Sasha se estremeció al pensar en darle a un extraño un vistazo de sí misma. Ya sea que pague bien o no, no pensó que alguna vez se acostumbraría a esa idea. Sin embargo, si esa era la única forma de obtener información, tendría que dejar ir la última pizca de modestia que le quedaba. El tintineo del vidrio contra el vidrio la devolvió a la realidad y notó que Tora había seleccionado una botella marrón y estaba vertiendo una buena cantidad de su contenido en el vaso. - ¿No es un poco temprano para tomar una copa?- Preguntó mientras veía a la otra mujer ponerse la gorra. Tora soltó una carcajada sin humor y se encogió de hombros. - Nunca es demasiado temprano en esta línea de trabajo, cariño. Me encantaría tomar un trago en cualquier momento si esto ayuda a difuminar un poco las cosas.