Capítulo 10.4

1392 Words
El correcto manejo de los hashi o palillos de madera por parte de la Houston sorprendió a los invitados japoneses, cosa que resaltó Mika, que no podía expresar su emoción en su rostro ni en su voz, pero que lo manifestaba con palabras al indicar que estaba muy contenta de ver que sabía utilizar muy hábilmente los utensilios para comer. Que supiera cómo tomar la comida, cómo agregar el wasabi al sushi y no ensuciar el plato que tenía para su uso, maravillaba cada vez más a Mika, quien ya estaba segura que ella debía ser la esposa de su primo Ryusei, al recordar la conversación que tuvo su familia en la última cena que se realizó en la mansión de sus abuelos paternos. Al finalizar la cena, delante del camarero que los atendió, Ann dijo: «Gochisousama deshita» -expresión de agradecimiento al finalizar un banquete y que se da a quien preparó la comida. Al estar en un restaurante se le puede decir al mesero-, lo que todos repitieron, dando por finalizada la cena. En la limosina que movilizaba a Kenji y Mika por New York, se dirigieron hacia el apartamento de Ann y Emma, ya que ellas le ofrecieron a Mika cerrar la noche deleitándose con un caliente blondie con helado de fresa y salsa butterscotch. Mientras las anfitrionas hacían feliz a la adolescente, Ryusei compartía una copa de vino con su tío mientras admiraban el paisaje que les permitía la vista que gozaba ese apartamento. - No sabía que tu novia conociera tanto de nuestra cultura –comentó Kenji hablando en japonés con su sobrino. - Su difunto esposo fue adoptado por una pareja nisei, así que creció conviviendo con nuestra cultura y lengua. Ella aprendió junto a él y sus suegros que, tras la muerte de sus padres, la aman como si fuera una hija más. Aunque te debo ser sincero que no sospeché que tuviera algún nivel de dominio de nuestra lengua. - Eso suma puntos a su favor. Hablar bien de ella será mucho más fácil. Además de ser una persona intachable y una profesional con valores y principios, es cercana a nuestras tradiciones y costumbres, así que no será difícil que pueda desenvolverse en nuestra familia y sociedad –indicó Kenji con mucha esperanza de que Harumi se tome a bien la presencia de Ann Houston en la vida de su hijo mayor. - Algo te preocupa –soltó Ryusei de inmediato, ya que aprendió a leer algunos detalles del comportamiento de su tío. El que juegue con sus dedos significaba que algo lo tenía pensando demasiado. - En la última cena familiar que tuvimos en la mansión de tus abuelos en Nagoya, tu madre mencionó su interés por que te cases lo más pronto posible –la pasividad de la voz del Director Sato no permitía que Ryusei entendiera que eso no le convenía. - Por mí no hay ningún problema. Mañana mismo voy a comprar un anillo digno de Ann y le propongo matrimonio. Al terminar la temporada de teatro tengo un par de semanas antes de iniciar los ensayos y preparativos para la filmación de la película, así que podemos viajar a j***n para casarnos y hacer feliz a mi madre –el brillo en los ojos de Ryusei hablaba del amor por la periodista y de su deseo de hacerla su esposa. - Por ahí no va la cosa, sobrino. En j***n se habla mucho de tu supuesta relación amorosa con White san. Tu madre quiere conocerla para saber si es digna de ti, y si no lo fuera, quiere comprometerte con alguna de las hijas de sus amigas –soltó Kenji mirando fijamente a su sobrino. - Mi madre. La amo con toda mi razón, pero a la vez no la entiendo. ¿Es tan difícil aceptar que ya crecí y que ahora soy un hombre que sabe lo que quiere? –la voz de Ryusei mostraba lo decepcionado que se sentía al saber que su madre no era capaz de confiar en su buen juicio a la hora de tomar decisiones. - Sufriste mucho, ella solo quiere protegerte. Aunque ya eres un hombre, ante