Capítulo 10.2

1662 Words
- ¿Y tú qué me ofreces, amigo Ryusei? –preguntó Emma buscando negociar con él. - Mi total e infinito agradecimiento –Ann trataba de no reír ante la respuesta del japonés. - No me sirve, intenta con algo más –respondió Emma muy suelta de huesos por la amistad que la unía al actor. - Qué te parece la colección completa de todos los productos que la compañía japonesa Sanrio tenga actualmente en el mercado sobre Hello Kitty –Emma era una fiel admiradora de ese tierno personaje. - ¿Hablas en serio? ¿Todos? –preguntó Emma sin poder creer lo que le ofrecía Ryusei. - Sí. Si aceptas debo hacer una llamada para encargar la compra de inmediato. Todo lo que tiene que ver con Hello Kitty es muy preciado en mi país y termina acabándose rápido –Ryusei jugaba con estar atento a su reloj porque con cada segundo que pasaba las existencias de un producto con la imagen del personaje japonés desaparecía. - Si incluye también los de Dear Daniel, porque Kitty no debe estar sin su novio, acepto –agregó Emma y Ann solo se reía porque por años su sobrina quiso la colección completa de Hello Kitty y Alice siempre le dijo que no porque no había espacio en la casa de Los White en Londres para guardar tantos productos. - Hecho –dijo Ryusei y dejó su silla en el comedor para hablar con su hermano menor, a quien le encargó la misión de conseguir la paga de Emma por la ayuda que entregaría a la pareja. - ¿Y dónde vas a guardar todos esos productos? –preguntó Ann muy divertida por lo que estaba sucediendo enfrente de ella. - Tía Ann, ¿me permites guardarlos en uno de los cuartos de huéspedes de tu casa en Los Ángeles? –suplicó Emma como si tuviera cinco años. - Todo porque el recuerdo de la primera vez que te vi y te tuve en mis brazos llega a mí cuando me ruegas de esa manera –con esas palabras Ann dio el permiso que su sobrina necesitaba. De inmediato la joven White corrió detrás de Ryusei para indicarle a dónde tendrían que llegar los productos de su amado personaje de ficción que le entregaba el japonés como pago por el arduo trabajo que realizaría al fingir interés amoroso por él. Y Emma no estaba lejos de la verdad cuando señaló que sería un arduo trabajo fingir amor de pareja por Ryusei, ya que los distintos medios locales y extranjeros comenzaron a especular con una posible relación entre los coprotagonistas de la obra de teatro de Caeleb Phelps, algo que se originó por las insinuaciones lanzadas por el mismo director de Broadway con tal de que los tres últimos meses de la temporada sean tan buenos como los primeros, cerrando con un rotundo éxito. Emma comenzaba a cansarse emocionalmente de tener que actuar todo el día, ya que los paparazzi iban detrás de ellos a cada momento. Ryusei pensó que lo mejor sería darles lo que buscan, de tal manera que no sean tan incisivos al perseguirlos por todas partes. Así fue como empezaron a almorzar afuera de las instalaciones del teatro, jalando la atención de la prensa y permitiéndoles fotografiar a la pareja juntos mientras reían y disfrutaban su comida, intercambiando miradas cómplices. A j***n llegaría como un tsunami la noticia del posible amorío de Ryusei Miura con la actriz inglesa Emma White. Kenji, quien conocía la historia de su sobrino con Ann Houston y estaba pronto a viajar a New York para conocerla, no le sorprendió en lo más mínimo los comentarios sin sentidos que aparecían en los distintos programas de espectáculos y revistas de farándula. Sin embargo, Harumi, la madre de Ryusei, demostraría su interés por conocer a la joven White durante una cena familiar en la Mansión Sato de la ciudad de Nagoya, ya que su hijo ya había cumplido los treinta años, por lo que debía pensar seriamente en casarse y empezar a tener descendencia. - ¡Ay, cuñada! Ryusei es actor, que esté un tiempo más soltero no le hará daño, al contrario, aumentarán sus fans. Déjalo que se divierta un poco –soltó muy suelto de huesos, a su estilo despreocupado, Takeo Nagata, esposo de Midori, la tercera hija de Los Sato, e hijo de la familia socia del Conglomerado Sa-Na. - Takeo tiene razón. Ryusei está empezando a ser conocido en occidente, por lo que necesita tiempo para dedicarse a su trabajo. El pensar en tener hijos en este momento le quitaría la atención que necesita su carrera –mencionó Midori para afianzar lo dicho por su esposo. - Antes que actor, Ryusei es el m*****o de una familia que se ciñe a la tradición, y esta dice que debió casarse antes de los treinta, así que, o se casa con esa muchacha inglesa con la que está saliendo en los Estados Unidos, o yo