Stephen manejaba, Venecia iba a su lado, pero iba muy seria, de pronto él parqueó su auto al lado de una de las mejores boutiques de Oslo, ella le miró dudosa
—Ayer lanzaste contra mí una injuria, estoy seguro de que la escuchaste de algún chisme barato, no concibo por qué crees eso de mí, pero después de lo vivido, sé que creer es difícil para ti.
Ella le miró dudosa
—¿Y qué hacemos aquí?
—Yo no le he comprado ningún vestido o regalo a Nora, cenamos con unos inversionistas, estuvo presente porque necesitaba que agendara algunos datos de la reunión, al finalizar, pasamos por esta Boutique y vi un vestido exclusivo y hermoso, pensé en ti, me detuve a comprarlo, eso fue todo.
—¿Es eso cierto, Stephen? —cuestionó sintiéndose como una tonta
—Lo es, lo que pasa es que has olvidado que en
