—¿Yo? —dice confundido, sin quitarme los brazos de encima.
Frunzo en ceño, enojada.
—Sí, tú. ¡Suéltame! —digo zafando de su agarre.
Suelta una risita, poniendo sus manos en sus bolsillos.
—¿Qué ocurre? —dice divertido.
Se divierte. Le divierto. Sin embargo, yo no me estoy divirtiendo.
Reconocería la intensidad de esa mirada en cualquier lugar, la estuve sintiendo dos días seguidos, claro que la reconocería. Tiene unos ojos grises que al fin puedo ver.
—¿Pelea interna? —bromea, al verme sumida en mis pensamientos.
Me alejo dos pasos de él y me cruzo de brazos.
—Nada que sea de tu incumbencia —respondo bruscamente.
Paso por su lado, siguiendo mi camino. Mi enojo va en aumento cuando escucho su risa detrás de mi. Maldito sea, tiene bonitos ojos y ahora también tiene bonita risa.
Al llegar a la habitación de mi amiga abro de un golpe y la cierro de otro. Kate se voltea confundida mientras cambia a Harry.
—¿De malas? —dice haciendo mohín raro, sin dejar de ver al pequeño.
Ruedo los ojos, fastidiada.
—No sé de qué hablas —digo sentándome en la silla giratoria de su escritorio.
Ella gira a verme momentáneamente y frunce el ceño, entre confundida y divertida.
—Como sea. Debo presentarte a alguien —dice emocionada.
— ¿Hablas del don engreído de ojos grises? Ya lo conocí, un placer —digo tajante.
Entonces se voltea completamente y me mira, completamente divertida.
— ¿Por qué presiento que no fue un buen comienzo? —dice con Harry entre sus brazos
Me incorporo un poco más animada y tomo a Harry..
— Porque no lo fue —respondo aún un poco enfadada, pero cambio de expresión por Harry.
Kate se cruza de brazos.
—¿Qué ocurrió? Es un buen hombre —dice encogiéndose de hombros.
¿Buen hombre? ¿Un buen hombre no acosaría a una persona? Estoy completamente segura que es él.
Suspiro y miro a ambos lados de la habitación, cerciorándome de que no haya ningún chismoso.
—Él es el tipo de la mirada —susurro, ganándome una mala mirada de su parte—. A todo esto, ¿de dónde lo conoces?
Kate intenta ocultar su sonrisa, sin éxito alguno.
—Es mi primo.
La veo salir del cuarto a paso rápido.
—Genial —mascullo.
La escucho reír por el pasillo, la sigo y bajo las escaleras de salto en salto haciendo reír a mi pequeño hermano, Harry. El pequeño tiene a penas un año y medio. La madre de Kate lo cuida en situaciones especiales, como la de anoche.
Camino al patio y siento a Harry en la manta encima del césped con sus juguetes favoritos.
—¿Es tu hijo? —una voz gruesa voz a mis espaldas.
Ruedo los ojos.
—No te interesa —digo sin voltear, pero me pongo alerta rápidamente al verlo ponerse en cuchillas a mi lado.
—Solo responde, muñeca —susurra.
Volteo a verlo, enfada.
—Mi nombre es Kyanna, no muñeca —digo irritada.
Me incorporo y camino hacia la mesa donde Kate y la mamá, Miriam, observaban divertidas la escena. Me siento a su lado, bufo y me cruzo de brazos.
—Alguien no se lleva bien con la familia —canturrea Kate a su madre.
—Pero otro alguien sí lo hace —le canturrea de vuelta. Frunzo el ceño, confundida, y veo a la dirección que observa.
Pestañeo dos veces y vuelvo a fruncir el ceño ante la vista. Veo a Harry sonriendo mientras el desconocido meneaba uno de sus juguetes favoritos frente a sus ojos. Lo cual es muy extraño, mi hermanito no es un niño que se lleve bien con todas las personas que le sonrían. Papá dice que es igual de apático que yo.
—Harry no es así con todas las personas —murmuro para mi misma, confundida.
—Te lo dije, es un buen hombre —defiende Kate.
La miro unos segundos, incrédula.
—Cariño, ven quiero presentarte a alguien —dice Miriam, la madre de Kate.
El castaño levanta la vista y nuestros ojos de cruzan pero desvío la mirada rápidamente. Se incorpora con cuidado, cubre a Leandro con almohadas a su alrededor, gesto que no se me pasa por alto, y camina lentamente hacia nosotras.
—Andrew, ella es una gran amiga de la familia, Kyanna. Kya, él es mi sobrino, Andrew —dice Miriam sonriéndonos.