le consigo novia –señaló Harumi con un tono de voz y expresión facial que no le conocían. La madre de Ryusei se caracterizaba por ser una mujer de muy buen trato, finos modales y carácter agradable, una relacionista pública por excelencia, pero en ese momento estaba sacando las garras de una leona para defender su punto de vista. - No te tomes tan en serio esa tradición, hija. Recuerda que se planteó así pensando en que las parejas debían criar jóvenes a sus hijos para luego dedicarse a ahorrar el suficiente dinero que les permitirá tener una vejez cómoda y segura, algo que en nuestra familia no es de vital importancia –le recordó Hanae, la madre Sato. - Lo sé, mamá, pero me ilusiono mucho al pensar que un día veré correr por los jardines de esta gran mansión y los de la Casa Miura que tenemos en Tokio a hermosos pequeños que serán mis nietos –el deseo de Harumi por que la familia crezca era expectante. - Entonces casa de una buena vez a Hitoshi. Aprovecha que a él lo tienes más cerca, para presionarlo mejor –recomendó Takeo con su peculiar tono de voz bromista que hizo a todos reír, menos al involucrado para su broma. - No me causa gracia, tío –dijo serio el segundo hijo de Harumi y Takeshi, y todos rieron nuevamente. - Deberíamos romper con esa tradición de obligar a nuestros hijos a casarse antes de determinada edad o pactar sus bodas. Los tiempos cambian y las prioridades también. Recuerda, Harumi, que Ryusei firmó un contrato que dentro de poco lo va a obligar a iniciar los ensayos y preparaciones necesarias para filmar la segunda película de la saga del famoso agente inglés, que ahora es un japonés. Tus deseos no pueden ir en contra de las obligaciones de tu hijo, mucho menos cuando ya dio su palabra –dijo Kenji con su tono de voz frío. Todos los reunidos intercambiaron miradas que expresaban el apoyo a lo dicho por el Director Sato, quien sería el hijo menor de Kiyoshi y Hanae Sato, pero la cabeza que proveía de prosperidad, fortuna, riqueza y abundancia que gozaba la familia. - Si yo no te hubiera obligado a cumplir con el acuerdo que pacté con Yori Nagata, no hubieras encontrado tu felicidad al lado de Natsuki –mencionó Kiyoshi, contradiciendo a su hijo. - Lo sé, y te agradezco que lo hayas hecho, pero mi fortuna no solo dependió de ti, padre. También se la debo a James Egerton por haber huido con Megumi porque era ella con quien me iba a casar –al recordar ese episodio de hace años atrás, cuando la prometida por parte de la Familia Nagata, hermana mayor de su actual esposa, escapó al lado del duque inglés que conoció en las aulas universitarias y de quien se enamoró perdidamente, dio pie a que Kenji hablara sobre el destino y las vueltas que este da para entregar a cada quien lo que necesita y se merece-. Son pocos a los que el destino les entrega la felicidad sin dar tantas vueltas. A la gran mayoría nos hace padecer hasta que llega el momento de otorgarnos lo que es para cada uno. - Por eso te admiro y quiero, doblemente cuñado –dijo Takeo aplaudiendo tras las palabras que ofreciera el Director Sato, con quien compartía relación familiar no solo porque su esposa Midori era una de las hermanas mayores de Kenji, sino porque la esposa del Director Sato, Natsuki, era su hermana menor. - Creo que sería bueno escuchar la opinión del padre de Ryusei –se escuchó decir a Ichiro Maeda, congresista japonés, esposo de Keyko, la segunda hija de Los Sato-. Estimado Takeshi, cuál es tu parecer en todo esto. - Que mi hijo elija a su compañera y se canse cuando quiera –Harumi miró consternada a su esposo, quien tomó una de las manos de su esposa y la besó para tranquilizarla-. Ryusei es un hombre que ha madurado por todo lo que le ha tocado vivir. Démosle un voto de confianza de que sabrá llevar su vida y que esta le depara un buen futuro al lado de alguien que lo haga feliz, así como tú me haces feliz –lo último dicho por Takeshi, dirigido en exclusividad para su esposa, hizo que Harumi derrame algunas lágrimas al conmoverse por las bonitas palabras que su esposo le ofrecía. - Entonces, ¿les parece si dejamos que Ryusei decida cuándo es el momento más adecuado para presentarnos a esa especial mujer que está cautivando su mente y corazón? –señaló Natsuki, la esposa de Kenji y hermana de Takeo. - Está bien, esperaré a que mi hijo decida presentarme a esa actriz inglesa o a cualquier otra mujer que él quiera como su compañera. Solo espero que no se demore mucho –de esta manera se comprometió Harumi, aunque no cumpliría con su palabra.
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