“¡Matías!” escucho a la distancia. Por lo que le doy más correa a Bella y me vuelvo para mirar quién me ha llamado. —¿Matías Archer? —pregunta un hombre de mi edad, rubio con el cabello largo. —Si, soy yo… —contesto con duda— Disculpa, ¿nos conocemos? —indago y asiente. —Soy Mason Davis, de la preparatoria. —responde y trato de hacer memoria, pero su cara no me suena para nada— “¿Pornboy?” —complementa y me largo a reír en seguida, al acordarme de él, ya que le pusimos ese apodo, porque era nuestro “dealer” de películas pornográficas cuando éramos adolescentes. —¡Pornboy! —exclamo y me acerco a él para abrazarlo— ¿Cómo estás?, ¡Tantos años! —pregunto animado. —¡Bien!, ¿y tú? —pregunta con una sonrisa. —No me puedo quejar… —contesto— ¿Qué has hecho de tu vida? —Le hago un ademán