—Es la nieta de una vecina de mi madre, la chica es insoportable, incluso es más creída que yo. —Mi amigo se ríe de mí y no entiendo porque.
—Al fin alguien que te desafíe, seguro te mantendrá muy entretenido así como tú me ayudarás a mantenerla lejos de su amiga para poder follármela, la cuida demasiado. —Rueda sus ojos muy irritado.
—Entiendo, vino como chaperona, pero bueno, está bien, me debes una. —Lo señaló amenazándolo con mi dedo y él asiente muy agradecido.
Lo que tenemos que hacer entre amigos para que el otro pueda triunfar. No me mal interpreten, si tengo un plan para conquistarla, pero ella me ha rechazado tan mal que en este momento necesitaba desquitarme follándome a otra chica, aunque por lo visto, no podré coger hoy a menos que uno de mis amigos me preste a su culo.
Vuelvo a girar sobre mis talones y camino hacia donde está la altanera, tomo una silla y me siento a su lado.
—No sabía que te pagaban por ser chaperona —comenté con soberbia y un tanto burlista.
—Pues yo no sabía que tu amigo era tan cagón como para salir corriendo a contarte el chisme —dice con un tono chocante y sin tomarle importancia a mi presencia.
No sabía cómo reaccionar o como responderle, es como si tuviera respuesta a todo dejándote sin palabras. Me reiré demasiado cuando su orgullo quede por el suelo.
—¿Cómo sabías que era mi amigo? —pregunté muy curioso, aunque también suena algo estúpido, ¿qué me está pasando? Yo no soy así.
—A menos que seas un ladrón que entra a casas ajenas por invitación del dueño, entonces ni creería que fuesen amigos. —Me encarnece y suspiré como si ella no tuviera más remedio—. Además, él dijo que un amigo llegaría pronto para estar conmigo, pero solo has venido tú, así que por eso fácilmente se puede deducir.
—Discúlpame por hacerte perder el tiempo con esa pregunta tan absurda —dije muy odioso.
—No solo con la pregunta, estar contigo es una perdida de tiempo, además, no te preocupes, está vez me has hecho reír, así que eso debe ser algo bueno —bromea y me hace reír un poco, no sé porque.
—No sabía que ahora soy payaso. —Me reí levemente.
—Bueno, me reiría contigo, pero no estoy segura de que te quieras burlar de ti mismo. —Tapa sus labios en el momento que se le escapa una carcajada.
—¿Qué te hace creer que no tengo sentido del humor? —Alce una ceja y la miré con diversión.
—Tu actitud… te crees el rey del mundo, normalmente esas son personas que prefieren burlarse de los demás y no de sí mismo por alguna torpeza, debe ser muy duro llevar esa corona, ¿no crees? —Me sonríe con provocación, de un momento a otro paso de odio a amistad y volvimos al debate.
—No lo sé, dímelo tú a mí al parecer me conoces más que yo y desde que te conozco, solo te has burlado de mí cuando yo simplemente te he tratado con respeto, así que no voy a caer a tu charco mientras puedo rodearlo sin ensuciarme. —No iba a dejar que me pisoteara de nuevo.
—Yo sé reírme de mí, pero eso es algo que no vas a conocer jamás, no te tengo confianza, además, si me burló de ti es para ponerte en tu lugar. —Bebe un poco de su vaso de agua.
—Eres la primera persona que me dice lo que ven en mí sin temor a que yo me enoje o algo así. —Ella alza sus hombros dándole igual lo que dije—. ¿Por esto me rechazaste? —Cambie la conversación.
—¿Ah? —Me mira desorientada.
—Cuando te pedí que me acompañarás, me rechazaste, ¿fue por tu amiga? De igual forma como que no te salió bien tu plan de evitarme, pues el destino nos quiere juntos. —Le recordé y a la vez me burlé.
—Sinceramente fue porque ella insistió, ella está ebria y no quiero dejarla sola, puede ocurrir un accidente, pero jamás imaginé que era el mismo plan que tenías tú, y ni siquiera tengo un plan evitarte, simplemente que no quería salir contigo, me desagradas —dice con abulia.
Me quedo callado por unos momentos, detesto que lo diga como si yo fuese una basura, cada vez deseo más tenerla a mis pies para que se retracte. Decidí ignorar lo que dijo y me enfoque en el tema de conversación sobre su amiga.
—Créeme que ella está bien en manos de mi amigo. —Fui algo deshonesto y ella me ve entre irritada e inaudita.
—En manos de tu amigo lo único que puede pasar es un embarazo no deseado y seguramente él sin hacerse responsable, así que significa que no está en buenas manos. —Me mira reprimida.
—Entiendo, ¿y tienes planeado pasar toda la reunión ahí sentada? Tal vez consumiéndote en la aburrición —Espero que no lo tome a mal, cada cosa que le digo, se ofende.
—Pues si, no tengo más nada que hacer, ninguno me interesa, así que puedo cumplir mi objetivo sin distraerme. —Eleva sus hombros con desinterés.
Volteé a mirar a mi mejor amigo y él tenía a una chica tomada por la cintura, esa debe ser la amiga de Dahiana. Salvador se gira para verme y me insiste con la mirada para que haga algo, seguramente quería que me la llevará a otro lado.
—¿Quieres que te muestre la casa? —le pregunté a Dahiana.
—¿Y que mi amiga despierte sin dignidad? No gracias —responde con sequedad.
—Te prometo que si tu amiga la llega a pasar mal, me puedes dar una patada en los webos, sería una especie de garantía —le aseguro y ella entre cierra sus ojos en desconfianza.
—Supongo que esa oferta debe tener algún mensaje oculto, pero como no tengo más nada que hacer, sería entretenido burlarme de ti por un rato. —Parece que ni fuera su opción.
—No sé si deba tomar eso como un cumplido. —Sabía que era un insulto, pero primero muerto a que ella crea que mi orgullo está por el suelo.
—Tómalo como quieras. —Alza sus hombros sin importancia, le pongo los ojos en blanco y suspiro, solo llevo un día conociéndola y no la soporto, pero tampoco soy de rendirme y menos a la primera.
—¿Quieres un trago? —pregunté creyendo que podía ser una estrategia para que se liberara más, está muy cerrada, no puedo ni conocer sus gustos.
—Creo que estoy bien con mi vaso de agua. —Me da media sonrisa y creo que es primera vez que ha sido amable conmigo.
—Está bien. —Me levanto para irme, me rindo por hoy, bueno, otra vez.
—¿A dónde vas? —Toma mi mano y volteo a verla.
—A buscarme un trago y a dejar de molestarte. —De un momento a otro estaba sin ánimos.
—¿Puedo acompañarte? —Me sorprendí un poco.
—¿Para burlarte de mí? —pregunté algo cabreado.
—No lo iba a hacer, pero si te parece extraño que no lo haga, puedo hacerlo para no incomodarte. —Creo que intentó hacerme una broma, pero es muy mala en eso.
—Como quieras —dije secamente que ni yo entiendo de dónde vino todo eso.