo aniversario en esta noche mágica. —. Termina de decirla anfitriona.
Era un tipo de casa del terror, ellas se separaron para mirar las diferentes secciones, la joven fue hacia una mesa larga en la que había bocadillos de colores, comió algunos al igual los demás. Al no ver a su amiga Alejandra ella fue a la sección donde se encontraban las pinturas Limón, entró y recorrió el pasillo hasta un salón amplio.
Al estar hay parado al ver a cada humano atreves de su antifaz y saber que disfrutan de esta clase de evento, la miró desde el escenario, era de complexión delgada, su hermoso vestido verde agua y su antifaz blanco, era inevitable quitarle la mirada, continua su prima hablando, pero susurra al acerca a su oído.
—Naomi sabes ¿Quién es ella? —. Preguntó.
—¿Quien? Hay muchas personas. —. Responde.
—La de vestido verde agua. —. Dijo Dorian.
—No lo sé pregunta a Anastasia.
—Listos disfruten y celebremos nuestro octavo aniversario en esta noche mágica, — termina diciendo Anastasia. —Chicos me acompañan.
Ellos asintieron con la cabeza.
—Anastasia ¿Cómo se llama? la chica de vestido verde agua. —. Dijo Dorian.
Ella la miró.
—Se hace llamar Nimue. —. Responde su prima.
La siguió con la mirada y se dio cuenta que platicaba con un caballero de antifaz n***o al igual que de traje del mismo color.
—Amigo quisiera mostrarte una de mis pinturas más recientes. —. Dijo Ricardo.
—Claro será un placer. —. Respondió al ver que escapo de su vista hasta que volvió a verla.
—¿A quién miras primo?
—Ronan eres amigo de ¿Nimue? —. Sonrío.
—Si la conocí en una convención.
—¿Qué sabes de ella? —. Suelta una risa.
—Quieres cazarla, ella está fuera de tú alcance es muy distraída, no se daría cuenta de tus intenciones.
—Tonterías. —. Dijo él.
Al estar recorriendo la sección donde se encuentran los cuadros que presto Ricardo Limón para la exhibición, sin darse cuenta que en ese mismo instante la tiene a su lado sin poder decir una palabra, y solo miro junto a ella un cuatro de colores medios, intentaba descifrar su rostro, pero un antifaz ocultaba lo importante.
—Veo a un anciano. —. Dijo ella.
—Veo un hombre.
Se miraron mutuamente, ella sonrió, él se ruborizó y volvió a mirar la pintura.
—El arte se disfruta mejor descalza.
La miró y ella mostró alzando un poco el vestido que estaba descalza en la suave alfombra roja del piso, se sonrieron mutuamente y el la beso, rodeando la con sus brazos sintiendo su suave y liso vestido y ella con sus manos sobre su pecho, en ese instante accidentalmente lo mordió y las pocas gotas de sangre cayeron en sus labios, detuvo el beso, miró sus ojos que estaban disfrazados por el antifaz n***o.
—Lo siento debo ir me adiós.
La vio ir se, intento detenerla, pero ella ya estaba muy lejos dándole la espalda.
—Ian al fin te encontré, lo siento no debí decir tu nombre real, pero ¿Estás bien? —. Pregunto Anastasia al ver lo algo más extraño de lo común.
—Bien, perdón ¿Que me decías? —. Pregunto Dorian.
—Espera tienes sangre en tu labio.
Él solo se limpió y dijo al preguntar:
—Sí ¿A quién quieres presentarme?
—Si eso anda ven.
Después de un rato algo calmada pero aun incomoda sin saber lo que siente ve a Alejandra, corrió a ella.
—¿Dónde estabas? —. Dijo Alejandra mirándola preocupada.
—Estaba en la galería, tú ¿Dónde estabas Alejandra?
—Me tome una foto con el pintor.
—Podemos ya irnos.
—Te sientes ¿Bien? —. Miro que estaba inquieta e incómoda.
—Si solo vámonos.
—Está bien.
Solo se retiraron del lugar.