sus ojos solo ve al niño que ella amamantó y cuidó desde que estuvo en su vientre. No la culpes por amarte –las palabras de Kenji hicieron sentir mejor a Ryusei, pero no solucionaban el problema en que estaría si a Harumi se le ocurría insistir con que su hijo mayor ya estaba en edad para casarse. - Tío, ¿mamá piensa en venir a los Estados Unidos? –Ryusei esperaba que la respuesta fuera negativa. - No lo sé. En la cena solo dijo que esperaría a que presentes a la familia a la mujer que quieres como tu compañera. Solo te diré que estés atento, tu madre es impredecible. De mi parte tienes todo mi apoyo. Houston san es una mujer admirable que no tendrá problemas para desenvolverse en j***n como en cualquier otro lugar, así que cuenta conmigo para ayudarte a que la acepte nuestra familia. Tras una semana en que Mika compartió muchos agradables momentos con Ann en el canal, con Emma en el teatro y con ambas saliendo de compras, llegó el momento de despedirse y desearse volverse a ver pronto. - Ann chan –se escuchó la voz de Mika dirigiéndose a la Houston mientras esta le ayudaba a terminar de empacar al haberla acompañado a su habitación de hotel para luego despedirla en el aeropuerto, al que irían directamente Ryusei y Emma después de terminar el almuerzo al que debían asistir esa tarde al ser organizado por Phelps-. ¿En verdad amas a Ryusei? –en esa semana, la Houston pudo conocer a la joven Mika y entender que la expresión que mostraba en su rostro era completamente diferente a lo que sentía. - Sí, lo amo. Ryusei es esa clase de personas que cuando ingresa a tu vida se convierte en indispensable. - Entonces, ¿lo amas porque lo necesitas en tu vida? –preguntó Mika y Ann negó con la cabeza. - Porque lo amo es que lo necesito –unas lágrimas aparecieron en los ojos de Ann y Mika supo que eran de felicidad-. Él es indispensable para mí porque lo amo. No es que lo necesite para ser feliz, ya lo era antes de que él llegara a mi vida; solo sé que lo necesito para entregarle todo el amor que guardo en mi interior, uno que él sabe cuidar y proteger, valorar y considerar, darle su lugar y defender de quienes quieran corromperlo. Ryusei es esa persona especial que nació para mí. Mika abrazó a la Houston con mucha fuerza, queriendo expresarle su apoyo y aprecio. La periodista agradeció por esa muestra de cariño, una que era importante porque venía de una jovencita inocente que amaba a Ryusei, y la estaba aceptando como alguien que le hacía bien a ese primo que era su favorito. - Ann chan, yo también ayudaré a que el amor que nació entre mi primo y tú sea respetado y aceptado. En su momento me verás ser valiente y alzar mi voz para defenderte y apoyarte. Solo te pido algo a cambio: no te asustes ni canses de luchar para hacer realidad que tu vida se una a la de Ryusei. Todo el esfuerzo que deposites en ello, mi primo lo vale –la Houston besó las mejillas de la joven y dulce Mika, que con palabras adecuadas era capaz de expresar todo lo que sentía y reconfortar el corazón de quien la escuchara. Ya en el aeropuerto, Ann junto a Ryusei y Emma decían «hasta pronto» a la pareja de padre e hija. Cuando el avión partió, algo oprimió el corazón de la Houston, un presentimiento sobre algo desagradable llegando a su vida, sin embargo, las palabras que Mika dijera antes de dejar el hotel retumbaron tan fuerte en ella que esa sensación negativa desapareció. «No asustarme ni cansarme de luchar por quien vale todo mi esfuerzo. Esto lo repetiré cual mantra para hacer realidad una vida llena de dicha y felicidad al lado de Ryusei», con ese pensamiento, Ann se sujetó al brazo de su amado japonés y caminó a su lado, algo que estaba completamente segura que quería hacer por el resto de sus días.
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