NARRADOR —Señor, la señorita ya está en el estacionamiento, ¿nuevas órdenes? El gorila de aspecto peligroso y voz rasposa espera las indicaciones de su jefe. Lo observa desde la puerta, parado de espaldas a él con un vaso de whisky en la mano, que toma de un trago. —Síganla. La orden se escucha a pesar de la música excesivamente alta en el club. El gorila asiente y presionando un dispositivo en su oreja, confirma la línea de trabajo que ya estaba pautada. —Rocco... El llamado lo detiene cuando está por salir. Las dos mujeres de aspecto fácil que están esperando en el sofá le advierten que su jefe no termina de divertirse. Él no sabe qué pasó en el cubículo del lado para que el señor saliera con la ira surcando su rostro y estrellara una botella de vodka con poco alcohol co