No puede ser

1348 Words
- ¿Quieres que haga qué? Resultó que el cambio de ritmo con el que había estado soñando se había producido mucho antes de lo esperado. El único problema era que la alternativa que le ofrecían era algo que no podía imaginarse haciendo... nunca. Grisha se recostó en su silla con cansancio. Primero Arlet y ahora ella. Parecía que el mundo entero se oponía a esta misión. - Sasha, cálmate- dijo con firmeza- No permitiré que te pongas furiosa en mi oficina, ¿entiendes? La oficial pareció marchitarse un poco, alisando su falda médica rosa pálido mientras luchaba por recuperar la compostura. - Sí, maestra- murmuró. Dejó que sus ojos se desviaran hacia Arlet que estaba sentado casualmente en una silla cercana. ¿Por qué diablos estaba aquí de todos modos? ¿Y por qué estaba tan tranquilo? Poco sabía ella, que a pesar de su postura relajada, Arlet todavía lo estaba pasando tan mal con esta misión como ella, pero nunca lo demostraría. Tendría que ser fuerte por ambos hasta que ella se acostumbrara a la idea. - Ahora- continuó Grisha- Irás a Fuzen Machi disfrazada de civil. Eso significa que no habrá peleas a menos que sea absolutamente necesario. Al llegar, te reportarás al club y te reunirás con Dajaku, el dueño. Él te informará qué es exactamente lo que harás allí, pero considerando que el establecimiento es un club de caballeros, creo que ya tienes una idea bastante clara de qué esperar Ella asintió en silencio, mordiéndose el interior de la mejilla para evitar gemir en voz alta. - Te harás amiga de las mujeres allí y averiguarás todo lo que puedas de ellas sobre dónde podrían haber ido las mujeres desaparecidas y usarás todos los medios posibles para extraer información de los clientes sospechosos del club mientras mantienes tu disfraz. Sasha tragó audiblemente. Sabía lo que significaba "todos los medios posibles". ¿Cómo podía Grisha esperar esto de ella? Ella sabía más sobre la anatomía masculina que nadie, pero cuando se trata de manejar como si fuera lo mas común del mundo era imposible. No podía bailar y ciertamente no podía realizar un striptease convincente. Ella era una maldita virgen, una que solo había sido besada un puñado de veces y ninguna de ellas podía considerarse momentos ardientes de pasión. Demonios, ella había estado medio borracha o nerviosa más allá de toda descripción. - ¡Jefa, no soy apta para esto!- soltó ella, incapaz de permanecer en silencio por más tiempo- Seguro que hay alguien mejor, alguien que no es... Ella se apagó cuando sus mejillas se sonrojaron. Ya estaba bastante avergonzada y confesar que era virgen frente a su antiguo maestro podría ser su muerte. Grisha la miró expectante, esperando que terminara. Cuando no lo hizo, la instó. - ¿Alguien que no es qué? - No importa maestra, no es nada. - Muy bien- dijo la rubia con un suspiro- Arlet te acompañará a Fuzen Machi disfrazado de civil también. Se encontrará con Dajabu contigo, pero a partir de ese momento, no quiero que sea evidente que ustedes dos están trabajando juntos. Él visitará el club todas las noches como patrón y examinar la escena en busca de posibles sospechosos, así como realizar investigaciones externas durante el día. Cuando los dos necesiten comunicarse en el club, deben hacer que parezca que son simplemente una bailarina y un observador Sasha no podía creer lo que estaba escuchando y se volvió para fijar su mirada con los ojos abiertos en el hombre enmascarado. Finalmente había levantado la vista de las aparentemente fascinantes tablas del piso y le había dado un pliegue de ojos patentado. - Parece que seremos socios Sasha Esto fue demasiado. No solo tenía que desnudarse para extraños, sino que su propio ex maestro también la estaría mirando. Sus mejillas estaban calientes antes, pero ahora ardían positivamente ante la idea de bailar en un poste en poco más que un trozo de tela mientras Arlet miraba. Sin duda, esto se estaba convirtiendo en el peor día de su vida y se