Ragnhild se sentía un poco molesto al notar que muchos paparazis se le amontonaban encima buscando su atención, pero no respondería nada. Vigga se mantenía sería y tratando de caminar junto con su jefe hacia al frente en dónde se encontraba la camioneta, pero Cleo no podía avanzar. Los paparazis la empujaban haciendo que todos se pegaran los unos a los otros, la de cabello rizado comenzaba a sentirse mal, veía como las otras dos personas que estaban con ella ya se estaban montando en la camioneta mientras el chófer apartaba a los paparazis de la puerta.
Ivar y Vigga ya estaban dentro de la camioneta, de sus labios soltaron un sonoro suspiro, pero en ese momento el CEO frunció su ceño al percatarse de que solo estaban ellos… No estaba Cleo en la camioneta, su mirada se dirige hacia la ventana y entre el medio de la multitud no veía a la de cabello rizado. No estaba preocupado, pero estaba confundido por no encontrarla allí. Por instinto sale de la camioneta rápidamente bajo la mirada de Vigga, nuevamente varias personas querían hacerle preguntas y las cámaras estaban apuntando a su rostro en cualquier momento. Mientras caminaba buscaba con la mirada a una persona un poco más baja que todos ellos y con los rasgos de Cloe, pero no encontraba nada.
― ¡Cleo! — De su labio salió el nombre de la mujer al verla tirada en el suelo y con varias personas a su alrededor sin ayudarla, Ivar se agacha hacia ella y la ayuda a levantarse. El sonido de varias cámaras tirando fotos se escuchaba en el lugar, pero el CEO se dio cuenta de que la ropa de su empleada estaba un poco sucia por el polvo junto con la punta del tacón rota. — ¿Te lastimaron?… — A Cleo le dolía la pierna, entre el medio de las personas que estaban encima de ella la empujaron haciendo que su tacón se rompiera.
― Estoy bien… — Su voz sonaba rota y eso él hombre lo noto, sin esperar más tiempo Ivar la cargo entre sus brazos en forma nupcial, los gritos de emoción de los presentes hacían sonido en toda la calle, Cleo aparte de que se sentía mal podía también sentir la vergüenza en todo su ser. Ocultaba su rostro hacia un lado con su cabello, no pasó mucho tiempo en que sintió el suave colchón de la camioneta para luego sentir como Ivar se sentaba a un lado de ella. — Gracias, pero no debía de hacerlo. — El tono de su voz era como un susurro y un poco roto, pero Ivar y Vigga lo habían escuchado. Por dentro, ella quería solo irse a su apartamento a ocultarse de la vergüenza que pasó.
― No debía de hacerlo, pero lo hice. — Ragnhild nada más mira por la ventana, el silencio se había formado en la camioneta y el chófer seguía su camino hacia la empresa del CEO. — Detente aquí, Liam. — El chófer se detuvo e Ivar al estar fuera de la camioneta toma con cuidado el tacón de Cleo mirándolo con atención, antes que la de cabello rizado pudiera decir algo, este la había soltado con mucho cuidado para cerrar la puerta e irse a la tienda que estaba al frente de dónde estaban estacionados.
― ¿Y a este que le pasa?… — Pregunto Vigga con su ceño fruncido para luego voltear su rostro hacia Cleo. — Te ha dado ansiedad, ¿No es así? — El cuerpo de la italiana se tensó al escuchar la pregunta que le había hecho Vigga. — Lo pude notar cuando Ragnhild te subió a la camioneta. — Ivar sale de tienda y camina hacia la camioneta, abrió la puerta trasera donde se encontraba Cleo y en su mano se encontraba una caja con decoraciones doradas junto con el nombre de la tienda, ella al verlo se sorprendió. — La próxima vez te debes de controlar mejor, vas a estar aquí durante un mes y vamos a tener a muchos paparazis encima. — El tono de voz de Vigga era duro, pero lo hacía para que Cleo tuviera más compostura porque sentía que era responsable de ella porque le había pedido a Ivar que la colocará para trabajar para ella.
Ragnhild que estaba escuchando frunce su ceño, no había estado presente en toda la convención de las dos mujeres, pero no le había gustado como le había hablado a Cleo. No porque sintiera algo por ella, más bien era porque sentía que no era correcto. Había tenido un mal momento y el hecho que le hablaran de esa forma no era lo mejor, además que ella era nueva en todo lo que estaba viviendo, no era su culpa.
― No es su culpa para que la estés regañando, es nueva en todo esto, Vigga. Tiene el derecho de equivocarse al igual que todos nosotros, así que ten un poco de conciencia. — Nuevamente el silencio se formó en la camioneta, Vigga solo rodó sus ojos. Ivar con cuidado le quitó uno de los tacones a Cleo y está se inclinó lista para hacerlo ella misma, pero Ivar la detiene. — Tranquila, no pasa nada. — Ella un poco insegura, asiente ante lo que dice, los dedos de Ivar eran suaves y un poco fríos haciendo que ella tuviera algunos escalofríos. El tacón que sacó de la caja era n***o con una delgada correa negra, era simplemente hermoso, Ivar le colocaba los tacones con suma delicadeza y muchas veces sus pieles se rozaban las unas con las otras.
― Gracias… Yo le devolveré el dinero. — Cleo se sentía avergonzada por lo que había pasado, no quería tener problemas en un futuro y aunque la acción de Ivar allá ha sido únicamente por amabilidad y educación ella no lo sabía.
