Esa misma tarde estaban saliendo los tres para ir a practicar, en eso los detuvo el Sr. Roberts.
— ¿Para donde van?
—Steven nos enseñará a lanzar — Respondió Robinson.
—Que vayan las demás chicas con ustedes.
Robinson solo volteo hacia Steven, le hizo señas que no había problema, Deysi fue a llamar a las demás chicas, en cambió los varones agarraron más lanzas, Matthew solo vio de lejos, pero no se acercó a ellos, el orgullo podía más.
Fueron a salir a los árboles de manzana.
—Muy bien, iniciaremos con ésto, la lanza se toma de esta manera, buscando siempre el punto de equilibrio, si se agarra muy adelanté, todo el peso recaerá sobre la parte trasera, al igual si lo agarramos de la parte de atrás, se toman con estos dedos, Recuerden que entre mayor fuerza la tiremos, más largo llegará.
— ¿Cómo haremos nosotros para tomar tanta fuerza? Porque estas cosas pesan.
—Es cierto pesan, pero lo que pueden hacer es correr cierta distancia para tomar impulso, ahora deben de aprender que no podrán matar a cualquier animal de esta forma, por el momento quiero que tomen una lanza y le tiren a un árbol
Todos empezaron a practicar, Steven le fue enseñando a cada uno como debe de posicionarse para lanzar, pero Deysi lo hacía torpemente, en eso se le acerca Steven.
—Muévete un poco para acá, pon tu cuerpo de esta manera.
—No puedo.
—Si puedes.
En eso Steven se le acerca y la posicionó, Steven puso sus manos sobre las de ellas, luego hicieron el tiro juntos.
—Ves que si has podido.
—Eres un gran maestro.
Todas lograron ensartar la lanza en el árbol, Robinson ya había ensartado varias lanzas.
—Ahora practicaremos en las manzanas recuerden no estar tan cerca, pero tampoco tan lejos, las chicas comenzaron a tirar, pero ninguna llegaba a tocar las manzanas.
Steven tomo una lanza y la tiró, apunto hacia arriba de la manzana dónde cayó inmediatamente.
—No quiero qu traten de tirar de esta manera, solo le estoy demostrando que si se puede, eso que yo apunté a una de las altas.
—Pero ya tienes práctica en eso.
Robinson no se dió por vencido, hasta que pudo darle a la primera.
—Me ha costado un poco — dijo Robinson.
—Si quieren comer manzanas hoy, tendrán que bajarla por su cuenta.
—Desperdiciando su tiempo están, se creé la gran cosa solo porque sabe ocupar la lanza — dino Matthew quien se había acercado silenciosamente.
—Si tanto menosprecia lo que le estoy enseñando, inténtalo tu — dijo Steven.
Matthew que nunca había rechazado un desafío, tomo una de las lanzas, pero al tirarla no llegaba lejos.
—Las han dañado, ya no pueden viajar — dijo Matthew.
Steven tomo una de esas lanzas y volvió a bajar otra manzana.
—Al menos que se quiebre, pero una lanza no de dañará tan fácil.
Avergonzado, Matthew empezó a tirar sin detenerse, pero ninguna podía llegar a su destino, Robinson se le acerca.
—Tienes que buscar el punto de equilibrio, de lo contrario seguirás fallando.
Robinson le mostró como buscar el punto de equilibrio, luego lanzó y le pegó a si objetivo.
—Viste, no es nada difícil.
Matthew sabía que había Sido nuevamente humillado, pero tampoco se quería quedar atrás, así que siguió los consejos de Robinson, todos estaban practicando cuando en eso escuchan a un oso.
—Parece que hoy es nuestro día de suerte — dijo Robinson.
Matthew vio una oportunidad tratar de humillar a Steven.
—Robinson, deja que Steven sea quien mate al oso, al final es el maestro.
—Esta bien, yo lo mataré.
Steven había retado hace poco a Matthew y sabía que el buscaba venganza, así que no dudo en ir a matar al lobo, pensó por un momento ocupar la daga, pero aún le faltaba práctica, vio unas piedras y tuvo una idea.
—Oye Steven si te tardas demasiado se te irá el oso — grito Matthew.
Steven no le prestó atención, empezó a tirar piedras pequeñas cerca del oso, para que esté levantara la cabeza, el oso lo vio de lejos y corrió hacia Steven, ya no tenía oportunidad de tirar su lanza, cuando el oso se paró para buscar como rugir, Steven le ensartó lanza desde la quijada, todos se quedaron sorprendidos al ver cómo le hizo frente.
—Te la ha ganado nuevamente Matthew — dijo Robinson.
Las chicas se acercaron para poder ver de cerca al oso quien reposaba en la lanza todavía, Steven le cortó la cabeza, luego empezaron a separarlos, fueron a lavar las partes y regresaron hacia el hoyo.
Matthew había regresado desee antes, entre Robinson y Steven arrastraban el cuerpo del oso, llegaron adentro y el Sr. Roberts estaba esperando a que ellos regresarán por ver la actitud que traía Matthew.
—Parece que estuvo buena esas clases — dijo el Sr. Roberts.
—Steven a cazado a un oso desde el piso, le ensartó su lanza en la quijada — dijo Deysi.
Las chicas le contaron sus versiones al Sr. Roberts quien estaba sorprendido, llevaron el cuerpo hacia la cocina.
—Las chicas están sorprendidas de la forma en que mataste al oso, pero creo que tú plan no salió a como esperabas — le dijo el Sr. Roberts a Steven.
—Realmente no, mi plan era matarlo de lejos, pero este me vio desde antes, tuve que improvisar un poco, tuve suerte al salir ileso realmente.
—Bueno, con tal que no cometas más locuras, al menos tenías refuerzos.
Steven se quedó pensando, al final todos se quedaron congelados cuando vieron que el oso iba tras él, pero no quería hacer quedar en mal a nadie.
—Si, tiene razón, no estaba solo.
—Voy a preparar la piel del oso, te harán una nueva vestimenta, te lo has ganado.
—Pero los chicos han matado más que yo.
—Y ellos tiene vestimenta de oso, pero la andan debajo de su ropa, les da más calor.
—Agradezco todo.
—No, al final les estás dando esperanza a ellos, cada vez creen que tú eres la persona correcta.