Me besa, Ángel me está besando por primera vez y se siente bien, es mejor de lo que siempre me imaginé.
Está tan pegado a mí que apenas puedo moverme, solo puedo sentir sus labios en mí, su ansiedad, su necesidad; lo abrazo, respondo su beso después de seis años queriendo besarlo como no podría, no pienso, no razono, no quiero, solo quiero aprovechar los minutos que dure antes de que la razón vuelva a mí, sentirlo por primera vez sin odio ni resentimiento.
Se aparta de mí, su frente está sobre la mía, respira agitado, con sus manos aun sosteniendo mi rostro.
—Eso es lo que siempre he querido, pero no puedo.
—No puedes, pero lo acabas de hacer, ¿por qué ahora?
—Porqué…— me mira y hay tantas dudas en su mirada — estoy confundido Sofía.
Confundido, no sé por qué eso me da rabia, pienso
