Madison fue llevada por Blake dentro del bosque, ella temblaba de miedo, su mente no podía procesar que él era el abusador de Adeline y que era peligroso.
La llevaba tomada del brazo, empujándola para que caminara, como si fuera algo que pudiera arrastrar.
Faith se levantó del suelo, corrió a como pudo, lloraba, gritando por ayuda, cuando vio a Jackson, fue hacia él.
—¡Faith! ¿Qué te pasó?
—¡Blake fue quien abusó de Adeline!
—¡¿Qué dices?!
—¡EL profesor Blake violó a Adeline, ella me lo dijo, luego el profesor Blake se llevó a la señorita directora al bosque, me golpeó a mí, y a ella se la llevó por el camino prohibido!
—¡¿Qué?! —exclamó Jackson sintió como un miedo apretaba su pecho—. ¡Busca a los guardias, que llamen a la policía, y busca a Sabrina que se quede contigo!
Jackson corrió al bosque, desesperado.
La madre de Adeline detuvo el auto a medio camino, y obligó a su hija a bajar al parque, Adeline no dejaba de llorar.
—¡Sé que te defraude, madre! Que no querías que terminara como tú, querías que yo si estudiara, que fuera una profesional, sé que rompí tu sueño, ¡Lo siento! Me avergüenzo, no sé como pasó, solo vi al profesor Blake con una alumna, él me vio, luego, se abalanzó sobre mí, me dio algo, no recuerdo más, ¡No quiero recordar! —exclamó la joven sollozando.
—¡Oh, por dios! —exclamó su madre, la abrazó con fuerzas, sabía que ese hombre había abusado de su pequeña hija, las lágrimas brotaron entre la frustración y el dolor.
Madison luchaba por liberarse de Blake.
—¡Lo pagarás caro! No lograrás escapar, no estás en Escocia, aquí no tendrás ni tantita suerte, te juro que en la cárcel no resistirás, ¡Lo juro que pagarás lo que hiciste a Adeline!
Él la giró para mirarla, se burló en su rostro, luego la lanzó contra el suelo.
—¡¿Sabes qué!? ¡Sería estúpido no aprovechar y hacerte mía! —dijo con la mirada lujuriosa.
Madison intentó alejarse al ver que desabrochaba la bragueta, ella intentó correr, pero él la tomó de los cabellos, la volvió a lanzar al suelo, colocándose justo encima de ella, comenzó a romper su blusa, intentaba tocarla, ella luchaba con su fuerza, arañando su rostro con sus uñas, gritando con fuerzas, él golpeó su rostro, manoteó, intentó patearlo. Solo en ese momento supo que la diferencia de fuerzas estaba en su contra, no tenía forma de luchar.
Gritó tanto como pudo, deseando que alguien la ayudara.
Sus gritos llegaron a los oídos de Jackson, quien corrió a toda prisa, ella gritaba más fuerte, hasta que por fin pudo verla.
Observó lo que ese hombre hacía, intentando abusar de ella. Jackson sintió que el odio podía explotar en su cuerpo, fue cegado, se abalanzó contra el hombre tomándolo de la chaqueta por la espalda, lanzándolo con fuerza al suelo.
Blake no lo esperaba, le dio un puñetazo en el rostro, luego uno más, golpeó su estómago hasta dejarlo sin aire, hasta que escupió sangre, y siguió golpeando su rostro, el tipo estaba acabado, podía notarlo.
Fue entonces que llegaron los guardias, el ruido de las sirenas de la policía resonaba por todo el lugar.
Los guardias detuvieron a Jackson con fuerzas, alejándolo del hombre, y apuntaron a Blake con armas para que no se moviera, era inútil, el tipo estaba tan golpeado, que no podría dar ni un solo paso.
Jackson levantó a Madison del suelo, y le puso su abrigo encima, sus ropas estaban desgarradas, la llevó consigo, ella intentaba caminar, estaba en estado de shock, sus piernas eran débiles, casi caía, él lo notó, la cargó en sus brazos como a un pequeño bebé, sin decir nada, notó que su rostro estaba enrojecido, que se negaba a verlo.
No le importó ya si le agradecía o no, estaba convencido de que estaba asustada, aunque quisiera demostrar lo contrario.
La llevó hasta enfermería.
Madison se acercó a Faith al llegar ahí.
—¡Señorita Cruise!
Faith lloró abrazada a ella, Madison no dijo nada más.
—Tranquila, el monstruo fue destruido, nunca volverá a atacar a nadie más.
Faith miró sus ropas rotas.
—¿Le hizo algo? —exclamó en pánico.
Madison negó.
—Jackson me salvó.
Él estaba ahí,
—¡Es un héroe profesor, gracias! Ojalá hubiese salvado Adeline también —dijo Faith y rompió en llanto, Madison la abrazó, pensó en Adeline, se sintió fatal.
Pronto llegaron las autoridades, ella se cambió de ropa por un uniforme de profesor, y habló con ellos, la madre de Adeline había denunciado al maestro.
—Todo sucedió el día de Santa Clara, sabemos que, aunque fue dentro de las instalaciones del colegio, no era un día laboral.
—Era nuestra responsabilidad, jamás nos dimos cuenta del depredador que teníamos en frente, pero no volverá a pasar, créame que tomaré medidas contra esto —dijo Madison.
Cuando la policía se fue, le avisaron a Madison que Ernest Saint estaba ahí.
Sabrina la miró asustada, Jackson pudo ver la duda en Madison.
La puerta se abrió y el hombre entró, se le veía desesperado.
—Acabo de enterarme, estoy tan angustiado, más que eso, estoy molesto, Madison, en este colegio se pagan colegiaturas muy altas como para que ahora resulte que tenemos a un pedófilo, ¡Es inaudito!
Madison hundió la mirada
—Estamos…
—¿Cómo no pudieron darse cuenta? ¿Cómo puedes garantizarnos que no hay ninguno más? ¡Dame una razón, una maldita razón para no cerrar el colegio Ziegler ahora mismo!
Los ojos de Madison se abrieron enormes al escucharlo.