― No tienes que hacerlo, nada más lo hice porque tu tacón se rompió. — La de cabello rizado solamente asiente con su cabeza sin saber qué decir exactamente. Ivar había tenido todo ese gesto con Cleo por cierta amabilidad, era como devolverle el favor por lo que hizo con él sobre el resumen de los documentos. Aunque de algo si sabía era que todos verían las fotografías que le habían sacado junto con Cleo cuando la cargo, pero no le preocupaba mucho.
(…)
2:34 AM
La música estaba tan alta que las personas no podían oírse entre ellas mismas, sus cuerpos bailaban al ritmo de la canción. Muchas parejas pegaban sus cuerpos para sentirse entre ellas, otras bebían con sus amigos sintiendo el alcohol fluir en sus cuerpos junto con el fuerte ardor en sus gargantas. En una mesa cerca de la pista de baile estaban seis hombres jóvenes bebiendo entre ellos, mientras que con sus miradas buscaban a mujeres de su gusto para tener una divertida noche, cuatro de ellos se levantaron para separar sus caminos sin decirles nada a ninguno de sus amigos.
Dos de ellos fueron con unas mujeres que se notaban que eran amigas, uno se fue a la pista de baile y el último a vomitar todo lo que había bebido en toda la noche. Por último, se quedaron dos en la mesa de cristal junto con montones de botellas encima de la mesa, Lucas sonríe levemente al darse cuenta como una mujer rubia le sonreía coquetamente. Pero su amigo estaba revisando su teléfono, entre sus r************* pareció una publicación que hizo que sus ojos se abrieran de golpe y su boca se formará en una “o”.
― Lucas… — Llamo a su mejor amigo, pero en ningún momento aparto la mirada de la foto que estaba alumbrando su teléfono. Lucas no le hacía caso a su amigo, podía escucharlo por la gran cercanía que ambos estaban, pero más bien lo ignoraba. — Lucas… — Vuelve a llamarlo, pero nuevamente lo ignora. Está vez su mejor amigo levanta la vista de su teléfono y le sacude el hombro a Lucas, quien frunce su ceño molesto para verlo. — ¡Lucas!
― ¿¡Qué coño quieres!? — Le grita molesto, Will en vez de reclamarle algo le enseña de una vez la publicación que estaba en su teléfono. Lucas por inercia gira levemente su rostro hacia la luz que emitía el teléfono de su amigo, la misma reacción que tuvo Will la tenía él. Su rostro se sorprendió al ver cómo su novia Cleo era cargada en forma nupcial por el famoso Ivar Ragnhild, un CEO. Agarra con brusquedad el teléfono y comienza a leer todo lo que decía la revista online.
“El famoso Ivar Ragnhild nos ha mostrado su faceta más caballerosa esta semana. En la empresa de uno de los mejores fabricantes de carro, el CEO Ragnhild a salido con su secretaria y con una mujer a la cual no conocemos. Muchos rumores nos han dicho que puede ser su nueva conquista o su futura pareja, porque como todos sabemos, Ragnhild no lleva a ninguna de sus conquistas a sus empresas o reuniones de trabajo. ¿Quién es esta chica misteriosa?… ¿Será que ya conquistó el corazón de uno de los hombres más codiciados?… ¿O solo será una conquista para su larga lista?… Descubre más con nosotros siguiendo nuestras redes sociales.”
Lucas sentía una gran rabia apoderarse de él, ¿Cómo Cleo podía llegar a hacerle eso?… Lo había engaño tan rápido que él llegó a pensar que ella lo esperaría por mucho tiempo. No podía quedarse con los brazos cruzados.
― ¿Cleo y tú terminaron?... Vaya gran hombre que se consiguió en tan pocos días. — El tono de Will estaba lleno de burla haciendo que Lucas tirará una botella casi vacía al suelo, algunas personas lo miraron raro y otras espantadas por su comportamiento agresivo. — Oye, Lucas. Relájate, es tu ex y se debe de quedar así. Deberías de olvidarla así como ella lo hizo con ese… — Will no pudo ni terminar su oración porque Lucas lo tomo del cuello de su camisa haciendo que los dos quedarán cerca del otro, en los ojos oscuros del teñido, Will pudo apreciar la molestia, la rabia y el odio en ellos. Aunque fueran mejores amigos, se asustó. — Oye, hermano… relájate, solo era broma.
― Nunca en tu puta vida vuelvas a decir aquello, ella nada más me ama a mí. Y si está saliendo con ese tipejo, haré que vuelva a mis brazos. — Lucas lo suelta con brusquedad para luego tirarle el teléfono encima e irse de allí, Will nada más agarra su teléfono y mira nuevamente la foto.
― “Vaya infierno en que te has metido, Cleo.” — Pensó Will mientras apagaba la pantalla de su teléfono y lo guardaba, sabía cómo era su amigo de impulsivo y agresivo. Conocía a Cleo y sabía que era buena persona aun cuando está tenía cierta timidez a la hora de socializar, pero, aunque quisiera advertirle a la de cabello rizado, no podía. Era en contra de su “moral”, su lealtad estaba completamente hacia Lucas y así sería hasta el final.
No importaba la situación, no podía hablar mal de su mejor amigo y tampoco podía decirle algo como; “Estás enfermo… Necesitas ayuda… Solo olvídala, la has metido en una relación tóxica” … Will si llegaba abrir su boca para decir solo una de esas palabras su mandíbula se rompería por la golpiza que le daría Lucas.
Will dudaría mucho en golpearlo, pero Lucas nunca dudaría ni un segundo en hacerlo…