—Digamos que ya nos conocemos, ¿no es verdad, muñeca? —dice sonriendo de lado.
Frunzo el ceño.
—Kyanna —corrijo, irritada.
Lo veo inclinarse lenta y cuidadosamente hacia mi cuerpo, con las hebras de su cabello rozándome las mejillas.
—Muñeca —susurra cerca de mi oído.
Me mira divertido.
Me incorporo y camino de nuevo hacia mi hermano, quien mira con entretenimiento una mariposa que se había posado en su pequeño y regordete pie. Tomo asiento en la hamaca a su lado y me balanceo levemente, observando a mi hermano.
A los pocos minutos, veo a mi padre tomar asiento junto a mi, balanceándose de costado a costado, haciendo que me desvíe.
—¿No te ha agradado el primo de Kate, no es así? —dice divertido, lo cual realmente no entiendo. No le encuentro lo divertido.
—¿Por qué lo dices? —cuestiono volteando a verlo.
Me sonríe de lado.
—La expresión gruñona en tu rostro lo dice todo —responde riendo, imito su acción— Ha estado un tiempo a solas con Harry, los he visto.
—¿Qué hay con eso? —pregunto confundida.
—Si se ha comprado el corazón de Harry, pues el mío también —dice completamente divertido.
Abro los ojos, sorprendida.
—Oh vamos, es un bebé de un año —bufo.
—¿Recuerdas la historia de Miriam y Richard? —pregunta, desviando el tema exitosamente.
Asiento, sin dejar de balancearme.
—Sí, tu eras amigo de Richard y Miriam era amiga de mamá —susurro, recordando.
—Ajá, ¿y luego?
—Tú los habías presentado, quedaste de estorbo con mamá, hablaron, se conocieron y se enamoraron —digo sonriéndole. Me gustaba recordar su historia.
—Y y sabía desde el inicio que Richard y Miriam iban a terminar juntos —termina por mí.
Sonrío recordando esa parte de la historia.
—¿Me creerías si te digo que...?
Frunzo el ceño, entendiendo hacia donde va el tema.
—Ni se te ocurra terminar la frase —interrumpo—. No, nunca. Jamás de los jamases. No señor, no sucederá.
Mi padre ríe, negando con la cabeza. Se levanta de su asiento y se inclina para besar mi cabeza.
—No evites el destino —dice suspirando—. Tiene preparado cosas preciosas para tu vida.
Frunzo en ceño y lo veo marcharse, aún con sus palabras retumbando en mi mente. Decido no darle muchas vueltas, y tomo a mi hermano en brazos.
—¿Y qué tal la universidad, Kya? —pregunta Richard, cuando me ve llegando a su lado.
Respiro hondo.
—Difícil, pero no imposible —digo sonriendo.
—Eso es, debes tener esa mentalidad —apoya la madre de mi amiga.
Levanto mi cabeza para darle una cucharada de comida a Harry y me topo con la mirada de Andrew. Me guiña un ojo y continúa comiendo. Inevitablemente frunzo el ceño, que tipo insoportable.
Luego de varios minutos de charla, aparece un tema que duele bastante aún.
—¿Qué haremos para el cumpleaños del pequeño? —pregunta Richard, mirando a mi padre.
Miro a mi padre y me sonríe tristemente.
—No lo sabemos aún —respondo en su lugar.
—Algo debemos hacerle, ya cumplirá dos años —dice emocionada Kate.
—Aún hay tiempo para pensarlo —murmuro, y me incorporo—. Familia, tengo cosas que hacer así que me despido.
Todos saludan cálidamente, pero hay uno en particular que me irrita fácilmente.
—Me ofrezco a llevarte —dice Andrew, parándose de golpe.
—No gracias, tengo auto propio —digo no dándole mucha importancia y caminando hacía mi padre.
—Adiós linda —saluda, besando mi mejilla.
—Lamento no llevarlos a casa, papá —me disculpo.
Lo escucho suspirar.
—Linda, debes dejar ése club —me susurra, cansado.
—Te amo, papá —evito el tema con una sonrisa cansina, y beso la frente de mi hermano—. Nos veremos luego.
Es entonces que el buen humor que tenía se esfuma al recordar la noche que me espera.
Otra noche ruidosa en el club.
____________________________________________________
Hola a todos
No se olviden de seguirme en IG: @loslibrosdemica
A partir de los demás capítulos van a ver que la calidad es muy mala, pero solo va a ser momentáneo. En unas semanas voy a editar completamente esos capítulos.
Saluditos