La desagradable expresión del Marqués cedió el paso al asombro. —¿Cómo sabe esas cosas? —Son las mismas condiciones que prevalecen en Waterless. —¿Waterless? —Sí, ¿no la recuerda? Es una pequeña aldea donde los campesinos iban a comprar y a vender y que se encontraba, originalmente, entre las propiedades de, su padre. Pero como el Duque desatendió las tierras de labranza que la rodeaban, mucha gente abandonó el campo para irse a vivir a Waterless, esperando encontrar trabajo allí. —Y como resultado, la aldea está sobrepoblada— dijo el Duque. —Por supuesto. Las estrechas calles, antes tan tranquilas, están ahora, repletas de niños, de ancianos, de hombres sin trabajo, de mujeres cansadas que no tienen fuerzas ni para limpiar su casa. Falta agua y la gente padece hambre, y ello ha acar