encontró queriendo darle un puñetazo demoledor en la cara al hombre solo para que no pudiera verla bailar. Pero eso, por supuesto, sería poco profesional y solo tendría que usar sus reservas de magia para curarlo de todos modos, así que permaneció de pie en silencio, tratando de no gritar. - Debes irte lo antes posible- continuó Grisha notando el estado escarlata del rostro de Sasha y sintiendo un poco de simpatía por su nerviosa aprendiz. Sin embargo, tenía un golpe final que dar- Sasha, dejé todos los asuntos de entrenamiento en los campos requeridos para esta misión en manos de Arlet. No tendrás tiempo para hacerlo antes de irte, así que debes hacerlo en el camino. Si tienes alguna pregunta, por favor habla con él. El éxito de esta misión radica en tu capacidad para aplicar esas habilidades correctamente. Ella se quedó muda, mientras esperaba desesperadamente que todo esto fuera una gran broma. Sintió que las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos mientras la pura mortificación la abrumaba, pero parpadeó con enojo. Ambos sabían que ella era inadecuada en los campos de experiencia que requería esta misión y sin embargo la estaban enviando de todos modos, y si eso no fuera suficiente, ella tendría que aprender los trucos del oficio no de otra mujer, sino de un hombre, y no cualquier hombre, sino Arlet, el pervertido residente de Kono. El impulso de enviar un puño a través del escritorio de Grisha y reducirlo a nada más que un montón de astillas fue tan fuerte que sus manos se movieron a los costados, pero luchó contra el impulso mientras contenía las lágrimas. - Ustedes dos se irán por la mañana- Anunció Grisha. Volvió la cabeza hacia Arlet y le lanzó una mirada de condena- Y confío en que no llegaran tarde. - Sí, Jefa. - Bueno, entonces largo. Empaquen solo lo que necesitan para el viaje hasta allí. Dajuku proporcionará provisiones y vestuario adecuado a su llegada- dijo contenta de que esta reunión finalmente hubiera terminado Sasha luchó por contener una risa amarga. Debería haber dicho "la falta apropiada de vestuario" considerando lo que estaría haciendo. Arlet se puso de pie e inmediatamente sacó su libro habitual y ella se preguntó cuántas de esas escenas serían inspiración para su entrenamiento futuro. Estaba a punto de seguir a Arlet cuando Grisha la llamó. En lugar de perforar la puerta con frustración, respiró hondo y regresó a su escritorio. Grisha pudo ver que estaba al borde de las lágrimas y no la culpó, ella todavía era sorprendentemente inocente considerando que tenía diecinueve años y había sido una oficial durante toda su existencia adolescente. La mató arrancar eso de ella tan repentinamente, empujándola a un mundo tan oscuro, pero tenía que suceder tarde o temprano y sabía que la experiencia, aunque dolorosa, la ayudaría en su camino para convertirse en una oficial superior. - Sasha, sé que esto es difícil para ti, pero realmente creo que puedes hacer esto. No te hubiera asignado esto a una misión si no lo hubiera hecho. La médico más joven asintió, con la garganta en carne viva por la necesidad de llorar, pero no se derrumbaría, no aquí frente a su mentora. - Te asigné a Arlet para que fuera contigo porque te conoce bien. Es un profesional y actuará en consecuencia. No necesitas dudar si tienes una pregunta. Él está en esta misión para apoyarte - Lo sé- dijo Sasha, su voz salió en un susurro ahogado. - Buena chica- Grisha sonrió, tomando su mano entre las suyas y apretándola en una rara muestra de afecto- Ve y hazme sentir orgullosa. La oficial asintió, dándole una sonrisa a medias que no alcanzó sus ojos esmeralda. Sin otra palabra salió de la habitación cerrando la puerta silenciosamente detrás de ella, dejando a su jefa sola Grisha apoyó los codos en la superficie de madera de su escritorio y tomó su cabeza entre sus manos, esperando fervientemente que la decisión que había tomado fuera la correcta.
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