—Interesante. —Sonríe de lado a lado, parece una trepadora, pero eso no me importa, pues solo la tendré para esta noche. —Así es. —Me sentía un poco incómodo y ya todos en mí estaba volviendo a la normalidad. Estaba intentando de tomar el control en mi cuerpo, tengo que apagar la bebida un rato, pues tenía pensado seguir bebiendo y no quería ligar tragos o si no la volvería a pasar mal. El mesero vino con las botellas y las señoritas han pedido cosas que ni son costosas, seguramente es porque les da pena o porque son fanáticas a esas bebidas, mientras que yo pedí comida y también un tequila para mí y para la señorita Oriana, quién la he dejado que se siente en mis piernas. —¿Y Salvador? Que raro que no estaba con ustedes —le pregunté a los chicos. —Ha regresado a España por unos asun