La atmósfera era cálida, alrededor del par de jóvenes, ambos continuaban besándose con urgencia. Rose envolvió sus dedos alrededor del cabello de Petrova y esté le mordió el cuello haciéndola soltar un gemido. Petrova quién alzaba a Rose por su cintura, la depositó suavemente sobre su cama. La piel de Rose se erizó al contacto del cubrecama helado, pero esa sensación desapareció de inmediato al mirar como su profesor se desabrochaba la camisa con tranquilidad. Rose nublada por el deseo se incorporó en la cama, y extasiada por la imagen del pecho marcado de Máximo se mordió el labio inferior, mientras sentía que su entrepierna se humedecía. Petrova se acercó a ella y dejó que Rose tocara su torso desnudo, mientras le acariciaba la cabeza con ternura. Estaba Rose sentada al borde de la