Me aparto de Carter para ver las pantallas cubriéndome la boca por la impresión y le veo salir del auto ondeando sus manos en el aire, evitando que los paramédicos lo traten como paciente. ─”¡Raegan Waldorf está bien!” ─Anuncia el presentador. ─¿Estás bien, Raegan? ─Pregunta de nuevo Manolo respirando aliviado. ─Sí, el imbécil de Liam me sacó de la pista. Espero lo sancionen ─Se queja. ─Vuelve al Paddock, alguien ha estado muy preocupada por ti ─comenta Manolo y siento la traición de su parte. Barro las lágrimas fugitivas que se deslizaron por mis mejillas y aclaro mi garganta. ─Nos vamos ─anuncio queriendo huir de todas las emociones que se aglomeraron en mi interior y estallaron hace un instante─. Gracias por todo Manolo ─digo de forma apresurada, él se queda desconcertado.