Esa noche el túnel que llevaba al dragón fue cerrado desde temprano, lo que menos querían eran sorpresas, pero pasado la media noche, algo empujaba la roca que protegía el acceso.
—Sr. Roberts algo pasa con esta roca — dijo Steven.
—A la roca no le pasa nada, algo la está empujando.
—Pero ningún dragón alcanza ahí.
—Te he dicho que hay uno en especial, se maneja en el piso y son los rastreadores, debieron haber seguido nuestro rastro.
— ¿Que se hace en ese caso?
—Solo evitar que entre, si logra entrar avisara a los demás y estaremos en peligro, tampoco hay que llamar mucho la atención.
Empezaron a poner más troncos para evitar que la roca se mueva, pero el dragón empezó a hechar humo.
—Steven alejate, ese humo es bastante tóxico, creo que la roca podrá aguantar lo suficiente.
Ambos se alejaron, el humo no alcanzo gran campo, paso algún tiempo hasta que se disipó, la piedra ya no se movía, pero estaba caliente.
—Nadie sale por aquí, iremos un grupo por el túnel más cercano a ver qué pasa, Robinson, Matthew y Steven no salgan, quédense protegiendo el hoyo.
Los tres salieron por un túnel que estaba a 10 metros del túnel clausurado, pero los sacaba a 200 metros de distancia, al salir vieron a varios dragones recorriendo la zona.
—Creo que debemos de regresar, hay demasiado actividad aquí arriba — dijo el Sr. Roberts.
Pero en eso uno de los rastreadores se percató de su presencia.
—No podemos volver, debemos de correr, vayamos hacia el río — dijo Carlos, quién era otro de los líderes y el padre de Natalie.
—Dejamos al descubierto el hoyo — dijo el Sr. Roberts.
—Los muchachos sabrán defenderse, tu solo corre.
En cambio en el hoyo, empezaron a clausurar todas las entradas, los rastreadores empezaron a entrar por la mayoría de los túneles.
— ¿Que hacemos? — Le pregunto Robinson a Matthew.
—No lo sé, no se me ocurre nada.
Las chicas estaban con miedo.
—Robinson, necesito algo que tenga un olor desagradable para los dragones — dijo Steven
—Creo que hay comida dañada, el olor no lo soportan — contesto Robinson
—Busquemos la mayor cantidad de comida, que las mujeres tomen el túnel que lleva a la espada.
— ¿Que se supones harás? Nadie sale de aquí — dijo Matthew.
—Para dar idea no eres bueno, pero para estar contradiciendo eres bueno, si te has dado cuenta estamos rodeados, lo que trato es de confundirlos, así no sabrán que túnel hemos tomado, al menos que tengas una mejor idea no estorbes.
Matthew por más que trataba de pensar una mejor idea, no se le ocurre nada.
—Deysi, guías a las demás.
—Esta bien.
Mientras las mujeres subían, Robinson y Steven empezaron a regar comida dañada por todo el hoyo, reforzaron los túneles, para impedir el paso y ganar más tiempo.
—Ya casi no queda mucho — dijo Robinson.
Steven agarró algunas cuerdas a las amarró a la piedra que sellaba el túnel hacia la espada, Matthew solo quedaba viendo todo lo que hacían.
—Es hora de irnos, Matthew si quieres quedarte aquí es tu problema, pero debemos irnos.
Matthew inconscientemente entro al túnel, posterior fue Robinson quien llevaba una de las puntas de la cuerda, por último entro Steven, tiró los últimos pedazos de comida dañada y luego entre ambos sellaron el túnel, subieron y arriba pusieron otra piedra.
— ¿Crees que eso lo detenga? — Pregunto Deysi.
—No lo sé, pero si los rastreadores llegaron hasta los túneles los adultos deben de correr peligro — Contestó Steven.
Matthew aún seguía en shock, no podía creer que no hizo nada para salvar a su gente, últimamente no se sentía un líder.
Empezó a oscurecer, las personas tenían hambre, se acercaron a Steven
—Tenemos hambre y nuestra comida se ha quedado en el hoyo.
—Se que tienen hambre, yo también, pero aún no es seguro bajar, probablemente hasta mañana al mediodía y aquí estamos muy alto para salir a cazar, tendrán que aguantar un poco.
Todos empezaron a alejarse, no tenían más remedio que aguantar hambre, al final es mejor aguantar por un día que morir, la noche estaba helada, muchos llevaban consigo la piel de oso, solo dos señoras de edad avanzada no tenían, Steven se fue a un lugar donde nadie lo viera, se quitó la piel y luego solo se dejó la ropa que le dieron el primer día.
—Creo que tendrán que compartir — dijo Steven.
—No será necesario compartir, les daré la mía también — dijo Robinson — Scarleth me dará algo de calor para no aguantar tanto frío.
Steven solo sonrió, en eso sintió que alguien le abrazaba.
—No creas que te dejaré solo, está noche yo seré tu calor — dijo Deysi.
Los dos se quedaron sentados, vieron caer el sol y como todo se tornaba oscuro, no podían encender nada de fuego porque llamaría la atención de los dragones, esa fue una de las noches más larga que pasaron en lo que llevaban bajo la superficie, pero tenían tiempo de no dormir afuera, los tres hombres montaron guardia.
La noche ya estaba dando signó de irse, se podía ver los primeros rayos de luz, en eso la roca que los protegía comenzó a moverse, los tres tomaron una lanza y estaban listos, en eso la roca se levantó un poco.
— ¿Hay alguien aquí? — se escuchó la voz del Sr. Roberts.
Los tres se apresuraron a quitar la roca.
— ¿Cómo sabían que estábamos aquí? — pregunto Matthew.
—Facil, ahorita que entramos al hoyo vimos todo vacío y el montón de comida tirada en el piso, pensamos que les había pasado algo, pero luego nos llamó la atención la cuerda en la roca,nos costó un poco removerla, pero sabíamos que los dragones no harían algo así, hicieron muy bien en moverse, nosotros pasamos corriendo buen tiempo, hasta que nos tiramos al rio, luego estuvimos cerca de la entrada y veíamos salir a los rastreadores, pensábamos lo peor ¿Cómo fue que llegaron aquí?